sábado, 25 de junio de 2022
La Vida de Chéjov
domingo, 19 de junio de 2022
Sobre Hormigas y Dinosaurios
Los Niños no Ven Féretros
Omar Fonollosa
Editorial Hiperion
web: www.hiperion.com
ISBN: 978-84-9002-200-9
Vamos a por el premio de poesía de Hiperión de esta año, concedido a un joven de Zaragoza de 21 primaveras y que nos reconciliará con una infancia para algunos olvidada y para otros feliz y libre de preocupaciones; no se si la edad nos hace olvidarnos de las penas, probablemente si y si cuando fuimos niños tuvimos algo que nos dolió o se nos ha olvidado o ahora nos parece poca cosa, ya se sabe, el cerebro es sabio y no recuerda los dolores, pero de lo que muchos estarás de acuerdo es que cuando llegaban esos veranos eternos, cuando éramos pequeños nuestra felicidad estaba en cazar lagartijas, tirarnos metidos en el agua hasta que nuestra piel se arrugase como si tuviese 90 años y en jugar al escondite por la noche con nuestros amigos, parece mentira que cosas tan simples nos hicieran nos seres más felices de la tierra y sin embargo ahora no nos conformamos con casi nada; pues Omar ha reivindicado ese tiempo, el olor de la plastilina, el primer beso, saltar en una cama, etc., y todo rindiendo un homenaje que no oculta a Joaquín Sabina, Borges o María López entre alguno poetas singulares.
Omar escribe como adulto lo que sintió de niños o joven y que difícilmente volveremos a vivir, no es un viaje al pasado en si mismo, es un viaje a sentir lo que sentimos lo que en realidad es mucho más profundo y significativo, al terminar el libro recordé no se si son de Picasso o no, que se tiró toda la vida aprendiendo a pintar para al final decir que tenía que pintar como un niño; encontré un vínculo artístico muy interesante y profundo, ¿no nos estaremos equivocando viviendo como vivimos?; ojo que no debemos quitarnos de vista la "maldad" infantil, pero de eso no estamos hablando ni es lo que nos ocupa.
El título es acertadísimo, en los pocos funerales que he visto críos pequeños, son los únicos que no ven un féretro, y no me refiero al acto físico de no verlo porque yo tampoco los miro, me refiero que ellos no ven lo que es, ven otra cosa diferente en su imaginación, algo que no duele, algo que no pesa y sinceramente si fuésemos capaces de verlo con esos ojos quizás nuestro duelo sería de otro modo y ahora que el día 2 de julio hará un año de la perdida de mi amada Marina, me encantaría poder verlo con esos ojos que trata de traernos Omar y no con los del dolor de la pérdida y la ausencia.
Mis dos poemas favoritos de este poemario han sido "El futuro no existe" y "Sin respuesta" pero todos ellos son excelentes y muy conmovedores, en una lucha contra el tiempo para que no llegue la maldita madurez, el tiempo de los abandonos y las renuncias porque no en vano nuestras cenas infantiles antes de salir a jugar con los amigos sabían infinitamente mejor que cualquier plazo de Diverxo -cito este restaurante pero puede ser cualquier otro, no he tenido el placer de comer en él-, cuando perder un juguete en el parque no dolía más que cualquier vacuna que nos pusieran, o el primer beso suponía el listón de los vendrían después por mucho mejores que pudieran ser.
Una verdadera delicia, de principio a fin y que te pondrá a buenas con ese crío o cría que tienes en tu pasado.
Lejos del Corazón
Ediciones Destino
web: www.edestino.es , www.planetadelibros.com y www.lorenzo-silva.com
ISBN: 978-84-233-5390-3
Una de las cosas que más rabia me dan es no haber llegado antes a conocer la saga de guardia civil Bevilacqua y Chamorro, pero afortunadamente se le puede poner remedio; "Lejos del corazón" es la décima entrega de la serie; novela negra con sabor hispano, vestida de verde benemérita y con sin tricornio, que atrapa desde la primera página del libro. Tiene la particularidad de que son novelas muy actuales, con crímenes "actuales" pero con las motivaciones clásicas, en esta entrega es un caso de ciberdelincuencia, con criptomonedas, blanqueos de dinero y todo en un entorno que muy bien podría propiciarlo y que es el peñón de Gribraltar y los aledaños; un lugar clásico de narcotráfico de hachís y tabaco donde la Guardia Civil tiene que hacer encaje de bolillos para controlar todo ese tráfico.
Un joven informático gaditano con antecedentes por delitos informáticos es secuestrado y tras pagar un cuantioso rescate no aparece, es cuando los familiares entonces recurren a la Guardia Civil para que lo localice, es entonces cuando el subinspector Bevilacqua y la sargento Chamorro son llamados para esclarecer el caso, la zona donde se van a mover es el campo de Gibraltar donde Bevilacqua verá a un viejo conocido de sus primeros años en el cuerpo y en otras latitudes y otros tiempos; en un difícil equilibrio entre la ley, los narcotraficantes y los nuevos delitos de guante blanco, el subteniente tendrá que distinguir entre que es negro y que es blanco porque en esa tierra de dinero negro, paro desbocado, cualquier cosa que se haga sin pensar puede llevar a un desastre porque las leyes que rigen en la frontera no parecen ser las mismas que las que rigen en el resto del mundo.
