sábado, 17 de abril de 2021

Los Casos del Comisario Collura

 




Andrea Camilleri
Ediciones Destino
ISBN: 978-84-233-5933-2


Ya conocéis mi predilección por el escritor siciliano, tanto es así que si mañana hiciera un prospecto de un medicamento lo leería sin dudar sabedor que me me encantaría, sea o no de la serie del comisario Montalbano y esta novela o mejor, colección de relatos cortos no ha sido una excepción, relatos que fueron escritos para una colaboración en la prensa, con el diario "La Stampa" y que reúnen todo lo mejor que tiene la pluma de Camilleri.

Vincenzo Collura alias Cecè es un comisario de policía que está convaleciente de un tiroteo y para reponerse el proponen ir de comisario de crucero, una especie de policía que va embarcado en un crucero para investigar los posibles delitos que en el barco se produzcan, robos, etc., a pesar de que el propio Montalbano le dice que no se embarque dado que Cecè es un tipo de tierra dentro, se la la manta a la cabeza y se sube a crucero esperando que su estancia será plácida y tranquila pero su crucero ser verá regado de fantasmas, robos de joyas, intercambio de gemelas, falsos cantantes o cadáveres desaparecidos o niños que dicen que están pero no van embarcados y para resolver todo esto, Cecè no tiene ni el soporte de otros cuerpos de la policía, ni un maldito laboratorio de huellas o un ordenador, solo tiene un pericia y experiencia para resolver los casos y dar con los culpables.

Como en otras obras de Camilleri, no falta el humor negro, la crítica social y más en este caso donde en un crucero los ricos hacen mayor ostentación de su poder y todo en relatos cortos que lees en un suspiro que que bien podrían dar para una obra más larga, tanto es así que alguno de ellos ha sido llevado a las tablas del teatro. 

En la entrevista final Camilleri nos descubre que Collura era uno de los nombres que barajó para la serie de Montalbano y en la misma entrevista aventura una novela con ambos investigadores juntos y que yo sepa, dos quedan no editadas en España aún, como no sea en alguna de ellas me temo que no se volverán a encontrar estos dos tipos que son prácticamente gemelos en sus formas. 

Cualquiera que lo lea va a identificar sin lugar a dudas de que es una obra de Camilleri, sus personajes, la forma de desenvolverse, de actuar y es que el docto siciliano ha creado escuela y un estilo propio y tan personal que es inconfundible y tan disfrutable para mi por otra parte. No puedo quedarme con ningún relato en concreto porque todos ellos me han encantado, me ha causado pena el de la pequeña Irene por reflejar algo diferente pero en todos los casos, me han encantado. Al ser muy cortito no tiene mucho más que contar porque lo que pueda decir igual desgracia el placer de leerlo.

La Policía de la Memoria

 



Yoko Ogawa
Tusquets Editores
ISBN: 978-84-9066-909-9

Meter en una coctelera un poquito del primer Murakami , otro poquito de Orwell con una pincelada de Bradbury y llevarlo a una isla sin nombre en ningún sitio reconocible salvo que pueda sufrir tsunami por culpa de los terremotos; no pongáis nombres a nadie y que los habitantes de esa isla tenga como característica común el conformismo; agitarlo bien, pero sin aspavientos, dejarlo macerar en sus buenas 390 páginas y ya tenéis una frikada de las mías pero que encierra una preciosa e inquietante novela que merece la pena leer.

