sábado, 30 de mayo de 2020

Enero Sangriento



Alan Parks
Tusquets Editores
web: www.tusquetseditores.comwww.planetadelibros.com/editorial/tusquets-editores/59
ISBN: 978-84-9066-772-9


Ya estamos aquí de vuelta, no quiere decir que haya dejado el placer de la lectura apartado , que va, pero no tuve tiempo de colgar todos los libros que me he zampado en este tiempo de confinamiento, que son unos cuantos.
Vamos a empezar con una novela negra ambientada en la Escocia de 1973 y más por afinar un poco más, en la ciudad de Glasgow -aprovecho para decir que cuando visité Escocia hace ya unos años no pasé por allí pero es que ni me lo ofrecieron o tentaron de hacerlo-, estamos ante una novela negra que yo llamaría americana pero en escenarios europeos, el personaje central el detective McCoy es un policía singular, que se mueve como pez en el agua en el sórdida y húmeda Glasgow; la heroína aún no ha hecho estragos entre la población de los bajos fondos y las familias como los Dunlop campan a sus anchas sin que ningún poder terrenal pueda agarrarles.
El pasado de Harry McCoy no fue un camino de rosas pero gracias al que ahora es su amigo y a su vez un peso pesado de los bajos fondos Stevie Cooper, consigue salir casi indemne del orfanato e ingresar en la policía, una relación que no ha pasado desapercibida por sus superiores pero que hacen que no ven mientras resuelve casos pero que puede ser muy mala compañera si toca en lugares o personas que son de cierta enjundía.
Acompañado de un nuevo novato sin ninguna experiencia, tendrá que resolver un caso donde un joven apenas adolescente dispara en la estación de autobuses a una joven con la que no hay aparentes vínculos, bailando en la línea de lo legal y lo no tan legal, McCoy y su novato Wattie se enfrentará a viejos fantasmas y conocidos muy vivos, su ex mujer, un ex compañero del cuerpo ahora guardaespaldas de la poderosa familia Dunlop, los mismos Dunlop, padre e hijo y solo cuenta con la ayuda de su delincuente amigo Cooper y el ahora no tan limpio jefe Murray si hace caso de las informaciones que le ha pasado el no tan limpio de su amigo Cooper.
El pasado y el presente vuelven a tocarse y el tema personal de McCoy y los Dunlop volverá a tocarse y esta vez para resolverser definitivamente, pero algo que parece muy fácil de decir no lo es tanto cuando tu adversario tiene gustos excéntricos, algo que tampoco es decir mucho, pero que goza de la simpatía de la casa real británica, y eso amigos, en un país como Reino Unido no es baladí. Y todo en un relato de veinte días y contado en tercera persona y en el formato de capítulos que me encanta, para no quedarte a medias en una parada lectora, o como yo los llamaría, capítulos estilo serie televisiva de media hora. En esos veinte días McCoy y Wattie forjarán lo que yo pienso que será una bella amistad de compañeros, le abrirá los ojos de lo que no es un amigo por mucho que le salvara el pellejo en el internado y descubrirá a su pesar que quizás su jefe recto y excelente policía es un poco como él, dejando que su mano izquierda no sepa que hace la derecha mientras el orden se mantenga en una sociedad cada vez más cruel.
Sentirnos cerca de McCoy va a ser sencillísimo, es un personaje que crea empatía, incluso cuando está borracho como una cuba, acostándose con una prostituta heroinómana -miedo da como experimentan los capos con la gente para ver como puede funcionar una droga- o recordando un viejo pasado con la que fue su mujer, es más.
La sociedad de Glasgow donde conviven católicos y protestantes es de una atmósfera asfixiante, creo que esa humedad que se respira está tan bien descrita que se te pega en la ropa, esos pubs todavía neblinosos a causa del tabaco y que lo milenials no sabrán de que les hablamos nos hace viajar a tiempos pasados y películas casi en blanco y negro donde lo importante era la trama y los personajes y no un fondo verde al que luego le colgaban una espada láser.
Iros preparando porque la serie continua, sexo, violencia, pintas de cerveza en cantidades industriales, balas y poderosos que se creen impunes, ¿creéis que os vais a librar? pues yo pienso que no, como os pique el veneno de McCoy no saldréis impunes.

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