domingo, 31 de mayo de 2020
Yeruldelgger Muertos en la Estepa
Ian Manook
Editorial Salamandra
web: www.salamandra.info
ISBN: 978-84-16237-16-6
Ian Manook es en realidad Patrick Manoukian, escritor francés y viajero impenitente, Yeruldelgger es su primera obra y primera de una saga pero de la que no estoy seguro de que yo vaya a seguir; ambienta en las lejanas llanuras mongolas el cuerpo de una niña occidental sale a la luz junto a su triciclo medio enterrada y el comisario Yeruldelgger es el encargado de la investigación, un tipo de difícil carácter que no se lleva precisamente bien con sus superiores o sus compañeros de cuerpo pero si con sus colaboradores y que está marcado por la trágica muerte de su esposa en el pasado y el abandono de su hija.
Estamos ante una novela que no esconde la violencia, los métodos policiales poco ortodoxos, el pasado soviético del país y por otro lado, sus antiguas tradiciones nómadas frente a las nuevas formas de hacer negocios con directivos coreanos que viajan a Mongolia como si fuesen al Far West y todo estuviera permitido.
Desde la comisaría de Ulan Bator Yeruldelgger en compañía de la inspectora Oyun y la forense Solongo tendrán que aclarar este extraño caso que tiene conexiones internacionales, enfrentarse a su pasado con un suegro todopoderoso que le desprecia y a su hija que busca su afecto a pesar de que parece odiarle; al final se encontrará sobre su mesa el cuerpo de la pequeña, dos mujeres asesinadas y colgadas como reses y tres chinos asesinados y cruelmente mutilados; para hacer la labor de Yeruldelgger más complicada aparecen conexiones chinas, movimientos nazis mongoles que odian todo lo extranjero o mejor dicho a los chinos en particular y un jefe y un compañero que no hacen nada más que ponerle trabas a sus investigaciones.
Escrita en mi formato preferido de extensión de los capítulos, se lee ágilmente, si temor a quedarte a medias de nada, peca o choca el exceso de violencia y métodos del inspector pero quizás sea trabaje asé en la policía mongola cosa que me extraña, no me gusta como resuelve la "muerte" de uno de los protagonistas porque me parece artificial pero seguro que para gustos los colores, y donde podrás dormir en una "yurta" -tuve la ocasión de ver una real en el mueso de Antropología de Madrid- o comunicarte con un iphone de última generación mientras galopas a lomos de un pequeño caballo mongol o en un Quad japonés recién sacadito de la línea de producción.
No creo que repita, pero porque no es alguien que me empatice, tiene cosas interesantes como su relación con las viejas tradiciones que si me gusta, casi me gusta la forma de hablar de las comidas tradicionales pero se queda tan en la superficie que no te deja gusto en el paladar lector. A pesar de todo es una novela que creo que puede decirse que está bien escrita, bien ambientada y con esa dosis de lucha contra el poder establecido corrupto que puede gustar y triunfar.
No estoy en contra de los investigadores con más cicatrices que un matador de toros, pero necesito alguna sonrisa en su cara y no me refiero a la relación con Solongo, o ver a su hija sobreponerse a su adicción, necesito donde agarrarme pues aunque la vida y el mundo es cruel y canalla, hay ocasiones en los que ver un poco el mar romper contra lo orilla de una playa vacía puede hacerte ver que hay momentos en los que uno puede ser feliz; en Yeruldelgger a pesar de un par de rayos de sol, no consigues que cambien el rictus de la cara.
Animaros a leerla y decirme si os gusta este habitante de las estepas por las que cabalgó Gengis Kan.
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