domingo, 19 de junio de 2022

Los Niños no Ven Féretros

 


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Omar Fonollosa

Editorial Hiperion

web: www.hiperion.com

ISBN: 978-84-9002-200-9


Vamos a por el premio de poesía de Hiperión de esta año, concedido a un joven de Zaragoza de 21 primaveras y que nos reconciliará con una infancia para algunos olvidada y para otros feliz y libre de preocupaciones; no se si la edad nos hace olvidarnos de las penas, probablemente si y si cuando fuimos niños tuvimos algo que nos dolió o se nos ha olvidado o ahora nos parece poca cosa, ya se sabe, el cerebro es sabio y no recuerda los dolores, pero de lo que muchos estarás de acuerdo es que cuando llegaban esos veranos eternos, cuando éramos pequeños nuestra felicidad estaba en cazar lagartijas, tirarnos metidos en el agua hasta que nuestra piel se arrugase como si tuviese 90 años y en jugar al escondite por la noche con nuestros amigos, parece mentira que cosas tan simples nos hicieran nos seres más felices de la tierra y sin embargo ahora no nos conformamos con casi nada; pues Omar ha reivindicado ese tiempo, el olor de la plastilina, el primer beso, saltar en una cama, etc., y todo rindiendo un homenaje que no oculta a Joaquín Sabina, Borges o María López entre alguno poetas singulares.

Omar escribe como adulto lo que sintió de niños o joven y que difícilmente volveremos a vivir, no es un viaje al pasado en si mismo, es un viaje a sentir lo que sentimos lo que en realidad es mucho más profundo y significativo, al terminar el libro recordé no se si son de Picasso o no, que se tiró toda la vida aprendiendo a pintar para al final decir que tenía que pintar como un niño; encontré un vínculo artístico muy interesante y profundo, ¿no nos estaremos equivocando viviendo como vivimos?; ojo que no debemos quitarnos de vista la "maldad" infantil, pero de eso no estamos hablando ni es lo que nos ocupa.

El título es acertadísimo, en los pocos funerales que he visto críos pequeños, son los únicos que no ven un féretro, y no me refiero al acto físico de no verlo porque yo tampoco los miro, me refiero que ellos no ven lo que es, ven otra cosa diferente en su imaginación, algo que no duele, algo que no pesa y sinceramente si fuésemos capaces de verlo con esos ojos quizás nuestro duelo sería de otro modo y ahora que el día 2 de julio hará un año de la perdida de mi amada Marina, me encantaría poder verlo con esos ojos que trata de traernos Omar y no con los del dolor de la pérdida y la ausencia.

Mis dos poemas favoritos de este poemario han sido "El futuro no existe" y "Sin respuesta" pero todos ellos son excelentes y muy conmovedores, en una lucha contra el tiempo para que no llegue la maldita madurez, el tiempo de los abandonos y las renuncias porque no en vano nuestras cenas infantiles antes de salir a jugar con los amigos sabían infinitamente mejor que cualquier plazo de Diverxo -cito este restaurante pero puede ser cualquier otro, no he tenido el placer de comer en él-, cuando perder un juguete en el parque no dolía más que cualquier vacuna que nos pusieran, o el primer beso suponía el listón de los vendrían después por mucho mejores que pudieran ser.

Una verdadera delicia, de principio a fin y que te pondrá a buenas con ese crío o cría que tienes en tu pasado.


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