Bernard Cornwell
Editorial Edhasa
ISBN: 978-84-350-6189-6
Antes de hablaros de la obra dejarme que os presente a este escritor de afamadas series y un fabricante de best sellers y de la importancia para la memoria colectiva de los ingleses lo que supuso la batalla de Azincourt.
Cornwell es escritor por necesidad, al vivir en USA y no tener permiso de residencia sólo se le permitía la actividad intelectual como forma de vida y vaya si se se sabe ganar la vida de ese modo, es británico de nacimiento e hijo de militares pero quedó huérfano siendo muy joven, ah una curiosidad, el apellido es el materno; pasó por la universidad como profesor y por la BBC por lo que creo que esa combinación hace que sus escenas de acción sean muy visuales y vibrantes. Dentro de su historial, son famosas su saga de Richard Sharpe el fusilero ambientada en la época napoleónica, la serie de Uthred en el reinado de Alfredo el Grande y los convulsos años en los que vivieron sajones y vikingos, una serie artúrica de tres títulos, otra sobre la guerra de secesión americana con Nathaniel Starbuck como protagonista, una más ambientada en la guerra de los cien años y después obras sueltas como la que nos ocupa.
Un detalle importante, hacer memoria de grandes batallas españolas, a nuestra cabeza vienen batallas donde perdimos hasta la sombra en lugar de recordar las victorias como hacen los británicos Trafalgar, Crecy, Hastings, El Alamein, Blenheim, Waterloo, Normandía y si no hacer la prueba, a nuestros cocos vendrán Trafalgar, Numancia, Rocroy o el 2 de mayo en lugar de Nordlingen, Cartagena, Bailén, Pavía, Breda o Tenochtitlan, no quiero que parezca que quiero enardecer los "valores patrios" pero si la de quitarnos ese complejo de inferioridad que siempre nos acompaña y que no nos merecemos.
La guerra de los cien años -116 en realidad- está repleta de batallas épicas y terriblemente sangrientas: Crecy, Poitiers, Azincourt, Sluys y así imaginar hasta completar 116 años de matanzas y asaltos a castillos y/o ciudades, como no es cuestión de hablar de los motivos dinásticos por los que se empezó la guerra voy a centrarme en otros factores que pueden ser importantes para comprender el acontecimiento, si queréis ampliar datos hay una obra formidable titulada "Los reyes malditos" de Maurice Druon que os abrirá los ojos mejor que la wikipedia, ojo, son siete tomos pero yo me los leí en un suspiro. El que un ejército muy inferior en número y agotado por la disentería y el hambre se enfrentase a las mejor nobleza de Francia triplicándolos en número y los derrotase con simples arqueros -no caballeros de lustrosa armadura- quedó grabado en el subconsciente colectivo inglés -que no británico- y que aprovechó Shakespeare para elevarla al olimpo gracias a su obra de teatro con ese maravilloso discurso real de la madrugada del día de San Crispín -y que me pienso releer ya mismo-.
Y ahora a los que nos ocupa, ayudado de un personaje real Nick Hook pero del que Cornwell se toma la licencia de rehacer su historia construye una gran novela histórica muy vibrante y llena de acción basada en esos meses y en esa campaña emprendida por Enrique V, este personaje no es más que un simple arquero pero al decir simple se puede caer en darle poca importancia a tal labor cuando en realidad no es así porque como se puede comprobar, el peso de los ejércitos ingleses descansaba en esos hombres -y si no, buscar la batalla de Aljubarrota en nuestro propio terruño-. Aderezado con curas y nobles de los que todos tenemos en la cabeza y reyes todopoderosos por la "gracia de Dios" y que en nada se parece a las leyendas de los libros de caballería y el amor cortés que tanto exaltó precisamente una de los antepasados de esos mismos ingleses.
El libro abarca desde la campaña de asedio y caída de la ciudad de Harfleur que diezmó a los soldados ingleses pero la que al final tomaron y que "gracias" a la resistencia de Raoul de Gaucourt permitió que el ejercito francés fuese mucho más numeroso para regocijo de los nobles franceses en las horas previas a la definitiva batalla. Una vez caída la ciudad hay un lento y penoso peregrinaje hacia Caleis con el fin de embarcar de regreso a casa pero los acosos franceses para tratar de evitar que cruzasen el río Somme hacen que el suplicio de las tropas inglesas sea mucho mayor, pasando hambre y penalidades fruto de la disentería que arrastraban del cerco de Harfleur (Honfleur en francés).
No os voy a contar la batalla ni la posterior matanza, pero con la lectura podéis sospechar porque los ingleses hacen la señal de la V con lo dedos en señal de victoria aunque como apunta Cornwell dice que probablemente sea una leyenda.
Cornwell se mete muy bien en la cabeza de esos hombres que pensaban que detrás de todo está Dios, el temor a esos personajes que eran los nobles o los hombres metidos dentro de una sotana y lo poco que valía la vida de los súbditos de cualquiera de sus graciosas majestades. Las escenas de acción y de guerra son muy descriptivas, sintiéndose los golpes de hachas o el ruido de las cuerdas de los arcos al soltarse o incluso la súplicas de los caballeros franceses pidiendo clemencia antes de que los arqueros clavasen la daga "misericordia" en alguna de sus partes vitales.
El libro está excelentemente documentado y se apoya en obras de Anne Curry, Juliet Baker y John Keegan, aunque estos tampoco se ponen de acuerdo con las cifras reales de los contendientes y Cornwell opta -basado en su intuición- que serían unos 6000 ingleses contra 30000 franceses.
El saqueo de Soissons que aparece al principio fue un hecho que causó estupor en toda cristiandad y al ser sus patronos Crispín y Crispiano sus patrones hizo que muchos lo consideraran como una "venganza" de los santos por como se comportaron las tropas francesas con la población civil, también supuso una sorpresa la ejecución de los prisioneros franceses por parte de 200 arqueros por orden del rey inglés pero tampoco es nada que pueda sorprender en un acto de guerra que era más una carnicería. La caída de grandes nobles supuso más para Francia que para Inglaterra -Duque de York- por la importancia y por los rescates que debieron pagar con posterioridad de los que se salvaron de las ejecuciones.
La descripción de las flechas, armaduras, estrategias consigue que te meta en la batalla haciendo su lectura creíble y tangible y el meter una mujer, hija bastarda de un noble francés campeón de justas le da un toque menos belicoso y en el que los sablazos, hachazos o acciones de lucha son lo principal, por cierto, Sir John de Cornewaille fue campeón de justas en Europa y seguramente también sería su equivalente en Francia Ghillebert señor de Lanferrelle padre de Melisenda, la compañera de nuestro arquero, los nombres de todos los arqueros están registrados en textos de la época y el único que no estuvo en esta batalla pues fruto de la imaginación de Cornwell es Tomas Perril.
A pesar de que son 635 páginas yo me la he acabado en dos días pero a lo mejor es porque me ha calentado el ardor guerrero.
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