lunes, 15 de mayo de 2023

La Llama de Focea

 




Lorenzo Silva

Ediciones Destino (Colección Áncora y Delfín)

web: www.ededino.es , www.planetadelibros.com y www.lorenzo-silva.com

ISBN: 978-84-233-6207-3


Última novela de la saga de Rubén Bevilacqua de Lorenzo Silva, un subteniente de la Guardia Civil encuadrado en la policía judicial o quizás debería decir mejor la UCO (Unidad Central Operativa) y al que le encargan los casos más enrevesados, junto a Virgina Chamorro y el resto del equipo hasta que los ascensos los separe y la jubilación del propio uruguayo de nacimiento los separe aunque no parece muy por la labor el que quiera ser ascendido, tanto es así que en esta novela que se postula una medalla promociona a sus subalternos en lugar de querer aceptarla y rechazar una y otra vez el ascenso más que merecido.

Estamos en 2020, en los momentos más duros del "proces", en ese en el que se iban a emitir las sentencias del supremo a los líderes independentistas, Bevilacqua se encuentra de vacaciones con su madre en las islas conociendo a la pareja de su hijo, también Guardia Civil, cuando recibe la llamada del teniente general Pereira para que se haga cargo del caso del asesinato de una joven catalana, Queralt, que se encontraba haciendo el camino de Santiago y que es hija de un señalado líder independentista señalado por la brigada de información por los truculentos tratos con mafiosos rusos en su afán de conseguir financiación para su causa y desprestigio para España, pero no es el único sospechoso, un incidente en Roncesavalles con un desconocido hará saltar la alarmas de que pude haber algo más. Rubén Bevilacqua rememorará un pasado olímpico en Barcelona, después de su duro paso por el País Vasco, a una Barcelona que ya no es la que él conoció, donde nació su hijo, donde conoció el amor y donde aprendió todo lo que sabe de su mentor el sargento Robles, donde romperá con su mujer y madre de su hijo, gracias a esos viajes al pasado conoceremos mejor a nuestro protagonista, a su periplo vital, la Barcelona olímpica, la ruptura matrimonial que le llevará a formar la familia que es y tiene ahora y que se circunscribe a su hijo, su madre y Virginia Chamorro, su compañera de la guardia Civil pero no pareja sentimental. Queralt es encontrada muerta en Samos, con evidencias de violación y muerta por asfixia, todo apunta a un depredador sexual pero las cámaras de vigilancias de diferentes puntos, las antenas de telefonía y las conexiones del padre con el crimen organizado ruso hacen que este caso no sea un caso tan sencillo, muchas líneas paralelas que estudiar y que demuestran lo que Rubén sabe y piensa, que los que están arriba difícilmente pasan por prisión.

Bevilacqua tendrá que nada en aguas turbias, el "proces" hará que tenga en cuidar mucho dónde preguntar y qué preguntar, de sus contactos de juventud apenas quedan y difícilmente podrán tener que ver con los tiempos que corren, pero vete tu a saber. En viajar a ese pasado 1992 ayudará a poner cara a este investigador tan particular, un hombre que no le importa que le llamen Gardelito o Sudaca por su pasado porque no ve maldad en las personas que con cariño así le llaman, un hombre que lee para conocer el alma de la gente y que curiosamente nos trae uno de los grandes autores de la novela negra en esta entrega: Domingo Villar, fallecido en 2022 estando esta novela publicada/escrita en 2020, que busca escritos de catalanes para conocer la tierra a la que es destinado, que no es taxativo con lo que piensa porque sabe que el mundo no es negro o blanco y que está lleno de infinitos matices de color gris, como la misma vida de Rubén o la de su mentor de Barcelona.

La novela es de trazo pausado, como casi todas las de Lorenzo Silva que he leído, pero no pesadas ojo, con una buena dosis de reflexiones morales y que a los que leen a la carrera les puede sobrar pero se dejan mucho sabor si se lo pierden y lo digo yo que huye como de la peste de novelas de más de cuatrocientas páginas, porque Rubén Bevilacqua es un protagonista con el que pueden muchos sentirse identificados, que ven un cuerpo judicial como la UCO con otros ojos porque CSI solo existe en la televisión, que se mueve sin romper los huevos de la compra pero resuelve los casos pero que no termina de encontrar un puerto feliz al que amarrarse y si al final resuelve el caso, pues mejor que mejor, pero atención resolver el caso no es necesariamente llevar a los responsables ante el juez, porque como os apuntaba antes, no siempre el culpable paga, porque muchas veces somos herramientas de grupos de poder -ahora los llaman algoritmos- de las que no nos damos cuenta. A los seguidores de Lorenzo Silva no les va defraudar, yo le habría dado un tijeretazo en algún lado y que habría aprovechado para hacer otra novela, pero para gustos los colores.

Resumiendo, una novela negra en la España de hoy, actual, viva, que no nos será ajena ni extraña, no se si en el público extranjero tendrá la misma aceptación por la temática, pero yo creo que no debe serles muy complicado ponerse en su lugar y mucho más intimista que las anteriores anteriores de Rubén Bevilacqua.

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