Como yo estoy leyendo la serie ni orden ni concierto, en esta entrega el subteniente empieza en la graduación como Guardia Civil de su hijo, al acto asisten la abuela, el propio Bevilacqua y la madre con la que mantiene una relativa normal relación de separados, en la graduación siente cierto orgullo como padre, en esta también tendrá un pequeño escarceo con la sargento pero sin llegar a más, no en vano están en navidades y la gente se suele sentir más sola de lo normal. La trama es muy amena, ágil y trepidante, con toques hispanos que harán nuestras delicias a la hora de empezar la lectura, con lo que no termino de encajar es con las menciones musicales, me meto en You Tube para escucharlas pero en ese aspecto me siento un poco extraño porque no conozco casi ninguna o si lo hago me son extrañas. El elenco de secundarios es perfecto, quizás les daría un poco más de peso en la narración que no en la trama y que harían una novela más coral y participativa, pero no es una queja, porque me encanta que el peso lo lleve un cincuentón de la Guardia Civil que no viste uniforme y que su vida fluye sin ver todavía un puerto al que amarrar.
Perfecta para leerla suelta o siguiendo la serie, para los aficionados a la serie o a los recién llegados como yo, una delicia, escrita en nuestro país, "vestida de verde caqui" y con tricornio, no os defraudará, seguro.
Herederas
Bobby March Vivirá para Siempre
En el Glasgow de 1973, mes de julio y ya sea de dicho de paso y se que es una tontería supina, pero me ha encantado que la trama cierre el día de mi cumpleaños, no así la novela que acaba un mes de septiembre, tontico que es uno, jeje, una pequeña de 13 años, Alice Kelly, desaparece, a su vez un joven y prometedor guitarrista, Bobby March, aparece muerto en su habitación de una sobredosis de heroína porque no tenemos que olvidar, en la década de los 70 la droga que campaba a sus anchas por las calles era la heroína inyectada, nada de marihuana o drogas sintéticas, una banda de atracadores está haciendo su agosto sin dejar ninguna pista que seguir, el jefe Murray no está en la comisaría y le encarga que busque a su sobrina que ha desaparecido y que al ser hija de un concejal que se quiere presentar a las próximas elecciones puede perjudicarle y encima, Wattie, su compañero de fatigas es asignado a otro investigador con el que McCoy tiene asuntos pendientes desde hace años y se la tiene jurada y esto no es todo, Cooper, el mafioso local con el que McCoy mantiene una relación de amistad está fuera de circulación por culpa de su adicción a la heroína por un dolor de espalda que sufre y ese vacío de poder en las calles puede poner a Glasgow patas arriba. Pues con todo esto y mucho más tendrá que lidiar el recto e incorruptible McCoy, un mes de julio caluroso donde los haya que no ayudará tampoco y conexiones con la Irlanda del Norte, si, esa de la bombas y el IRA, en fin que ha trazado una fotografía de un mundo en un equilibrio delicado que cualquier detalle puede hacer que explote.
Las novelas de Alna Parks son siempre trepidantes, llenas de una violencia que hoy solo veríamos en algunos casos de las página de sucesos pero en esos años es casi el día a día, con un protagonista que se preocupa por la gente de su entorno y o tanto por él, por eso McCoy con todos problemas que puedas o quieras encontrarle es un personaje que aprecias, que quieres tener a tu lado aunque su amigo Cooper sea un capo de los bajos fondos de Glasgow, porque si lo piensas fríamente, mientras esté "controlado" el mal de esa manera, no se saldrá de madre el problema porque a la postre la demanda de cosas prohibidas va a seguir existiendo lo queramos o no, lo prohibamos o no.
Me gustaría decir que leer de forma aislada esta novela se puede hacer y en realidad se puede, pero de hacerlo os perderíais los mil y un matices de la personalidad de McCoy, su vida personal o su relación con su exmujer, la estrecha relación que tiene con Cooper o su jefe Murray o ese afecto que está cogiendo a Wattie porque al final es un buen tipo, un Robin si es que McCoy pudiera ser Batman pero sin dinero, sin traje o sin los "juguetitos" del superhéroe de Gotham.
Es una perfecta novela para estas fechas que porras, para cualquier fecha, pero en el veranito os gustará más, Alan Parks no quiere ni da lecciones de nada, McCoy tampoco, solo describen un tiempo pasado seguramente peor para muchos pero que da mucho placer leerlo y vivirlo aunque sea en el papel. Si pudiera decir algo de Alan Parks es que Dassiell Hammett ha resucitado en sus novelas, personajes con una personalidad arrolladora, profunda, con miles de matices.
Solo una duda curiosa, la primera novela fue en el mes de enero, la segunda en febrero y esta en julio, ¿querrá jugar con nosotros y el calendario?, ya lo sabremos me imagino.