Julio Muñoz Gijón
Editorial El Paseo
ISBN: 978-84-122973-7-9
Calenttito, calentito, recién publicado y última entrega de los policías Villanueva y Jiménez que esperaba como agua de Mayo. Esta vez la novela recae más en Jiménez, lleva el peso de la trama y como contrapunto entra en la ecuación una policía vasca experta en secuestros, Itxaso, con la que Jiménez no terminará de cuajar y en esta ocasión hecho de menos un Villanueva más activo que apoye a su compañero de fatigas; usando los tópicos típicos de anteriores formatos Julio nos transportará a esa Sevilla de tapas, de trabajo desenfadado y de simpatía a raudales.
El archivo de Indias es asaltado por dos encapuchados, aparentemente parece un error porque el banco está cerca pero no es allí y en el archivo lo que se puede robar no puede ser vendido así como así, después de vacilarles los asaltantes haciéndoles peticiones de comida harto complicadas pero grascias al gracejo y la mano de Jiménez se solventan antes de lo previsto los asaltantes desaparecen como por arte de magia dejando el archivo todo revuelto por el suelo y aparentemente sin que se hayan llevado nada; para poner tensión al asunto Jimñenez tiene que renovar el permiso de la caseta pues si se qeuda sin él, puede arder Troya, ayudados por los miembros de Serba la Bari traídos al lado de la luz una vez que los han expulados de la oscuridad del mal -que peliculero me ha quedado esto- descubren que en cierto espacio que hay en el archivo solo para ellos y que guarda los secretos más profundos de la la ciudad, desde fichajes de futbolístas, la fiesta de Halloween del jugador del Betis Benjamín, el incendio del pabellón de los Descubrimientos antes de la apretura de la Expo92, las causas de la espantá de la madrugá del 2000 -mis padres estuvieron allí esa noche-, la receta de las croquetas de Casa Ricardo, etc., sacan a la luz que falta el informe Rinconcillo, un informe aparentemente sin importancia que saca la lista de espera de los que quieren una caseta de la feria. Hasta ahí nada raro pero empiezan a aparecer asesinados gentes con posibles pero de dudosa reputación y sin aparente conexión entre ambas cosas hace que todo se retuerza, la convivencia de Itxaso con Jiménez se vuelve insoportable pero ella es una policía de prestigio y avalada por la central y Jiménez es, pues eso, Jiménez. Hecho de menos más peso de Villanueva porque me gusta esa dupla, quizás la entrada de Itxaso se deba a que Villanueva ya está convencido de las bondades de las formas de Jiménez, de vivir la calle, de hacer otra forma de investigar, menos pegada a los ordenadores y las estadísticas y más cerca de la calle, de las barras de los bares.
El libro lleva unos intersantes códigos QR que te llevan a un enlace de You Tube con la voz del Agelito "el aguaó" que tenéis que descubrir vosotros solitos; como en obras anteriores lo vais a pasar de muerte, os partiréis el pecho y como no, viajaréis a Sevilla sin moveros del asiento, algo como eso no tiene precio.
Decía Julio que tardaba más en escribir las novelas que la gente en leerlas y he de darle la razón, a mi me ha durado una noche y es que lo paso fenomenal leyéndole, te borra la mala leche de un plumazo y hace tu vida más cálida y mejor, ¿no se merece eso un premio más y mejor que el planeta? sinceramente creo que si pero los puristas literatos querrán curcificarme seguro pero me da lo mismo, si tuviera que recomendar un libro para que pases un buen rato seguro que los de Julio estarían en mi top3 sin ninguna duda. Mucha gente agradece de corazón ese rato de asueto que supone leer sus novelas y sinceramente creo que se quedan cortos, en estos tiempos de COVID, de miedos tener a mano una novela así es una medicina indispensable.
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