sábado, 24 de noviembre de 2018

Leonardo y Miguel Ángel



Stephanie Storey
Ediciones Pàmies
web: www.edicionespamies.comwww.oilandmarble.com
ISBN: 978-84-16331-63-5

Aprovechando que empiezan los actos por el doscientos aniversario del museo del Prado, por favor no dejéis de ir y se que digo esto y tiro piedras contra mi tejado porque me encanta disfrutar todo ese arte atesorado dentro de él cuando estoy prácticamente solo en las salas como hice con la exposición temporal del maestro Bermejo hace pocos días, o el cuadro de Holofernes de Rembrandt al que por cierto han ubicado con mucha de la pintura holandesa en la segunda planta -acierto absoluto del museo- y recordé que tenía este libro al que fui a la presentación de la autora apilado entre los "a leer" pero se había quedado abajo porque había puesto demasiadas nuevas adquisiciones encima; estamos ante la primera novela de la autora, una apasionada doctora en historia del arte que ha escrito una formidable novela, poneros en su lugar pues si escribir una novela histórica solo de cualquiera de los dos genios, Leonardo o Miguel Ángel, debía ser una tarea hercúlea, imaginar el trabajo de los dos a la vez en el breve momento de la talla del "David" y la pintura de la "Monalisa".
Por cierto en el museo hay de Miguel Ángel hay dos estudios a lápiz del hombro y el brazo de un hombre sobre papel y de Leonardo no hay nada pero en su defecto hay de uno de sus alumnos la famosa copia de "La Gioconda" que se hizo tan famosa hace unos años; sorprende que los reyes españoles de los años posteriores no se hicieran con obras de ninguno de los dos genios.
Históricamente los dos genios coincidieron en Florencia entre los años 1501 y 1505, en un ejercicio de ficción Storey narra una posible rivalidad entre los dos genios, un Leonardo ya maduro y reconocido por todos y un Miguel Ángel que acaba de finalizar "La piedad" pero al que todavía no conoce nadie, el gobierno de la república de Florencia saca a concurso hacerse con una mole de mármol, la piedra de Duccio, para construir una escultura y a ella concurren todos los más famosos artistas del Florencia y como no, los dos genios también, es en ese punto donde Storey sitúa la rivalidad de los dos genios porque Leonardo desprecia las capacidades de Miguel Ángel y este termina por despreciar al genio de Da Vinci porque no le da su consideración.
En un baile a dos, vamos viendo como Miguel Ángel se desespera por dar forma a esa masa informe de mármol esperando que le hable, Leonardo tratando de hacerse con trabajos para poder seguir desarrollando su deseo de volar de modo que llega al punto de vender sus servicios a César Borgia, enemigo declarado de Florencia pero a la que no ataca gracias a los pagos que hace la república para que no lo haga, pero a la muerte del papa Alejandro VI y la caída en desgracia del Borgia le hace volver a Florencia y proseguir esa rivalidad que hará sus obras más hermosas para deleite nuestro.
Estamos ante una novela escrita con una pasión desmesurada por el arte, con un buen pulso narrativo que nunca decae y que te mantiene en vilo por ver ese "enfrentamiento" entre esos dos genios, una novela en la podemos acariciar el mármol inacabado de Miguel Ángel o ver la composición de colores de la obra mas visitada del museo de Louvre -a la que por cierto de tanta gente que va a verla es imposible acercarte o apreciarla y yo fui un mes de agosto que es temporada muy baja-, una novela que describe creo que con gran acierto el enfrentamiento entre un genio que ya está sintiéndose mayor o si no ver su encuentro con Rafael cuando se muestra el David, contra el nacimiento del que seria el maestro escultor de ese siglo, escultor, pintor y arquitecto, porque estamos ante dos hombres típicamente renacentistas y que ha plasmado excelentemente bien Storey, pues dominan muchas artes y no desdeñan ninguna.
Para dar un toque más natural y realista, la autora nos muestra las difíciles relaciones de Miguel Ángel con su familia, en concreto que su padre y con uno de sus hermanos, los desvelos de Leonardo por dejar algunas obras sin concluir en un intento de que no perderlas para siempre lo que les hace más humanos pues la dimensión de genio de los dos llega hasta nosotros tan desvirtuada que en algunos libros de arte parece que measen colonia, así por ejemplo nos describre a Miguel Ángel como un hombre poco aseado -típico de la época-, o a Leonardo que no esconde su relación con su joven y bello amante pero que ante los demás no parece ser digno de "castigo" como si lo sería en otra persona de su tiempo.
De la misma manera, como "construir" una buena novela no solo puede hacerse con personajes, la propia autora nos cuenta la difícil situación que se vive en la Italia -que entonces no es Italia- de esos años, con luchas continuas con los franceses, Pisa, Milán o los ejércitos papales, muy importante, la llegada de los españoles está ya presente, no en vano en 1503 la decisiva batalla de Cerignola comienza el declive francés en la zona y que llegaría con la derrota de Pavía en 1525, por eso no os extrañe ver como únicos "españoles" en la novela a los Borgia, que ya podían haber sido otros, ¿verdad?.
Lanzaros a por ella, ya lleva dos años publicada pero seguro que todavía es localizable y en un año tan artístico como este, sería una bonita forma de comenzar ese 200 aniversario de la probablemente mejor pinacoteca del mundo.

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