martes, 26 de abril de 2011

El Mar y Veneno


Shusaku Endo
El ático de los libros ediciones
web: http://www.elaticodeloslibros.com/
ISBN: 978-84-938295-4-4

Espeluznate novela del año 1958 pero que se edita este 2011, es la típica novela que quieres que se acabe lo antes posible de lo mal que me estaba poniendo, por su frialdad, por su crudeza.
Durante la segunda guerra mundial un cirujano japones propone a un par de médicos en prácticas del hospital universitario de Fukoka participar en una vivisección para el estudio de enfermedades pulmonares -y otras más atroces que en la novela no se describen pero se mencionan- sobre los prisioneros de guerra americanos que han sido derribados sobre suelo japonés.
He de decir que está basada en hechos reales, que hay documentación en la red sobre estos crímenes de guerra y sobre muchos más que cometieron los japoneses durante la guerra, lo curioso es que se sabe poco pues los americanos pasaron de puntilla sobre muchos de ellos no así con los efectuados por los alemanes. La wikipedia como "buena" información aliada, menciona muy detallada algunas de estas prácticas sobre las tripulaciones de bombarderos B29 pero no menciona nada de la carnicería sobre Dresde o lo hace de forma muy liviana, por cierto, los B29 son los mismos que arrasaron Hiroshima y Nagasaky.
Pero vamos a la novela, el cirujano jefe, un chapuzas con visturí, se rodea de una enfermera que carece de cualquier atisbo de humanidad por culpa de su traumática no maternidad y su experiencia matrimonial en la China ocupada, Suguro que es nuestro protagonista que no se atreve a decir no hasta que es demasiado tarde pues lo que van a realizar es ejecutar a un hombre a sangre fría y Toda, un médico que tiene de humanidad lo que una piedra de pedernal.
Este novelista japonés estuvo entre los candidatos al nobel hasta su muerte y es fácil de comprender por su forma de describir los sentimientos encontrados de los protagonistas -Suguro- o la insensibilidad del  otro médico en prácticas -Toda- o como se derrumba la enfermera cuando llega a su apartamento. Los detalles de los ancianos ingresados son de una gran ternura pero el trato de los médicos con ellos es frío, distante e incluso podría decirse, aséptico y poco humano -me recuerda a como tratan algunos doctores a sus pacientes hoy en día-, inspirada en los días que aún no había terminado la guerra, ya se destilaba ese hedor a la derrota, a la pérdida de valores humanos -lo del hígado del tripulante y los médicos militares, aggg-, en definitiva, si la empezais, querreis que se acabe lo antes posible, como una visita al dentista.
Para corazones duros y a prueba de todo.

viernes, 22 de abril de 2011

El Campo del Alfarero


Andrea Camilleri
Ediciones Salamandra S.A.
web: http://www.salamandra.info/
ISBN: 978-84-9838-356-0

Última entrega del inspector Montalbano y que por lo leído en una entrevista de hace dos semanas, parece ser que realmente va a ser de las últimas que escriba Camilleri del célebre inspector.
Montalbano envejece y se siente cansado y Camilleri lo refleja muy bien en como se mueve el comisario, cada vez mas misántropo -la carta que se autoescribe es casi delirante- y que refleja como se siente cansado y agotado.
En esta entrega, Mimì Augello insiste en hacerse cargo de una investigación criminal de un cuerpo troceado al más puro estilo mafioso y en la que se ve mezclado sin el quererlo, Montalbano cede a las pretensiones de Mimì pero sin hacerlo realmente y es cuando siente por primera vez la traición de un amigo. Como todas las tramas del inspector, los crímenes son por temas mundanos, lo que mueve al mundo son siempre motivos "normales", es decir amor, celos y/o dinero y para hacer una gran novela no se precisa mucho más.
Ah, que no se me pase, el capítulo 14 cuando el inspector se hace pasar por un agente de seguros visitando un hotel es casi surrealista, las palabras temporada alta del recepcionista paracen atornilladas en su boca.
Como en todas las historias de Montalbano, las relaciones con sus jefes o el mísmisimo forense son  horrorosas, algo que debería extrañar, porque el doctor Pasquano lo odía terriblemente y es algo que no parece que debería darse, pero forma parte de la ficción, aunque más que decir odiarlo debería decir que su antipatía es mutua.
Quizás mi afición por Camilleri sea  un poco ciega y lo digo porque si eres muy escrupuloso, se detectan dejes machistas nada sutiles, pero es que Camilleri es un escritor de 86 años de edad, italiano y del sur para mas inri y lo digo por el papel que representan algunas mujeres de sus novelas: Ingrid o la misma Dolores en esta última.
Y por último, el campo del alfarero o campo de sangre -lo cuento porque me ha parecido muy interesante y curioso- es el lugar que compraron los sacerdotes con las treinta monedas de plata que les devolvió Judas antes de ahorcarse tras acusar a Jesús, ese campo se usó como cementerio de los forasteros (Evangelio de San Mateo).
Para mi, una delicia para mis ojos, pero ya sabeis que no soy nada parcial con este octogenario genial.

