sábado, 17 de febrero de 2018

Derecho Natural



Ignacio Martínez de Pisón
Editorial Seix Barral
ISBN: 978-84-322-3222-0

Esta maravillosa novela me la regalaron el mes de julio por mi cumpleaños y la había ido dejando cada vez más abajo en mi montón de libros pendientes y no puedo arrepentir más, porque ha sido excelente; una novela que me ha entristecido, que me ha dolido en lo más profundo del corazón, por descontado yo no vivo en una familia como la de Ángel Ortega, nuestro protagonista y narrador, no se parece en nada pero si he visto en el papel de Ángel algunos detalles de pagafantas demasiado familiares y ahora que he cometido la última de mis tonterías, más paralelismos he trazado con él; pero en fin, creo que eso es lo de menos porque la novela es un bello ejemplo de como se sujetan las estructuras familiares o como se van al infierno, ¿qué me hizo reparar en él para leerlo? pues algo tan simple como que apareciese en el suplemento de Babelia señalándolo como una de las mejores novelas del año pasado y automáticamente pasó a la "pole position".
Puedo decir sin sonrojarme que esta novela me ha emocionado y cabreado a partes iguales, pero no penséis que me ha cabreado por estar más escrita, que va, es por la asociación de hechos que se narran en la obra y cosas que he visto, conocido o vivido; por eso la encuentro tan excitante, me gusta que me remuevan de mi asiento cuando leo.
La novela transcurre entre los setenta y ochenta del pasado siglo, por lo que muchas cosas de las que habla o narra Ángel son muy conocidas por mi; la lacra de la heroína, la movida madrileña, los primeros movimientos de insumisión, el golpe de estado, etc, todo a través de los ojos de Ángel, el mayor de los hijos de una pareja de hecho primero y matrimonio después de una barcelonesa y un aspirante actor de western y cine B que posteriormente se gana la vida haciendo de doble de Demis Roussos en clubes, salas de fiestas o cruceros.
Ángel vive los primeros años de nuestra democracia primero en una Barcelona en ebullición y después en la facultad de derecho de Madrid donde estudia después de haberse marchado de Barcelona buscando un ideal de amor, su vecina de fonda Irene, una burgalesa mayor que él que le roba el corazón como se puede hacer cuando eres un pardillo enamorado; Ángel nos cuenta su día a día con sus hermanos, Manolo y Cristina, sus abuelos y madre, el abandono de sus padres y su regreso con una nueva hermana, Paloma, como la madre se apoya en él por afinidad aunque diga que se parece a su padre.
A pesar del abandono y el comportamiento tan poco ejemplar del padre, los reproches no son tan tajantes o bestiales como a algunos nos parecerían normales casi son anecdóticos, incluso cuando Manolo se enfrenta a su padre no rompe del todo con él y termina tendiéndose un puente cordial entre los dos, solo Paloma, la que es hija de él y su pareja en su otra vida, Isabel, es la realmente rompe con su verdadero padre para vivir al final con su madre adoptiva tras pasar por un matrimonio de acogida; no sé si en un acto de fidelidad, la madre no vuelve a casarse o tener otras relaciones.
Quizás alguien que lea más entre líneas pueda trazar relaciones entre el título, el estado que debe amparar y cuidar por nosotros y la familia, pero yo me he quedado con el día a día de Ángel, con el cuidado de Irene, o de su madre o su pesar por no haberse dado cuenta del dolor de Paloma, porque es un buen tipo caray y todo ello en el desembarco de algo nuevo para todos, la democracia, las malditas drogas, el divorcio, la nueva contracultura, los grupos ultras, ¿de verdad no os seduce leer algo de nuestra más tierna infancia como país?
La lectura es deliciosa, con algunos detalles cómicos que refrescan el verdadero drama que se esconde detrás de un abandono familiar, y no, al contrario que en otras ocasiones no he buscado en "you tube" las canciones de Demis Roussos pero todo se andará.
En resumen, una bella novela, estupendamente escrita y llenita de colores que a más de uno nos ha hará soñar por las noches.

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