domingo, 15 de junio de 2025

La Huella Azul

 




Alejandro López Andrada

Editorial Hiperión

web: www.hiperion.com

ISBN: 978-84-9002-263-4


Otro poemario que no se vino conmigo en la Feria de este año, lo vi en la web hace poco y cuando leí "una elegía rural" me tiré a él como cuando me tiro a la piscina, sin pensarlo ni un segundo. No conocía al poeta y es un falló mío bien gordo pues es un poeta consagrado y de formas deliciosas e intimistas de las que a mi particularmente me fascinan.

Alejandro López es un poeta maduro, nacido en Córdoba, que conjuga con excelencia su visión del mundo agrario con una honda prosa personal y llena de sutilezas con la pasión por vivir y recordar, en sus recuerdos cabe todo aquello que le afecta, que nos afecta, su padre, su gata, una tía, un amigo, un beso, es decir, lo que a todos nos conmueve y todo ello de una forma diferente, sin ceñirse a los cánones y sin embargo bella, honda y llena de sentimientos y belleza.

Agrupados en tres partes distintas: Ámbitos, Imágenes y Las Ausencias, Alejandro López se mueve con maestría sin caer en moñerías, ni en parecer que ha descubierto la rueda, porque la poesía no va de eso, va de mostrar un mundo interior ya sea suyo o el nuestro, que no hemos sabido ver ya sea por "miopía" intelectual o por insensibilidad pétrea. De esas tres partes distintas la tercera ha sido la que más me ha conmovido, tanto es así que de los tres poemas que he señalado todos lo son de esa parte, quizás porque me ha tocado más de cerca o las fechas que se acercan porque el mes que viene hace años que falta mi amada Marina.

Mi poema favorito es "Michu" pero lo es por motivos personales, tuve que enterrar a mi gata entre unos encinares después de dos dogos argentinos sueltos la cogieran y la mataran, todavía no se de quien eran los perros y como el el Karma se que el karma no existe, solo me queda el consuelo de que las hormigas le comerán el culo como a todos, pero no le dolerá, es lo único que lamento. En fin, la enterré entre encinas y unas piedras grandes para que las alimañas no se la comieran aunque pensándolo fríamente, que más daba ya, si ya no vivía. El poema "Vuelo" por el verso final, que ha sido como mirarme en un espejo, no os lo pongo para que lo leáis, jeje, y por último "Otro ángulo" por las ganas de volver a esos espacios temporales y físicos donde fui feliz, aunque seguro que no sería lo mismo, porque nuestra memoria es tan benigna que nunca recuerda el amargor de esos tiempos.

El poemario es realmente hermoso, diferente, sutil, cálido y sin pretender clases ni consejos de nada, os dejará huella, no lo dudo y con conmoverá a menos que os alimentéis de cactus.

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