sábado, 31 de agosto de 2024

Un Inmenso Azul




Patrik Svensson
Libros del Asteroide
ISBN: 978-84-19089-83-0


En la presentación de los capítulos de la serie "Strar Trek. la siguiente generación", el capitán Piccard dice que el espacio es la última frontera, como si ya conociésemos todo lo anterior, pero antes de dar ese paso deberíamos conocer nuestra propia casa, que no conocemos por cierto, pues es el mar, la mar, el océano el gran desconocido, apenas conocemos una pequeña parte, lo esquilamos eso si, pero desconocemos todo de él, de sus profundidades, de las especies que viven más allá de donde no llegan los rayos solares y sin embargo con vida (y basura humana en él), un espacio que ocupa la mayor parte de nuestro planeta, que atrae, se le ama, se le teme casi a partes iguales y que es el objeto de este precioso libro de este escritor suevo que no han navegado apenas, so ha sufrido una galerna en el Cantábrico o una mala mar en cualquiera de las aguas que nos rodean o se ha tenido que regir por las estrellas o los vientos para poder navegar y que sin embargo ama, porque se puede amar algo aunque sea tan sutil como unas aguas que apenas conoces.


Más del 70% del planeta está cubierto por las aguas, con una profundidad máxima de casi 11.000 metros, se puede decir que la profundidad media es de unos 4000 metros, el Everest no rellenaría si quiera la fosa más profundad de 10.916 metros del abismo Challenger, que fue visitado brevemente por el batiscafo Trieste con Jacques Piccard y Don Walsh (sospecho que el nombre dado por los guionistas de la serie de Piccard no sería casual); desconocemos muchas de las especies que hay más allá de los 200-300 metros de profundidad, y eso que el rango de profundidad de un submarino atómico ronda esas cotas operacionales, solo por medio de sondas acústicas hemos podido y hace más bien poco determinar las profundidades de los mares, las cartografía de las costas fue algo secreto y poco divulgado por los distintos países y por favor Patrick Svensson, investiga más sobre el papel de España en sus navegaciones del Pacífico, es verdaderamente descorazonador que aparezca más el nombre de Magallanes que el de Elcano, vale que el portugués inició la navegación alrededor del globo pero fue el vizcaino el que lo terminó y se que es tentador hablar de un esclavo malayo para decir que pudo ser él el primero pero eso atufa a lo que han hecho los anglosajones toda su vida para desmerecer los logros hispanos en la historia, Cook llego a Australia porque robó las cartas de navegación españolas que ya decían donde estaba, que se sepa bien clarito, que mucho antes de que ingleses y franceses llegasen a Alaska, barcos españoles cartografiaron esas costas, que el San Telmo acabó en la Antártida antes que ningún otro barco y digo bien, acabó porque nunca más se supo, que no se habla de la carta de Juan de la Cosa, en fin, que harta un poco que la pocas menciones que hay a lo largo de la historia sea hablar de los balleneros vascos para pescar las ballenas francas -que exterminaron por cierto otras naciones que no estos balleneros vascos- y decir que la travesía de Magallanes las terminó Elcano, no, no es justo que los "iluminati" anglosajones ejerzan tanta influencia en el mundo, por favor, basta ver que importancia da a los navegantes polinesios o vikingos en sus navegaciones y nada al tráfico del galeón de Manila o al estudio de las corrientes en el Atlántico de los galeones españoles, abrir los ojos por favor.

Los aspectos positivos del libro, que son muchos, me han hecho conocer a una amante del mar de la que ya me he puesto en búsqueda de sus libros, Rachel Carson, una mujer nacida tierra dentro pero que se enamoró del mar, que por circunstancias no pudo estudiar y sin embargo fue un referente mundial en la divulgación sobre el mar (y la ecología moderna), otro desconocido para mi un escocés que amó la vida marina pero que la pobreza le llevó a ser panadero y sin embargo gracias a sus aportaciones e investigaciones se pudo poner momento en el que la reproducción sexual apareció en el planeta, el papel de algunos portugueses (nación amiga de los anglosajones, es que canta por todos lados, que coraje me da) en la navegación del siglo XV a lo largo de la costa africana, las dificultades que había para poder determinar las profundidades marinas a lo largo de la historia, o la carrera desenfrenada por pescar todo ballena o cachalote que apareciera en el horizonte que casi los llevó a la extinción en una falsa creencia de que el océano es inacabable, con unas citas a "Moby Dick" enlazando con una publicación previa de la que seguramente se inspiró Melville, el diario en un ballenero de Francis Allyn Olsmted.

Es un libro bello, lleno de pasión por el mar, por el planeta, que hará las delicias de los amantes del gran azul como yo, pero si eres de secano, para mojarte la cara en la proa de un barco que navega presto a un futuro que si no cuidamos lo vamos a destrozar. De lectura sencilla y cómoda, no es catastrofista, pero si nos avisa y que dedica a su madre bibliotecaria, que le inspiró en su tierna infancia para amar algo tan ignoto y bello como son los océanos y los mares.

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