domingo, 23 de septiembre de 2012

El Hombre que Quiso Matarme



Shuichi Yoshida
Ediciones Destino
ISBN: 978-84-233-2778-2

Al comprar la novela una de las cosas que me retuvo fue la comparación con Stieg Larsson que hacían algunos medios, pero creo que la comparación es irreal, ficticia y casi publicitaria, no porque los dos sean o dejen de ser dos buenos escritores sino porque aunque son dos thrillers psicológicos creo que Yoshida hace retratos de personajes reales que el difunto nórdico no hace; digamos que Yoshida hace casi un documental de personajes actuales con ese toque tan japonés que a mi me encanta, con detalles sutiles y tan individuales que puedes ver, respirar y sentir lo mismo que ellos.
La novela ha sido premiada y llevada al cine por si tenéis interés y en el enlace de la página oficial del escritos que he puesto podéis ver el dvd de la versión japonesa y lo deduzco por el pelo rubio del personaje principal. y no porque sea un maestro en traducir japonés.
La obra está llena de imágenes moralistas y algunas muy machistas, exactamente igual a lo que puedes encontrar en el Japón de hoy con la novedad de las relaciones personales a través de la red; seres solitarios que buscan como almas en pena el sentirse queridos y amados, tipos realmente aberrantes que su poderío económico les hace comportarse como déspotas y que a buen seguro no gozarán de vuestra simpatía y le daríais con llave inglesa que lleva el barbero en la cabeza, abuelos que a fuerza de doblar la cabeza tardan en encontrar el orgullo perdido, etc.,  de forma pausada y con viajes al presente y al pasado y de un personaje a otro, vas dibujando la trama y los verdaderos motivos de la muerte de Yoshino Ishibashi, una muchacha que vive una vida como comercial de seguros y otra como chica de compañía de una web de contactos, por medio de esa página de contactos conocerá a su asesino, un trabajador de la construcción que cuida más su coche que sus relaciones personales, Yuichi Shimizu, y que fue abandonado por su madre para que el se criase con sus abuelos en un pueblo de pescadores. La aparición de otra muchacha en la misma página pero con distintos objetivos, