domingo, 18 de julio de 2021

La Patria de los Suicidas

 




Pascual Martínez

Siruela Ediciones

web: www.siruela.com

ISBN: 978-84-18708-22-0



Métase en una coctelera a Rocco Schiavone, al comisario Montalbano, agítese bien, vístelos del uniforme de la Benemérita, con o sin tricornio y pongámoslo un pueblo de Córdoba con un pantano y repleto de olivares y tenemos Iznájar como localidad y a Ernesto Pitana como sargento desplazado sin saberse el motivo a la casa cuartel de dicho pueblo; después de un incidente que no sabes cual es hasta el final de la obra el Sargento Pitana el nuevo jefe del cuartel del Iznájar nada más llegar a su nuevo destino se enfrenta a un suicidio, algo que en si no debería levantar sospechas pero una vieja foto con el suicida y sus jóvenes amigos que también se ha suicidado hace que el sargento se ponga a investigar. La comarca tiene disparados los casos de suicidios por eso no había levantado sospechas, los habitantes suelen hablar de la dama del lago, que les hace sumergirse en sus aguas y mueren ahogados pero no es el único método empelado por los suicidas. Esos cinco chicos todo muertos era como uña y carne, solo Daniel el único fallecido es el único que no se encontró el cuerpo y que había tenido una infancia muy dura tras haber fallecido sus padres en un accidente de tráfico y tenerse que ir a vivir con una tía que no le tenía ningún afecto

Pitana tiene que lidiar con una plantilla que tienen de todo, desde una impetuosa pelirroja que no se corta un pelo al hablar que es la cabo Montero, una canaria que quita el hipo, un compañero que quiere ligar con ella y no sabe como o el típico torpe -el Catarella cordobés- Palomeque entre otros, una jueza que parece no querer ponerle las cosas fáciles o una interesante psicóloga cordobesa que ayudará a Pitana en muchas más cosas de las que el podría sospechar.

Para ser una primera novela esta la de Pascual Martínez creo que está muy bien conseguida, no se si habrá leído los protagonistas que citaba al principio pero si lo habéis leído seguro que vais a encontrar muchas similitudes; a pesar de ello construye una historia con fundamento y sólida, dando pie a una posible continuidad del personaje en posteriores casos; hay elementos interesantes que dan muchas posibilidades como por ejemplo desarrollar un poco más a los otros personajes secundarios, o el papel de la mujer fallecida de Pitana o su cuñado o su influencia. La trama es muy ágil, no se pierde en descripciones superfluas que no vienen al caso pues para definir un secarral con 40 grados a la sombra no hace falta mucho por ejemplo y Pascual Martínez lo hace con mucha solvencia, o también esas sociedades rurales endogámicas donde todo está relacionado por vínculos de sangre y donde los extraños no pueden entrar por mucho que se esfuercen porque el mismo grupo social no se lo permite, seas el párroco del pueblo o el nuevo sargento del cuartel de la Guardia Civil.

Los personajes del pueblo son unos lugareños sumisos que aceptan el sino del suicidio como algo normal porque históricamente ha habido suicidios, algo que Lara Campos la psicóloga, explica que tiene explicación y en todo eso Pitana es como un pingüino metido en el hogar de una panadería que no sabe como actuar pues no confía en su plantilla y él es un Clint Eastwood como dice la jueza o un Gary Cooper en "Solo ante el peligro".

Una deliciosa novela de verano que sospecho que nos traerá secuelas y que es muy amena y entretenida, ¿se le debe pedir algo más a una novela "rural noir" como la he visto clasificada en algunos blogs, pues yo creo que no, no os la perdáis.

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