domingo, 16 de julio de 2023

Siete Casas Vacías

 




Samanta Schweblin
Editorial Páginas de Espuma
ISBN: 978-84-8393-185-1


Que descubrimiento más estupendo, caíste en mis manos el viernes por la tarde y el sábado ya formabas parte de mi, no hay nada mejor que encontrar una amor a medida diría Sabina y yo diría más, encontrar un autor (autora) que te guste como me ha pasado con Samanta Schweblin, debo reconocer que si leo este libro que es un conjunto de relatos cortos, siete para ser precisos, en víspera del aniversario del fallecimiento de mi querida Marina me habría dado un patatús y el resultado no habría sido el mismo de manera que estáis avisados, leerlo con ánimo, con el espíritu fuerte y con ganas de comeros el mundo porque vamos a encontrarnos con un grupo heterogéneo de seres humanos, descarnados, cotidianos pero que no solemos mirarles, les vemos pero no les miramos, personas con sus vida cotidianas y sus propios traumas, ya sea por culpa de la violencia, al Alzheimer o simplemente la soledad más cruel y narrado con acento del cono sur que a mi me embelesa.

Galardonado con el premio de narrativa breve de Ribero de Duero, incluye un relato que no estuvo en el momento del certamen ("Un hombre sin suerte"), donde el título no es ninguno de los relatos y al que yo le habría dado el de "Siete casa llena" porque no entiendo muy bien eso de vacías ya que todas ellas están repletas de vida, vale que alguno verá enfermedades, ausencias o dolor pero todo ello llena esas "casas", en fin, no me meto en cosas de titulado que yo no soy ningún experto. También uno de los relatos el mismo que no estaba incluido en el certamen recibió en Francia, si Francia, el premio Juan Rulfo de cuentos en 2012, vamos que ya ha hecho añitos.

Escritos con prosa ágil sin perderse en florituras, son relatos de personas perfectamente normales y corrientes pero que te muerden en el tuétano, con algunos es posible la empatía y con otros solo es posible la comprensión "vecinal" y digo normales y corrientes porque todos conocemos o tenemos cercano a alguna persona con Alzheimer u otra patología parecida. Como me gusta la sección de "Relatos encadenados" de la Cadena Ser, cualquiera de estos habría sido un ganador -menos el más largo porque la limitación de palabras en el concurso claro-, no dejéis de leer ninguno que son geniales, crudos, descarnados y muy humanos.

Como son solo siete relatos os hago un pequeño avance de cada uno de ellos.

- Nada de todo esto.
Una mujer transita con su madre por entre un barrio residencial de alto pecunio, jardines perfectamente cortados, avenidas trazadas con tiralíneas y sin embargo por culpa de las lluvias el camino se encuentra intransitable y embarrado, haciendo que se meta en el jardín de una casa grande y lujosa, a causa de su detención pasa a la casa donde la madre comienza a comportarse de modo extraño y se desmaya teniendo que llamarse a una ambulancia, pero consigue recomponerse antes de la llegada de esta y con la ayuda de unos troncos la hija saca el coche del jardín marchándose pero llevándose con ellas un azucarero.

- Mis padres y mis hijos.
Javier es un hombre separado, su exmujer Marga vive ahora con Charly, un armario de tres cuerpos, y los hijos de Javier y Marga, Charly y Marga pasan las vacaciones en una casa de veraneo y Javier lleva a sus padres con él para que vean a sus nietos ya que eso les sienta bien a su patología, sus padres nada más se desnudan y empiezan a correr por la parcela y los pequeños desaparecen, Marga entra en crisis y llama a la policía para tratar de localizar ya no solo a los pequeños si no a los cuatro, los pequeños y sus abuelos.

- Para siempre en esta casa.
Dos familias vecinas tiene una difícil convivencia, una delas vecinas deja tirada la ropa del hijo de la otra vecina en el patio común de ambas, algo que no debería ser problema no es porque el hijo falleció hace tiempo y supone un golpe muy duro para la otra vecina, solo el señor Weimer, marido de la mujer que deja la ropa tirada puede ayudarla.

- Las respiración cavernaria.
Es el relato más largo de todos y podría considerarse una micronovela, es con diferencia el más perturbador de los siete relatos. Nuestra protagonista es Lola, una mujer con demencia senil o Alzheimer, no se sabe muy bien ni falta que hace, que vive con su marido, ella quiere morirse pronto pero la parca no quiere llevársela, antes de morirse quiere hacer una serie de cosas que anota en un papel para que no se le olviden, ella realiza las labores de casa y el marido se encarga de todo lo que conlleve relacionarse con el mundo exterior, esa convivencia se ve pronto alterada por la llegada de nuevos vecinos y cuando su marido se hace amigo de uno de los hijos de sus nuevos vecinos; y para complicar aún más la precaria salud mental de la mujer, fallece también su marido y ella empieza a sospechar que el hijo de la vecina entra a robarles su "chocolatada" o la llave que les prestó su marido para hacer trabajos de fontanería, como todo lo vemos desde el punto de vista de Lola lo que comienza de una manera no es necesariamente lo que es en realidad -algo parecido para en todos los relatos, nada es como parece que es-.

- Cuarenta centímetros cuadrado.
Una noche en Buenos Aires una mujer debe salir a comprar aspirinas a su suegra, camina de farmacia en farmacia porque están todas cerradas y durante el camino medita lo que le ha dicho su suegra de no poder volver, de tener que salir de casa con apenas unos euros porque parece que lo hizo cuando estaba en España y no poder volver, sospecho que en este relato se encierra una historia de malos tratos y de abandono de hogar pero después de releerlo no encuentro ese componente, ya me diréis si os animáis a decirme que puede ser eso que le contó su suegra.

- Un hombre sin suerte.
Una pequeña en el día de su octavo cumpleaños tiene que ir con toda la familia al hospital porque su hermana pequeña un vaso de lavandina, que puesto aquí es lejía, la pequeña debe quitarse sus braguitas que son blancas para que su padre pueda abrirse paso por entre el atasco y así sigue la pequeña, en la sala de espera del hospital conoce a un hombre al que le cuenta que está sin "bombacha" -braguita- y este decide que no puede ser y va con ella a comprarle unas porque es su cumpleaños, en esta historia no hay nada pedófilo, no hay abuso del mayor con la pequeña pero lo que es no es lo que le parece al padre de la pequeña y la policía.

- Salir.
Ponte en la calle Corrientes de Buenos Aires y ves salir a una mujer en bata y una toalla en la cabeza pues acaba de ducharse, esta mujer es invitada por el hombre que realiza trabajos de mantenimiento en el edificio y ella se monta, él está angustiado porque es su aniversario de bodas y ha dejado tirada a su mujer y lo que no sabes es que papel desempeña esta mujer, es el más extraño de los relatos para mi.

No se como será enfrentarse a una obra de más metraje pero sospecho que será genial, alguien que escribe así en espacios cortos tiene que hacerle también genial en novelas de más trama, estaré atento por si veo novelas suyas o mejor dicho, a buscarlas se ha dicho. E importante, leerlo con ánimo en el alma, que no os pille con las defensas bajas que seguro que el resultado no va a ser el mismo.
Mil gracias mi querida Marta, un acierto más en tu elección, nunca fallas.

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