jueves, 1 de abril de 2021

64

 




Hideo Yokoyama

Editorial Salamandra

web: www.penguinlibros.com/es/11942-salamandra

ISBN: 978-84-18107-25-2


Pues primer tostón y ladrillo del año, una novela que se las prometía mucho y que con un buen montaje parece que va a tenerte pegado al papel durante las 24 horas del día y me ha tenido como loco porque se acabase de una vez -no soy de los que abandonan un libro casi nunca- porque es un tostonazo, veréis en la contraportada críticas de que es la mejor novela negra leída por algunos expertos y sinceramente empiezo a dudar de que se la hayan leído, pues es lenta hasta la extenuación, con un exceso de metraje insufrible, repetitiva y como cualquier culebrón barato televisivo, se acaba en las últimas 20 páginas de forma abrupta y trepidantemente después de haberte tenido más de 600 páginas dando vueltas sobre lo mismo. Yo que soy un aficionado a la literatura nipona no le voy a negar que refleja muy bien a la sociedad de ese país, ese respeto a la jerarquía aunque sean unos verdaderos inútiles, la soledad de algunos individuos cuando fracasan en su labor ya sea profesional como personal, ese machismo que perdura a pesar de los tiempos y que me temo que costará mucho más que aquí erradicar o ese espíritu a lo Oliver y Benji de ser los mejores pese a quien pese aunque se juegue en equipo o el trabajo individual, constante y repetitivo que siempre da resultados.

Publicada en el 2012 pero ambientada en dos instantes de la vida del jefe policía de relaciones con los medios, Yoshinobu Mikami y que son enero de 1989 cuando una pequeña niña de siete años, Shojo Amamiya es secuestrada y hallada muerta y 2003, es decir catorce años más tarde cuando salen a la luz ciertos informes de que hubo cierta negligencia policial que fue encubierta por la misma policía y cuando está a punto de prescribir el delito. En el momento actual Mikami ha sufrido un duro revés y es que su hija se ha fugado de cada y eso afecta a sus relaciones con su esposa y para colmo recibe llamadas sin contestación que sospecha que son de su hija fugada de la que no saben nada. Mientras trata de realizar su difícil trabajo con la prensa sobre darles datos de casos vigentes descubre que ciertas secciones de la prefectura están tratando de dar un "golpe de estado" a los jefazos de Tokio, en esa lucha interna por el poder en la Mikami es una marioneta, tendrá que lidiar con una prensa cada vez más ávida de datos y noticias que publicar, su pasado con la sección 64 que es la que da título a la obra y es la sección que se ocupó  de investigar el fallido rescate de hace 14 años de Shojo Amamiya y sus propios problemas familiares.

El pasado de Mikami como investigador y miembro del 64 le atormenta en la medida de que el caso de Amamiya sigue sin resolver aún y se lo toma de forma muy personal cuando recibe la noticia de que la jefatura de Tokio quiere ir a visitar al padre de Shojo para presentarle sus respetos en un intento de hacer parecer de que siguen investigando cuando en realidad han tirado la toalla y que parte de los sucedido es responsabilidad del 64, el sabe que es una mera operación de marketing pero las luchas intestinas por posicionarse en la jefatura de los diferentes miembros hacen que Mikami se tome muy en serio su función como jefe de relación con los medios sin dejar de investigar el caso acaecido hace ya 14 años.

La novela está escrita con un ritmo lento, lentísimo que pueden aburrir a más de uno, como apunte positivo tiene que refleja muy bien el sentir nipón, el escalafón policial, las cuitas internas entre unos y otros y los celos en función de los egos de unos policías respecto a otros. Ese ritmo se eleva de forma exponencial al final de la obra y que seguro hará que alguno se le tuerza el gesto pues para estos cestos no hacían falta tales mimbres digo yo, de haber tenido una tijera, habría dejado la novela en la décima parte y siempre jugando con los personal y lo laboral pues el drama de la desaparición de su hija lo persigue a lo largo de toda la trama y termina sin su resolución no se aún con que fin, pero que es el único hilo suelto que queda. Y que una historia de venganza -nunca la venganza se tomó más fría que lo que se ha hecho en esta novela- puede llegar a buen término si perseveras y eres constante.

Yo que soy un seguidor de esta editorial, lamento cuando me dejo embaucar y me leo un ladrillo como este, he leído obras maravillosas de escritores impresionantes de los que he dejado buena cuenta en este blog de esta misma editorial tanto es así que muchos de ellos son escritores de cabecera míos, seguramente Yokoyama sea un escritor formidable pero ni he conseguido contactar con él, ni me ha seducido su trama, me ha aburrido terriblemente y mira que me fastidia porque si he de ser sincero cuando agarré la faja y la contraportada del libro pensé que el resultado iba a ser otro.

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