sábado, 16 de abril de 2011

La Playa de los Ahogados


Domingo Villar
Ediciones Siruela
ISBN: 978-84-9841-129-4

Ya sabía yo que Domingo Villar iba a ser uno de mis escritores de cabecera, su segunda novela es acojonante, más "madura" y con más chicha que la primea y de la que tenéis una reseña en este mismo espacio.
Los personajes de Villar son completamente creíbles, cercanos y con los que puedes empatizar en cualquier momento y ocasión y si a esto le unes a una forma de describir y escribir que a mi me parece deliciosa en sus formas y maneras hacen que te atrape desde la primera letra, pues si nos has estado en Vigo puedes recorrerla de memoria sin haberla pisado y si nos has comido percebes, seguro que sabes que son una delicia sin haber visto o probado uno -el detalle de Estévez de haberse comido el primero con piel casi me mata-.
Personajes con problemas reales, temores corrientes y motivaciones igualmente reales y humanas y no esas cosas retorcidas que tan acostumbrados nos tienen con la novela negra del norte de Europa, reivindico desde aquí y en este momento la novela negra clásica, sin esos artificios raros a los que se recurre para escribir un Best-Seller, pues para escribir una buena historia no se requiere de nada de eso.
Esta segunda novelaza, el inspector Caldas tiene que enfrentarse al cuerpo de un marinero muerto en una playa gallega, depresivo, ex drogadicto y solitario le hace llevar mi y un caminos hasta esclarecer la verdad, exactamente a lo que podemos imaginar que puede hacer cualquier policía de cualquier sitio o caso y todo eso es lo que hace más creíble y disfrutable" la novela.
A todo esto hay que añadir sus problemas familiares y que le pueden llevar a engrosar una linea en el cuadernos de los idiotas -la idea me parece genial y si es por mi, mañana empiezo uno, lo malo es que a lo mejor yo soy el primer nombre de mi lista-, la enfermedad de su tío, o lo poco que le gusta su trabajo en la emisora con ese realizador torpe y engreído, etc.
Los giros que toma la investigación y la cada vez mayor complejidad son un ingrediente que la hacen cada vez más atractiva, por cierto, eso de empezar con las acepciones de una palabra a mi me parece muy original.
A Estévez le sigo encontrando genial, no por ser el contrapunto del inspector Caldas, es como si las formas de ver y sentir sean completamente diferentes en los dos compañeros pero que son complementarias y necesarias. 
Vais a leérosla de un tirón seguro y no la dejareis porque te absorbe y te mete en la historia como sólo las buenas novelas saben hacerlo.
Ah, mientras escribo esta entrada lo hago bajo los acordes de la pieza de Grieg "La canción de Solveig", los que la lean sabrán porque lo digo. Porque aunque Grieg era noruego y más concretamente de Bergen parece gallego en esta pieza.
Quiero destacar un par de cosas que me han marcado de la novela y que dejo como reflexión:
- A las palabras del padre que dice que no se madura cuando se crece, sólo se envejece.
- Como una pieza noruega puede encarnar ese "color" gallego como lo hace la canción de Solveig, tanto como para que se asuma como tal.
- ¿Por qué el padre se emperra en decir que el perro no es de él?
- A Caldas le preocupan los vivos y no los muertos -ese desear que los casos sean como él quisiera y que le reprochan-.
- ¿Tenéis un libro de idiotas/imbéciles?.
Para terminar, creo que con un imprescindible sería suficiente estímulo para los dudosos.

sábado, 9 de abril de 2011

La Herencia de Wilt



Tom Sharpe
Editorial Anagrama
ISBN: 978-84-339-2398-1

Una secuela más del desafortunado y siempre divertido Wilt y ya van unas cuantas.
Casado con una mujer que parece un sargento de caballería y con cuatro niñas gemelas que harían de Herodes un santo varón la vida de tan ilustre misántropo parece que no puede ser peor pero la ley de Murphy nos dice que todo es susceptible de empeorar y vaya si empeora.
Contratado como profesor particular para que el hijastro de un noble enamorado de la grasa en todos sus sentidos y una pseudo noble que tiene más amor a los anillos vibradores de Durex en el pito del chofer y al alcohol que a su marido, descubre que verdadero energúmeno al que tiene que preparar para entrar en la universidad poco o nada tiene para que de él salga algo que no sean tiros y despropositos  y lo peor es que el no quiere ser su profesor y es contratado por culpa de su "adorable" Eva, su esposa y por la que no me extañaría que cualquier día se hiciese gay.
Rociada de humor negro británico del mejor pues creo que Sharpe es el mejor en esto, el papel de la NO cotilla asistenta de Sir George reune todos los tópicos de una "buena" asistenta, al estar ambientada en un pueblo, los personajes son los clásicos de cualquier pueblo de la campiña británica.
La vida de Wilt es un sobresalto continuo, de los problemas en el politécnico en el que trabaja con los alumnos que nadie quiere y un posible despido, pasa sin quererlo el a ser considerado un buen profesor y donde quiere dar clase de humanidades en lugar de comunicación (informática para el caso), la aparición del inspector Flint -eterno enemigo de Wilt como si el propio Wilt fuese el mísmisimo Moriarty pues el inspector sigue sospechando del pobre Wilt y no de su mala suerte-.
Lo de las cuatrillizas es algo aparte y si alguien es capaz de justificarlas, que me lo presenten que le denuncio al tribunal de derechos humanos de Estraburgo, su maldad es infinita y digna del mismísimo Luzbel.
Tom Sharpe es siempre un valor seguro, de ágil verbo y siempre dispuesto a ponerte una sonrisa en la cara -no carcajadas, su humor es más sutil- creo que os hará pasar un rato muy divertido y más si os encontrais en horas bajas.