No se si por culpa de esta maldita pandemia estamos todos acoquinados y por eso nos conformamos en quedarnos como estamos como el chiste, y no estoy hablando de revoluciones ni protestas, hablo de otro sentimiento que se nos ha metido en los huesos y que es el miedo, ese miedo que nos paraliza, que nos hace asumir la perdida de personas queridas sin que podamos hacer nada al respecto pues bien, imagina una isla en un lugar indeterminado que debe estar al norte por lo que nieva y cerca de un cinturón volcánico, esa isla se encuentra asilada de mundo desde que el ferry dejó con comunicarles con el continente, en esa isla vive nuestra protagonista, una isla que tiene una peculiaridad muy rara, y es que las cosas van desapareciendo pero no solo desaparecen de sus vidas, desaparecen de su memoria también de modo que lo que una vez desapareció lo olvidan y ya no saben que era o para que servía o como se usaba, un día son los pájaros, otro día las novelas y otro día vete tu a saber que puede ser; para que la población no guarde esos recuerdos tiene a la policía de la memoria que recorre la isla en busca de esas cosas que han desaparecido para hacerlas desaparecer y en busca de una pequeña parte de la población no olvida esas cosas. Esa policía que evoca tiempos dictatoriales afortunadamente ya pasados -aunque no olvidados por algunos por lo que parece- ejerce un férreo control sobre la población, llevándose familias enteras que ya no vuelven a aparecer.
Pero ojo, desaparecen no solo las cosas, desaparecen también las emociones, las experiencias, las sensaciones, imaginar por un momento que mañana desaparece la tristeza, el amor o la felicidad, pero además de ello, desaparece lo que se siente, lo que se experimenta y no puedes explicarlo porque no ni sabes lo que era ni lo que se sentía, ¿no os parece cuanto menos inquietante y un tanto terrorífico?
Nuestra protagonista es una escritora de novelas, en un sitio donde no se lee hasta que cierto día desaparecen las novelas, ella ha sufrido en sus carnes la desaparición de su madre o mejor dicho la muerte de ella tras ser llevada por la policía de la memoria por ser uno de esos seres que no olvida, una escultora que esconde algunos recuerdos de esos desaparecidos en sus esculturas, también su padre, un ornitólogo que también desaparece; vive una vida tranquila pero sin recordar esas cosas que desaparecen de forma cotidiana, su relación con su editor del que solo sabemos que se llama R, uno de esos seres especiales que no olvidan, y el viejo responsable del ya inoperativo ferry son toda su vida, ah y un perro de unos vecinos que se llevó también la policía, entre los tres se ayudan para evitar caer en manos de esos cazadores de recuerdos construyendo un refugio para el editor aislándole de ese extraño mundo.

La novela nos hará reflexionar sobre nosotros mismos, de quien somos y porque somos lo que somos, ya que gracias a nuestros recuerdos construimos el ser humano que somos, solo aquel que olvida es capaz de no sentir empatía por el que sufre y lo terriblemente inhumano que es eso. Con una prosa suave y sin violencia, nos transmite ese miedo a los policías de la memoria, el miedo de los vecinos para no caer en manos de ese estado policial que alguno puede ver en las palabras del diario de Ana Frank, quizás ese refugio del R en casa de nuestra protagonista sea otro guiño a la desaparecida en el campo de exterminio; pero lo esencial es que el final no tiene para nuestra protagonista un fin revelador porque no es capaz de recordar, solo queda el consuelo de que R que si tiene esa capacidad de recordara sabrá que ha existido y por eso podrá demostrar que vivió, ¿no es eso que nadie muere en la medida de que alguien te recuerda? porque todos los esfuerzos de R porque recuerden tanto ella como el viejo del ferry son infructuosos.

En fin, perturbadora novela, que tiene más chicha de la que parece y que creo que merece la pena, salvo que no os apetezca que vuestras neuronas trabajen claro.

sábado, 3 de abril de 2021

La Red de Protección

 



Andrea Camilleri

Editorial Salamandra

web:www.penguinlibros.com

ISBN: 978-84-18107-57-3


Andrea Camilleri perdió visión en los últimos años de su vida y  sus últimas obras ya no las escribió de su puño y letra recurriendo al dictado de las mismas, algunas de esas obras ya las he comentado en este espacio pero de la serie del inspector Montalbano esta es la primera dictada tal y como aparece destacado al final de la obra en los agradecimientos; el hecho de que fuese dictada no la hace peor ni pierde un ápice del ingenio y todas esas cosas buenas que tienen todas las obras del genial siciliano y que tanto me gustan y me hacen disfrutar.

Camilleri era un hombre actual, en sus novelas hay siempre temas de rabiosa actualidad y eso  en un hombre de 90 años y encima con problemas visuales dice mucho de él por mantenerse actualizado en ese mundo cambiante que en dos semanas te quedas fuera por no tener la última actualización de whatsapp o no tener Instagram (por cierto, no tengo ni Instagram ni Twitter) y en este última novela publicada el tener que tratar con su ahijado, Salvuzzo el hijo de Mimì Augello y Beba, le obligará a contactar con una generación que parece que habla otro idioma, que vive en otro mundo pero que en realidad tiene los mismos problemas pero "vestidos" con otros ropajes más modernos y en esta ocasión además Camilleri entrelazará dos casos con 50 años de diferencia pero con el mismo problema de fondo, la necesidad de protección.

