sábado, 25 de junio de 2022

La Vida de Chéjov

 



Irène Némirovsky
Penguin Random House Editores, Editorial Salamandra
ISBN: 978-84-18671-18-9

No he leído nada de Chejov, tampoco he visto ninguna de sus grandes obras teatrales, pero después de haber leído esta biografía novelada no voy a dejar de pasar un minuto más sin ponerle remedio, por lo menos con sus cuentos o relatos cortos.

Pero vamos a empezar con la escritora, Irène Némirovsky es una rusa (judía) nacida en Kiev que huyó tras la revolución bolchevique porque nació en una familia acomodada, se instaló en Francia, pero  no era la Francia de libertades que nos imaginamos porque era una Francia nacionalista, antisemita -lo ha sido siempre y cada vez más- y que no es nada de lo que nos vende con esa idea de libertad. igualdad y fraternidad, puagh, de verdad que me pongo negro, la idea que vende la Francia republicana no casa con la Francia del día a día pero ni antes ni ahora ni nunca, y eso va para todos ya sean republicanos españoles en alpargatas cruzando la forntera, negros emancipados de Haití o residentes de las colonias del norte de África; Francia ha tratado siempre mal a todo el que ellos no han considerado francés y eso es todo el mundo; se que es injusta una generalización tan grande pero la historia nos lo demuestra una vez y otra vez  y el caso de Irène Némirovsky es uno de esos casos, llegada a la Francia de después de la primera guerra mundial y cansada de solicitar la nacionalidad francesa les faltó tiempo para entregarla a los alemanes por ser judía en cuanto ocuparon el país en la segunda guerra mundial, hacer cuentas, 20 años, es decir que era casi más francesa que rusa, y en su condición de judía falleció de una tuberculosis en un campo de exterminio, ahora recordar a los republicanos que entraron en París con el general Leclerc, a Marie Curie, a Dreyfus, etc., ¿es Francía el paladín de la libertad, igualdad y fraternidad del mundo? pues una m***da, que queréis que os diga.

Irène Mèmirovsy es una persona que admira a Chejov, como persona, como escritor, con artista y no lo oculta en su breve novela, nos muestra los duros comienzos de Chejov en el mundo, con un padre maltratador no se si sabría decir si aficionado al vodka o directamente alcohólico porque por lo que dice en palabras de Chejov su padre bebe sin que se le note como a otros y bebe sin freno, un hombre religioso sin medida que cuando no está pegando a su mujer o sus hijos está en la iglesia y que no atiende el negocio que les da el sustento para llevar a una familia más que numerosa, los primeros años de Chejov a pesar de todo son felices: es un muchacho más de provincias que gracias a ser salvado de morir por una pulmonía decide hacerse médico aunque su anhelo es ser escritor; un anhelo que cultiva poco a poco, mandando breves relatos a revistas pero hasta que no es reconocido por un editor de San Petersburgo y el mismo Tolstoi, no gozará del afecto de la crítica. De esos primeros años en Tanganrog a ir a Moscú manteniendo a toda su familia, vivirá con aprietos los primeros años hasta los últimos años de su vida con cierto acomodo pero sin dinero como decía él.

A diferencia de otros grandes escritores dela época, Chejov escribe sobre lo cotidiano y dado que lo cotidiano en la Rusia prerrevolucionaria son las penurias de la gran mayoría de la población, pues Chejoz escribe sobre eso, a veces con el disgusto de las clases medias pero en líneas generales Chejoz es adoptado como uno de los escritores más influyentes de su tiempo. Igual que fue un joven feliz, como hombre fue un enamorado -de una actriz precisamente Olga Knipper- de una mujer que parece más de esta época que de esos años, un amor de tiempos modernos y no de principios del siglo XX.
Aquejado de tuberculosis que el parece negar, es la misma enfermedad que consume a uno de sus hermanos mayores,  le irá consumiendo poco a poco, sin los medios de hoy en día y sin ser consciente de que debe cuidarse, Chejov irá minando su vida mientras el éxito literario y teatral le llegan, de forma que con solo 44 años muere dejando una gran huella en sus compatriotas y en la literatura universal.

La novela, corta, se lee en un instante, Irene te contagia su admiración por Chejov y es imposible que no te apetezca ver "Tio Vania" o "El jardín de los cerezos", yo por mi por parte le pienso poner remedio y por lo menos alguno de sus cuentos caerá, es una pena que una mujer de este talento fuese mandada a un campo de exterminio y pienso que el gobierno francés y la sociedad francesa debería pedir perdón por su actitud en la segunda guerra mundial con el gobierno nazi pero como "ganaron" la guerra pues ya se sabe, ellos no son culpables de nada, en fin, la historia la escriben los "vencedores siempre.

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