Me aficioné a las novelas "country noir" cuando leí a Craig Johnson del que tenéis debida cuenta en este blog pero desde su última obra no volví a leer nada del género hasta que vi este título que si soy sincero al principio me hizo dudar de mi lección pero que una vez acabado ha satisfecho mis ansias devoradoras de libros.
Vamos a movernos en los estados más profundos de Estados Unidos, los que votan a Trump haga lo que haga, los que disparan y después preguntan aunque vayas a su casa a pedirles sal, los que tienen como deporte nacional su fútbol americano, es decir una versión de Texas pero sin hispanos aunque esto es generalizar demasiado pero seguro que con el símil os hacéis una idea; el sheriff es aún personaje de importancia aunque sin medios para poder realizar su labor aunque aquí es un oficial subordinado a un sherif de más poder de una zona más amplia y digo que sin medios porque en la América de los que no creen en la maquinaria del estado, el sheriff o sus ayudantes son las herramientas del estado para controlarlos y por ello no son bien vistos, pues Henry Farrell es uno de esos oficiales de policía, viudo y veterano de Somalia donde el ejército yanqui tuvo que salir por patas, encargado de llevar el orden en una zona de los montes Apalaches ficticia llamada Wild Thyme, con un ayudante por toda ayuda conviven con una población desconfiada que vive de las rentas fruto del fracking o fractura hidráulica, lo que más os guste para sacar gas y petróleo y donde su trabajo consiste en poner multas de exceso de velocidad, cerrar algún que otro laboratorio de meta cada vez más frecuentes y evitar las riñas familiares o de borrachos de barra de bar. La tranquilidad de la localidad se ve alterada cuando un viejo habitante del valle, descendiente de una generación de irlandeses, Aub Dunigan encuentra un joven asesinado entre la nieve, la verdad es que la salud mental del viejo Aub no ayuda mucho y para complicar aún más las cosas aparece asesinado el ayudante de Henry, George, unos jóvenes la lían en una explotación de meta y aparece una tumba sin nombre en los terrenos de Aub; nada está claro y los vecinos no están por la labor de ayudar a nadie salvo a ellos mismos.
En ese idílico lugar montañoso solo roto por las estructuras de fracking, pero lleno de penurias que algunos soportan a la caza, los personajes son la reencarnación de Geremías Johnson, que sobreviven en esa dura tierra con lo poco que les da pero que se contentan con ello, no quieren más, no se lamentan de su escasez y eso les hace ser celosos de lo poco que poseen, por eso creo que son personajes tan solitarios y huraños, donde el de fuera es visto con recelo y desconfianza y eso lo refleja muy bien Tom Bouman en la novela, sospecho que sabremos más de Henry Farrell a tenor de como ha concluido la novela y como ha dejado abierto aspectos personales que han marcado su carácter, ya sea la muerte de su esposa Polly o su paso por el ejército.
Me ha gustado a pesar de mis dudas al principio de la lectura porque me estaba construyendo una historia que al final no tenía nada que ver, quizás alguno le achaque que se ha sacado un as de la manga para resolver el crimen del joven aparecido en la montaña pero creo que esta novela es más un "documental" de esa américa profunda que no conocemos, de su tarta de manzana y camisas de cuadros que llevan el rifle para cazar ciervos o una ardilla listada si se les ha dado mal, me ha gustado porque el paisaje es un personaje más y muy importante, donde por muy solitario que sea un hombre sin la ayuda de su vecino en una tierra tan dura tiene los días contados, ya sea porque se queda sin madera para el invierno o sin trabajo; ver como cuidan al viejo Aub su vecina por ejemplo.
En próximas novelas sabremos si Henry Farrell responsabiliza a las explotadoras del fracking de la muerte de su mujer, pues solo sabemos que ha muerto de un cáncer galopante y en que medida ese destrozo medioambiental al que se verán sometidas las montañas le afectará a él o sus vecinos y que sospecho que si.
Buena novela de tumbona de playa, no os la perdáis.
