viernes, 9 de noviembre de 2012

El Último Día de Francisco Pizarro



Alberto E. Massa
Editorial Alfaguara
ISBN: 978-9972-847-35-6

Ojo con este libro si intentáis localizarlo en España, está editado por la editorial Alfaguara pero en su filial peruana por lo que imagino que su localización será difícil.
Todos en España hemos estudiado el personaje de Pizarro en la escuela y tenemos una idea previa que poco o nada tiene que ver con la imagen tiene este personaje en el Perú y del mismo modo allí pasa lo mismo y por eso quise leer algo al respecto y con esto además veréis en esta entrada algo de "crítica" al modo en que nos ven por esas latitudes sin quitarles parte de razón y esto es debido a la mala leche que me puso un guía que no pertenecía a la compañía con la que viajé -estupenda por cierto y que os recomiendo vivamente, Condor se llaman y no me llevo comisión- a este guía en el tránsito de Puno -capital del lago Titicaca- a Cuzco -Cusco- tenía en la boca la palabra "conquistadores" cada vez que tenía que decir sobre lo malo malísimos que "fuimos" todo el viaje y ahora me viene a la memoria cuando nos presentaba a un Dios local Pucará preinca llamado "el degollador" y que adoptaron los incas y que además coleccionaba cabezas, pues eso, sin comentarios.
Esta novela de ambientación histórica narra el último día de Francisco Pizarro enlanzándola con instantes importantes en su vida tales como la captura de Atahualpa, la rebelión de Manco o su infancia en la pobre pero altanera Trujillo (Extremadura), ciudad por cierto que recomiendo visitar y que sin explicación escrita permitirá entender el hambre de riquezas con la que salieron los hidalgos de esas tierras porque cometemos el error de estudiar un hecho histórico con la mentalidad de los años en los que vivimos y eso es un error terrible, debe entenderse que en 1532 cuando Pizarro y su puñado de hombres llegaron a esas tierras en Europa se vivían las guerras de religión y España se había señalado como la defensora de la "verdadera" fé, con esos mimbres difícilmente se puede entender que esos hombres fuesen transigentes con las creencias de los pobladores de América y si a eso le sumas que muchos de ellos eran segundos hijos sin más patrimonio que el que pudieran conseguirse a punta de espada pues la ensalada está lista; pero vamos a ser un poco más generalistas, existen dos tipos de encuentros culturales, el que se dio en la colonias británicas cien años posterior y el que se produjo en la América latina y sacar vuestras propias conclusiones, de ninguna de las maneras el encuentro había sido suave, fue brutal pero mientras unos de ellos lo cuentan y pueden mostrarnos algo de ese glorioso pasado en el otro tienes que ir a un casino para solo ver máquinas tragaperras
Dentro de las herramientas empleadas por los llegados a esas tierras estaba la religión y la religión se valió de trucos para seducirlos pero esto no es nuevo, los primeros años del cristianismo son un catálogo perfecto de que cosa es a la que tu oras que yo le cambio una par de cosas y me la apunto, ver el culto a Mitra, las fechas de la navidad o el milagro de resurrección de Lázaro.
Menudo rollo os he soltado y me he dejado el comentario de esta breve novela, de forma muy aséptica pasa de puntillas, sin mojarse a modo de relato periodístico -eso si los periódicos fuesen imparciales, jeje-, su enfrentamiento con los Almagristas, enemigos que fijarán la hora de su muerte y que pese estar avisado y como otros personajes que se saben en el final de sus vidas se van hacia ella con la cabeza bien alta y al respecto recuerdo otro "chuleta" pero este otro no solo fue él sino que se llevó a otros muchos, Gravina, y que si tenéis ocasión buscar sus palabras ante el medroso Villenueve antes de salir de Cádiz. Dibuja un Pizarro hábil, comedido al principio y quizás más próximo a las tesis de los historiadores prohispanos que con los proincaicos, debe saberse que el encuentro de las tropas de Pizarro con Atahualpa fue una estratagema que les salió que ni pintada y de la que pensaban que iban a ser aniquilados, el balance de fuerzas era desproporcionado a favor de los incas y en un audaz acción consiguieron apoderarse del Inca y hacer una escabechina que los dejó muy mal parados y lo que nunca cuentan, después gracias a pueblos que hartos del dominio inca ayudaron a los españoles a completar la conquista en poco tiempo, evidentemente sin saber que precio pagarían pero eso es otra historia y a mi me recuerda eso de "Roma no paga a traidores".
El formato no es novedoso, lo novedoso es el personaje y el autor, diplomático por cierto, al efecto también se vino conmigo un libro del que os hablaré dentro de poco de una historiadora peruana que me recomendaron fervientemente.
Se lee en un tris y se hace ameno, las escenas cotidianas de la misa o sus encuentros con Francisca por ejemplo y describe con bastante acierto las escenas de espada aunque se le pediría un poco más, como no, los poderes religiosos se me atragantan, metiéndose donde nadie los llama y por eso creo que está bien documentada, no es una novela que pasará a la historia pero tampoco es una mala novela, lo peligroso es tomársela como histórica cuando es una ficción y si se toma rigurosamente se puede caer en el error de verla demasiado proespañola o poco proinca, cosa que pude parecer lo mismo pero que no lo es. En si creo que humaniza a Pizarro y eso en los tiempos que corren parece que está mal visto en esas tierras y por cierto, si buscáis algún signo de él en Perú no encontraréis ninguno pues hasta la estatua que es copia de la que hay en Trujillo no aparece por ningún lado y solo sabréis que sus huesos descansan en la catedral de Cuzco -Cusco-.
Como última nota, a mi que no soy creyente siempre me pareció un gesto hermoso que una vez atravesado por las espadas el mismo Pizarro hiciese la señal de la cruz con su propia sangre en el suelo y la besase, pero a lo mejor eso también forma parte de la leyenda española del personaje.

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