Andrea Camillero
Editorial Salamandra
web: www.penguinlibros.com/es/11942-salamandra
ISBN: 978-84-18363-30-6
Antepenúltima novela de la serie del subcomisario Montalbano, no se si os pasa a vosotros cuando algo os gusta u os apasiona como a mi todo lo que escribe Camilleri, quiero retenerlo en mi memoria hasta la siguiente novela, la pega es que ese fin tiene fecha en el calendario y será dentro de dos novelas y por eso no quería que se acabara la novela pero da lo mismo, la he devorado como siempre en un tris.
Mimì Augello se encuentra inmerso en una aventura extramarital cuando se ve sorprendido por el marido de su su amante y al escapar por la ventana y entrar en la casa vecina descubre un cadáver pero como ha entrado de forma extrapolicial no puede dar la alarma del descubrimiento si poner en riesgo su aventura con Geneviève y mientras trata junto al subcomisario Montalbano de descubrir alguna manera de sacar a la luz el cadáver, pero aparece un nuevo cadáver, el de un curioso y nada habitual director de teatro, Carmelo Catalanotti, y tendrá que poner todo su talento para resolver el caso y para ello tiene que recurrir a la ayuda de la nueva jefa de la policía científica, Antonia, una mujer joven muy talentosa, de gran belleza y que pone en riesgo su relación cada vez más fría con Livia.
Montalbano se tendrá que meter en el mundo de la interpretación mientras busca excusas para poder estar junto a Antonia y en rejuvenecer de su edad madura que pondrá fin y de la forma más triste y dolorosa de su vida junto a Livia, aunque no se me que da que a pesar de todo no creo que su vida juntos acabe de este modo y de hacerlo de la forma más normal y triste del mundo que era hacerlo por teléfono, digo esto porque espero más de un tipo integro, formal y serio como Montalbano, ya que hacer lo que ha hecho es más propio de Mimì que de él.
Como siempre Camilleri escribe una novela redonda, reflejando el paso de los años del subcomisario, sus miedos y temores, sus deseos aunque se termine comportando como un cretino con Livia e incluso con sus subalternos a los que engaña para poder estar con Antonia, entiendo que le guste Antonia, una mujer que decide que qué quiere, con quien o cuando porque ella es dueña de si, no es propiedad de nadie y así se lo hace saber a Salvo en una escena demoledora que me ha encantado; los secundarios de siempre no fallan, esta vez menos importantes porque el peso de la trama lo lleva Salvo en todo momento. Como en otras muchas novelas la crítica social no falta, en este caso para entonar un feminismo imposible en Italia o en el sur de Italia por si alguien quiere diferenciar las formas de ver a la mujer en el norte y en el sur en la península de la bota.
Catarella está como siempre es más hasta hay una tierna escena cuando le invita a comer el subcomisario con él y es que es un personaje que tiene ese aspecto de cachorrillo abandonado pero que te colma de afecto en cuanto le das un mínimo de afecto, apenas aparece el terrible forense en esta novela y con el que Salvo cruza las más ácidas charlas que se les suponen a dos defensores de la ley, Favio aparece muy poco en esta ocasión y Livia si, pero son apariciones telefónicas que aunque ya estábamos acostumbráramos a ellas, en esta ocasión y van a desembocar en lo inevitable
Quedan solo dos novelas y no quiero que se acabe una de las sagas que más me han arrebatado, se que puedo releer los libros, otras personas dirán que se parecen mucho los casos pero eso es porque se quedan en la costra del libro y no profundizan en el universo tan rico de Montalbano, en el que se disfruta de una novela, un paseo por la playa a ver a un cangrejo o una comida en la trattoria de Enzo a comer lo que le apetezca ponerte. Nunca es tarde para empezar a leer a Camilleri, no lo dejéis escapar, de verdad que merece la pena en todos los sentidos.
