domingo, 23 de junio de 2024

Las Deliciosas Historias de la Taberna Kamogawa

 





Hisashi Kashiwai
Editorial Salamandra (Penguin Random House Grupo Editorial)
ISBN: 978-84-9346-00-1

Segundo libro de las historias de la Taberna Kamogawa, del primero ya di cuenta aquí hace meses y al igual que aquel, aunque alguno tuviera de la tentación de englobarlo en "cosy crime" en realidad es una novela gastronómica y de misterio. Ideal para los amantes de la curiosidades niponas y de su gastronomía.

En este volumen como el primero son otros seis pequeños retos a los que se enfrentan dos detectives culinarios, padre e hija, Nagare Kamogawa un antiguo policía y Koishi, ellos regentan una taberna en Kioto, sin carteles o indicativos que digan que es tal y se publicitan en una revista gastronómica como investigadores culinarios, pero sin señas o teléfonos y a los que solo se puede acceder mediante la información que facilite la publicación. Historias cargadas de nostalgia y sentimientos que se difuminan entre aromas y sabores y que demuestra que el Japón se come algo más que tempura y sushi -doy fe de ello-.

Todos los relatos son conmovedores, desde una vieja compañera de estudios y ahora modelo de Koishi que se va a casar y espera que conectar con un plato de su infancia la haga tomar una buena decisión, o unos reporteros que han perdido a su único hijo y que puede poner fin a la saga familiar del negocio y buscan una tarta que ellos no hacen, un nadador olímpico que quiere recordar un plato que le hacía su padre, un empresario de éxito en busca de unos fideos callejeros y que le puede reconciliar con su hijo que no quiere e trabajo de la saga y hacerse actor, una crítica gastronómica que busca la hamburguesa que tanto le gusta a su hijo y que ella rechaza y la última, una periodista musical que se mudó a Tokio pero que busca una sencillo plato de su infancia de antes de mudarse.

No es una novela arrebatadora, pero si es una novela tierna y sentida, son relatos de recuerdos, ninguno truculento, todos ellos con su buena dosis de emotividad nipona y esto no es decir cualquier cosa, muy en línea de la literatura que consumimos en Europa de esas latitudes, donde lo sutil es tan importante como el meollo de la cuestión, a mi particularmente me gusta, reconozco que no es un libro de masas, tampoco es una libro que destaque por sus formas o por ser literatura digna de premio, pero es delicada, sencilla, tierna y muy sentida. Además, como se que los amantes de Japón son casi legión, a ellos puede ir este libro seguro de que será de su agrado.

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