jueves, 18 de abril de 2013

El Rey Juan



Willian Shakespeare
Editorial Losada
ISBN: 978-950-03-5348-8


Un drama de los menos conocidos de ilustre Shakespeare, un drama de un rey que la historia ha hecho poca justicia por culpa del cine pues todos recuerdan el rey taimado de Robin Hood o de Ivanhoe y nadie habla del rey que firmo la Carta Magna, una especie de constitución que limitaba sus poderes reales pero estoy hablando de la obra de teatro y no del personaje histórico y me puedo perder en las batuecas.
Citando al autor: "los motivos poderosos engendran las acciones extraordinarias", pues lo dicho, vamos allá.
No os hablo del contexto histórico propiamente para no marearos, creo que es suficiente que os diga que Juan, Godofredo y Ricardo fueron hermanos e hijos de Leonor de Aquitania, mujer interesantísima se mire por donde se la mire y unos hijos igualmente interesantes, Godofredo no tanto pues murió sin pena ni gloria pero la historia del ambiguo de su hermano Ricardo o de los tejemanejes con los nobles del hermano dan para libros y libros.
El rey de Francia Felipe II declara la guerra a Juan si no abdica en favor del hijo de Godofredo, Arturo, heredero legítimo a la corona, el rey de Francia entonces sitia a la ciudad de Angers que se ha mantenido fiel a la corona inglesa y para evitar la guerra los ciudadanos le proponen al monarca inglés que acepte la boda de su sobrina Blanca de "España" -es Blanca de Castilla, no os asustéis- con el delfín de Francia, Luis, algo que no agrada a Constancia, madre y Arturo y viuda de Godofredo, con ese primer golpe de efecto se para la aparente tensión pero cuando se están celebrando los esposorios, el delegado papal recrimina al rey Juan no aceptase el candidato a arzobispo decretado por Roma -¿os suena, verdad que si?- y entonces insta al monarca francés a romper las relaciones recién restablecidas por la boda.
Esta es la primera vez que un rey inglés está fuera de la autoridad de Roma en temas espirituales, ¿qué os parece?, hablamos de primeros del 1200.
Esta ruptura acaba con un combate en el que las tropas inglesas se alzan con la victoria, en esas luchas los soldados ingleses apresan a Constancia y Arturo que es llevado a Inglaterra y el rey insta a Humberto, uno de sus principales valedores, de que lo asesine mientras el hijo bastardo de Ricardo recorre los monasterios acopiando dinero para la empresa bélica que les tiene ocupados.
En un equívoco, informan al rey de la muerte de Arturo pero no es así y es cuando los franceses pisan suelo inglés para derrocar al rey Juan, algunos nobles creyendo la muerte de Arturo y la mano del valido del rey desertan de su lado y Humberto se ve obligado a defenderse ante ellos, lo que no sabe es que Arturo si ha muerto tratando de huir pero no ha muerte por la mano del rey.
Mientras, el bastardo informa al rey Juan del descontento de su pueblo, amén de la muerte de su madre y la de Constanza que se vuelve loca.
El rey Juan vuelve a entrevistarse con Pandoldo, el delegado papal, y a cambio de la salida de las tropas francesas de suelo inglés volvería a someterse a la voluntad papal, mientras las tropas se preparan para la batalla dirigidos por el sobrino de Juan, el bastardo y un hecho traidor del rey de Francia hace que los soldados ingleses entre las filas de Francia deserten volviendo de nuevo con su soberano, es más, un temporal destruye los pertrechos que cruzaban el canal para ayudar a las tropas francesas.
En el monasterio que espera noticias de la batalla el rey Juan es envenenado y muere, los nobles, su sobrino y el príncipe Enrique le rinden homenaje y le aceptan como monarca.
En el final de la obra hay un vaticinio muy interesante del bastardo cuando dice que Inglaterra nunca será invadida mientras no caiga en luchas intestinas.
Si la situáis en el contexto de las luchas contra España y el afianzamiento del anglicanismo, la primera parte es clara y palpable, como tratando de exaltar un sentimiento patrio contra la todopoderosa España del siglo XVI-XVII, y en el tema religioso apunta algunos detalles cuando el rey Juan dice que el Papa es pueril, ridículo e indigno y que no piensa someterse a su dictado; hombre, creo que Enrique VIII podría ser tachado de algo parecido o peor, pero bueno, los mandatarios papales tampoco eran modelos a seguir.
Creo que es una obra interesante por lo desconocida y por las pocas adaptaciones al cine que tiene frente  otras obras de Shakespeare.
Por cierto este libro es de una editorial argentina pero se puede adquirir en España.


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