Vigàta se levanta revolucionada una mañana por un rodaje italo-sueco de una serie televisiva, los lugareños asisten embobados a los sets de rodaje viendo a las bellezas suecas y Montalbano vive un instante de paz que le tienta a ir a ver a Livia, cierto día antes de partir recibe la llamada de un vecino, Ernesto Sabatello, para que le ayude a resolver cierto misterio familiar relacionado con su padre y el hermano autista y por tanto tío de este y que tiene que ver con unas películas de cine que filman una pared encalada en blanco sin nada más y un año detrás de otro en la misma fecha hasta la muerte del padre; también el colegio anda algo revolucionado, la clase del ahijado del comisario recibe la visita de dos individuos con caretas de "anonimus" que después de una perolata dan dos tiros al techo y salen por piernas no sin que antes Augello que estaba en el colegio para hablar con los profesores cruce unos disparos contra los dos individuos.

A excepción del "querido" forense de Motalbano, tenemos a toda la familia relacionada de un modo u otro en la obra, adoro los instantes de Catarella, no por ser un poco espeso, es que es un tipo agradecido, trabajador, vale que es corto de entendederas pero el tipo se defiende infinitamente mejor que el comisario si es que tiene que enfrentarse a un ordenador y eso nos debe decir mucho y bien del siempre divertido Catarella; Mimì seguirá con sus líos de faldas y que siempre ponen en un compromiso a Montalbano, ya no solo por ser su subordinado, es que además hay una relación personal muy estrecha con la familia, por ejemplo si mi memoria no falla en esta novela tendremos ocasión de conocer un poco más a Salvuzzo porque hasta ahora no había tenido un papel protagonista excepto el día que ha su aparición y que siendo un bebé poco podría aportar, la difícil relación con el padre -como la de todos los adolescentes- y los recursos que hay que emplear para poder contactar con esta generación tan preparada tecnológicamente que nos da sopas con ondas en cuanto encienden un teléfono o una táblet.

Como en todas las novelas de Montalbano, los placeres culinarios son todo un espectáculo, yo os prometo que si se hiciera un libro con la recetas de las novelas de Montalbano lo compraba corriendo y aunque Salvo se sabe ya cercano a la jubilación en esta novela no se siente tan mayor y cansado como en las anteriores que si aprecias ese desgaste corporal y mental que tan bien plasmaba Camilleri en sus últimas novelas.

Después del sinsabor de "64" reconciliarte con la lectura con Montalbano es garantía de éxito, una novela negra donde se disfruta de la vida, se respira el aroma del mar, de comida en restaurantes escondidos sin turistas donde te sirven el plato del día y te chupas los dedos después de borrar el dibujo del plato de tanto mojar pan, donde los vecinos se conocen y no se gruñen por las escaleras como pasa en las grandes ciudades, un tiempo donde reloj marca las horas aún de forma analógica pero de forma inexorable -no debéis olvidar que Vigàta no existe, es una pura invención de Camilleri-.

No dejéis de leer cualquier novela de Montalbano, todo es delicioso, trate el tema que trata, en todos ellos se puede si se quiere sacar una lectura moral y una crítica social interesante y lo mejor sin traumas extraños y raros que tanto le gustan a los escritores nórdicos y algunos españoles ahora.

jueves, 1 de abril de 2021

64

 




