jueves, 30 de octubre de 2014

El Último Hombre Bueno

 
 
A. J. Kazinski
Ediciones B
ISBN: 978-84-666-4732-8
 
Estamos ante una novela que es un verdadero ardid publicitario aprovechando el tirón de la novela negra de origen nórdico; una novela que se hincha como un suflé pero que se desinfla a cada página que pasa con un final anodino y que te deja más frío que una trucha en una pescadería madrileña; pero vamos al principio que no es plan saltarme los pasos que si no me pierdo.

A. J. Kazinski es en realidad la dupla formada por dos hombres daneses, Anders Ronnow Klarlund que es directos de cine -que no conozco todo sea dicho- y Jacob Weinreich -escritor-, inspirándose en una antigua leyenda hebrea -o mejor dicho del Talmud- de que el mundo se sostiene gracias a la existencia de 36 hombres justos, hombres justos que ni ellos lo saben que son esos únicos 36- trazan una prometedora novela de misterio que se queda en eso, prometedora; un inspector de la policía danesa por un lado y otro de la policía italiana en Venecia se enfrentarán a unos extraños asesinatos a lo largo y ancho del mundo y que tienen en común unas extrañas marcas en la espalda de todas las víctimas y que son personas definamoslas como "buenas", ya sea por enfretarse a los poderosos o por luchar contra las injusticias pero siempre desde el anonimato, es decir que no son los dirigentes de ONG de bambalinas o premios de la paz de un organismo u otro.
Es momento actual, en plena cumbre sobre el cambio climático, con una crisis matrimonial con su esposa, el detective o mediador de la policia danesa Niels Bentzon recibirá el encargo de su jefe de avisar a los llamados hombres "buenos" que estén atentos, que estén vigilantes pues si vida puede estar en peligro, a medida que va avisando a estos hombres que el resto de la población llamaríamos buenos descubrirá que no son tan buenos como parece y que no hay tantos hombres justos como podría esperarse, goza de la ayuda inestimable de Tommaso di Barbera y eso que no pueden ni comunicarse entre ellos porque ninguno habla un idioma comprensible para el otro, los dos viven momentos delicados en su vida, no gozan de la simpatía de sus jefes y los dos, son buenos inspectores y eficaces más allá de lo que el deber dice en los manuales; ayudado por una física teórica que manda narices, también le falta un tornillo desde el suicidio de su hijo; Niels tratará de salvar a ese último hombre bueno de morir pues de hacerlo el mundo puede verse sumido en el caos o eso dice la leyenda hebrea o lo que le cuenta cierto rabino de Copenague.
Estructurada en tres partes, la primera parte si te mantiene atento a la historia y por eso promete, el baile de ir de Copenague a Venecia te mantiene atento al siguiente paso de la trama, pero a medida que se les va la olla a los dos escritores con experiencias cercanas a la muerte en la historia es un desbarre es total y hace que la novela se convierta en humo; es poco creible que una física teórica caiga en esas conclusiones o pensamientos, simplemente no me lo creo; tampoco me creo algunas de las formas de actuar de Niels y eso que es bastante creible, pero ¿cómo un tipo casi paranoico está casado con una mujer de bandera que se marcha a Sudáfrica y se queda tan tranquilo y sobrevive con verla a través de una pantalla de ordenador haciendo cibersexo?, alguno dirá que son cosas actuales y que conocerá gente así, pues yo no.
La segunda parte y la conclusión son mucho más cortas que la primera, tocando cada vez más un misticismo que me chirría y con un final imprevisible pero absurdo y que dan ganas de no volver a tocar otro libro de novela nórdica; recuerdo que a medida que avanzaba y quería saber más mi desazón se convertía en cabreo, sólo lo sientes por Tommaso y su muerte, sigo sin entender lo de los 80 céntimos, no le veo el significado; esa forma de meter la navidad y el nacimiento de ese nuevo ser y la muerte del hombre bueno número 36, de verdad que se debieron haber fumado un porro usando papel de Biblia con soporte; la chorrada de mezclar pangea y las latitudes para determinar los asesinatos y sus ubicaciones como si Dinamarca o Italia pudieran ubicarse en la Tierra primitiva -algunas zonas si pero son grandes masas de territoril y no algo tan pequeño-, como un polía como Niels va a disparar sin ningún motivo y hacer una "maldad".
En fin, planteando el eterno de la lucha entre el bien y el mal, en lo difícil que es reconer una cosa u otra cuando las fronteras son tan difusas como el propio ser humano, en pocas palabras, el marketing hace maravillas y seguramente seré de los pocos que considere una castaña pilonga a este best-seller que encima ha vendido los derechos para hacer una película, os invito a leerla y a que seáis críticos de verdad, pensar que no la ha escrito un tipo del norte de Europa y ya veremos si aguanta un estudio serio. Para mi, completamente prescindible y una verdadera desilusión.

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