domingo, 5 de julio de 2020

Qualityland



Marc-Uwe Kling
Tusquets Editores
web: www.tusquetseditores.com , www.planetadelibros.com/editorial/tusquets-editores/59 y www.marcuwekling.de/en/
ISBN: 978-84-9066-800-9


Coger en una coctelera y meter a Bennett y a Orwell, agitar convenientemente y el resultado se parecerá mucho a esta obra del alemán Mar-Uwe Kling, una novela a modo de premonición satírica que a buen seguro pertubará a más de uno que hará que cuando vayas a comprar algo por la red o a interactuar en tus redes sociales te lo pienses dos o tres veces antes de hacerlo.
Estamos en un país no demasiado lejos en el futuro llamado Qualityland, pero que antes se llamaba de otro modo, un país que cambió de nombre después de una crisis brutal y que por mediación de expertos de marketing deciden cambiar de nombre, de sistema económico, de nombre de sus propios habitantes y casi de democracia, la única diferencia y esencial diferencia con cualquier país actual es que son los algoritmos los que deciden todo, que deseas ver, leer, comprar y hasta elegir en las próxima elecciones, gracias al desarrollo tecnológico los robots realizan muchas de las actividades que antes realizaban los humanos agrabando aún más la brecha de los poderosos de los que no lo son y que son denominados inútiles, esta diferencias de "castas" económicas van desde los que tienen menos de 10 y que son los inútiles, hasta los dirigentes que son personas con un estatus de 90; esas diferencias hacen que algunos no tenga acceso a cosas que los más poderosos si tienen y encima te hacen que te relaciones con personas con tu mismo nivel, ni más ni menos.
La sociedad de Qualityland en manos de los algoritmos, se maneja con solo dos partidos políticos, el partido del Progreso y la Alianza por la Calidad, el primero de ellos después de saberse que la primera ministra va a morir dentro de unos días porque lo dice un algoritmo, decide presentar a un robot como primer ministro, John of Us, un robot que no se equivoca pero que tendrá que luchar en una encarnada campaña electoral contra Conrad Cocinero, que se parece mucho a Donald Trump todo sea dicho, mientros Peter Sinempleo, que regenta una prensa que destruye los robots defectuosos porque en Qualityland nada se repara, recibe un delfín vibrador que no ha pedido ni quiere, comienza así una lucha contra el sistema en el que ayudado de un androide de combate con estrés postraumatico, un robot de placer sexual con problemas sexuales, un dron con miedo a volar, una escritora cibernética con miedo a la hoja en blanco, una Ipad llamada Pink que no se calla ni debajo del agua y una mujer misteriosa llamada Kiki se embarcarán en su lucha contra TheShop (como un Amazon o un Aliexpress pero a lobestia), la mayor empresa de venta por internet y que se adelanta a todos tus deseos.
Vais a encontrar multitud de referencias a la actualidad, desde las soporíferas películas de Jennifer Aniston, el edulcoramiento de un pasado horroroso causado por los nazis se edulcora hasta tal punto que no son malos, páginas de contactos en los que se buscan parejas conforme a tus inclinaciones; incluso tenéis interrupciones con anuncios y comentarios de usuarios que han comprado el producto.
Es imposible que no sintáis afecto por Peter y por John, cada uno por un motivo diferente, y ahora que cada día vemos motivos más que suficientes como para extinguirnos como especie por idiotas, ver a estos dos personajes me dan cierta fe en una parte de la humanidad, aunque una sea de cables y robótica, tanto es así que yo votaría por John sin dudarlo y me haría amigo de Peter.
Lo que me resulta contraproducente es que si queremos luchar contra algo que está empezando a hacerse ya en nuestros gustos televisivos, informativos, etc., que el propio autor haya vendido los derechos a la HBO me parece una incongruencia.
Comprobaremos que hasta en una sociedad tan idílica como Qualityland hay terrorismo, un terrorismo que es abonado por el propio estado, porque es un negocio al fin y al cabo y de lo que se trata es de no perder dinero y si un algoritmo te dice que se le venda tal misil a un grupo disidente a pesar de que pueda causar bajas civiles, pues se le vende. Economía pura y dura orquestada por máquinas para enriquecer cada vez más a unos pocos humanos que no tienen nada de máquinas.
Vamos camino a un mundo donde cada vez menos tendremos que decidir, porque un algoritmo lo hará por nosotros, no se equivocará nunca y seremos felices para siempre, pues una mierda, si alguien quiere algo así que me borre, necesito el componente humano, no quiero solo ver los informativos con las noticias que me gustan y que según la novela podrían ser perfectamente falsas todas ellas porque se han hecho para que me gusten, no, quiero enterarme también de lo que no me agrada, formarme mi propia opinión, no deseo que un programa me diga que esa mujer es la adecuada para mi porque nos gusta el rugby,  no, quiero que me guste esa mujer porque podamos discrepar en una novela, en un disco o en una comida y en la aventura de descubrirlo disfrutemos de nuestra compañía y así con todas las demás cosas importantes.
Me ha parecido una obra muy interesante, perturbadora por lo que pude significar para nosotros como usuarios de redes y compradores de la red y que puede hacer que nos planteemos más de una o dos cosas en nuestra forma de comportarnos en la red.

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