Hideo Yokoyama

Editorial Salamandra

web: www.penguinlibros.com/es/11942-salamandra

ISBN: 978-84-18107-25-2


Pues primer tostón y ladrillo del año, una novela que se las prometía mucho y que con un buen montaje parece que va a tenerte pegado al papel durante las 24 horas del día y me ha tenido como loco porque se acabase de una vez -no soy de los que abandonan un libro casi nunca- porque es un tostonazo, veréis en la contraportada críticas de que es la mejor novela negra leída por algunos expertos y sinceramente empiezo a dudar de que se la hayan leído, pues es lenta hasta la extenuación, con un exceso de metraje insufrible, repetitiva y como cualquier culebrón barato televisivo, se acaba en las últimas 20 páginas de forma abrupta y trepidantemente después de haberte tenido más de 600 páginas dando vueltas sobre lo mismo. Yo que soy un aficionado a la literatura nipona no le voy a negar que refleja muy bien a la sociedad de ese país, ese respeto a la jerarquía aunque sean unos verdaderos inútiles, la soledad de algunos individuos cuando fracasan en su labor ya sea profesional como personal, ese machismo que perdura a pesar de los tiempos y que me temo que costará mucho más que aquí erradicar o ese espíritu a lo Oliver y Benji de ser los mejores pese a quien pese aunque se juegue en equipo o el trabajo individual, constante y repetitivo que siempre da resultados.

Publicada en el 2012 pero ambientada en dos instantes de la vida del jefe policía de relaciones con los medios, Yoshinobu Mikami y que son enero de 1989 cuando una pequeña niña de siete años, Shojo Amamiya es secuestrada y hallada muerta y 2003, es decir catorce años más tarde cuando salen a la luz ciertos informes de que hubo cierta negligencia policial que fue encubierta por la misma policía y cuando está a punto de prescribir el delito. En el momento actual Mikami ha sufrido un duro revés y es que su hija se ha fugado de cada y eso afecta a sus relaciones con su esposa y para colmo recibe llamadas sin contestación que sospecha que son de su hija fugada de la que no saben nada. Mientras trata de realizar su difícil trabajo con la prensa sobre darles datos de casos vigentes descubre que ciertas secciones de la prefectura están tratando de dar un "golpe de estado" a los jefazos de Tokio, en esa lucha interna por el poder en la Mikami es una marioneta, tendrá que lidiar con una prensa cada vez más ávida de datos y noticias que publicar, su pasado con la sección 64 que es la que da título a la obra y es la sección que se ocupó  de investigar el fallido rescate de hace 14 años de Shojo Amamiya y sus propios problemas familiares.

El pasado de Mikami como investigador y miembro del 64 le atormenta en la medida de que el caso de Amamiya sigue sin resolver aún y se lo toma de forma muy personal cuando recibe la noticia de que la jefatura de Tokio quiere ir a visitar al padre de Shojo para presentarle sus respetos en un intento de hacer parecer de que siguen investigando cuando en realidad han tirado la toalla y que parte de los sucedido es responsabilidad del 64, el sabe que es una mera operación de marketing pero las luchas intestinas por posicionarse en la jefatura de los diferentes miembros hacen que Mikami se tome muy en serio su función como jefe de relación con los medios sin dejar de investigar el caso acaecido hace ya 14 años.

La novela está escrita con un ritmo lento, lentísimo que pueden aburrir a más de uno, como apunte positivo tiene que refleja muy bien el sentir nipón, el escalafón policial, las cuitas internas entre unos y otros y los celos en función de los egos de unos policías respecto a otros. Ese ritmo se eleva de forma exponencial al final de la obra y que seguro hará que alguno se le tuerza el gesto pues para estos cestos no hacían falta tales mimbres digo yo, de haber tenido una tijera, habría dejado la novela en la décima parte y siempre jugando con los personal y lo laboral pues el drama de la desaparición de su hija lo persigue a lo largo de toda la trama y termina sin su resolución no se aún con que fin, pero que es el único hilo suelto que queda. Y que una historia de venganza -nunca la venganza se tomó más fría que lo que se ha hecho en esta novela- puede llegar a buen término si perseveras y eres constante.

Yo que soy un seguidor de esta editorial, lamento cuando me dejo embaucar y me leo un ladrillo como este, he leído obras maravillosas de escritores impresionantes de los que he dejado buena cuenta en este blog de esta misma editorial tanto es así que muchos de ellos son escritores de cabecera míos, seguramente Yokoyama sea un escritor formidable pero ni he conseguido contactar con él, ni me ha seducido su trama, me ha aburrido terriblemente y mira que me fastidia porque si he de ser sincero cuando agarré la faja y la contraportada del libro pensé que el resultado iba a ser otro.