lunes, 16 de mayo de 2022

La Otra Cara de Leonardo

 



María Gómez

Editorial Vuelo de Letras

web: www.vuelodeletras.com

ISBN: 978-84-09-12297-4


Adquirido en el Museo del Prado en uno de los muchos días que paso por allí este libro me llamó la atención, no tanto por el título sino por la frase de Leonardo de la contraportada "Todo nuesrtro conocimiento nos viene de las sensaciones" y se vino conmigo, es un libro breve de apenas 154 paginas pero confieso que en algunos capítulos se me ha hecho un poquito cuesta arriba, el tema me seducía, vi una maravillosa exposición de Leonardo en Roma hace ya algunos años, sabía de la extraña procedencia de su madre -posiblemente esclava-, de que su padre lo acogió como hijo legítimo a pesar de que no figurara como tal, de su misoginia, de la rivalidad que tenía con el joven Miguel Ángel, de su complicada relación con los mecenas que trataron de contratarle o le contrataron, y de todo eso, en la novela solo habla del amor por su madre, de un posible origen judío que yo no había leído nunca y de enigmas ocultos en sus cuadros que honestamente, siempre que hay alguien amigo de las explicaciones de "Cuarto Milenio" dejará las más evidentes por el camino y es que para ellos la navaja de Ockham es un entelequia si a cambio no podemos encasquetárselas a Jaqs de Molay, un Hassasin o el club Bilderberg.

María Gómez, narradora y protagonista de la novela, compra un raro y enigmático cuadro en El Rastro de Madrid, un cobre que la lleva hasta Florencia, allí conocerá al Padre Bartolomé, un sacerdote que de su mano la llevará a descubrir los secretos más ocultos de Leonardo Da Vinci, rodeada de otras bellas obras de arte de famosos pintores florentinos en la Basílica de la Satísima Annunziata , la obra de Leonardo se mostrará enigmática a los ojos de María pero gracias como una revelación o un sueño. En ese periplo de arte, historia y revelaciones, María viajará al castillo de Verrucola, la sinagoga de Venecia, Jerusalem y Jordania, honestamente el amigo Dan Brown ha hecho escuela y muchos escritores queriendo o sin querer están influidos por esa fórmula tan exitosa de ventas.

La novela con un inicio prometedor se pierde entre ensoñaciones, la lectura de un libro que lleva María en el viaje y la realidad, no es que no se pueda seguir la trama, es que creo te lía y no te centra en la historia en si, si a eso le sumas al final los embrollos de sectas de la iglesia primitiva tratando de explicar el origen del cristianismo vinculándolo de una forma u otra con Leonardo, pues honestamente, a mi me ha dejado más frío que una lechuga y he terminado el libro sin pena ni gloria y sin ninguna gana de aprender más sobre el genio de Vinci cuando debería ser al revés.

Siempre que la gente mete el arca de la alianza en una novela me acuerdo del arco de Tito en Roma, segunda destrucción del templo en la historia y una de las que está documentado que lo saquearon, aplicando el sentido común, ¿es más sencillo pensar que se lo llevaran a Roma e ingresara el tesoro imperial o que unos sacerdotes temerosos de morir buscaran un rincón secreto que pasara desapercibido a unos soldados con ganas de agarrar todo lo de valor que viesen? pues honestamente, pienso que lo dejarían en el templo esperando que su Dios vengativo y milagroso les ayudase conforme a lo que dicen sus escrituras en otras ocasiones y que los legionarios romanos los mataron y se llevaron todo lo que vieron; vamos que ni cuevas ocultas ni nada parecido, porque destruyeron piedra sobre piedra y dejaron solo un muro, ¿alguien en su sano juicio puede pensar que no iban a descubrir un túnel con tesoros?. Ítem más, meter los rollos del mar muerto, la leyenda de que los reyes Merovingeos (primeros reyes francos) descienden de la sangre de Cristo, etc. pues ya me parece desbarrar en exceso, pero esto es una novela y el escritor, en esta caso escritora, tiene la licencia de escribir lo que le de la gana, no tiene porque ajustarse a la verdad y puede inventársela si quiere o le da la gana, solo nosotros como lectores podemos decir si nos ha gustado o no, el error está en creernos lo que se haya escrito.

Escrito en primera persona, el primer capítulo es un jaleo del que es fácil salir pero que no ayuda a que quieras seguir leyendo, no se si con mucho trabajo de documentación o no porque lo que yo he leído de Leonardo -y no me refiero a los libros de Gálvez- y no es poco nunca había leído nada que concuerde con lo narrado en la novela, con una imagen idílica de los sacerdotes, llámese Bartolomé o Ismael, que no dudo que los haya así pero que me extraña que se encuentren en esos lugares, yo los veo más en Pozo del Tío Raimundo o en los arrabales de las favelas brasileñas.

En resumen, para mi prescindible, no una pérdida de tiempo pero tampoco ha servido para que me meta en la historia y a veces eso si es imperdonable porque me deja con una sensación de pérdida de tiempo que no me gusta.

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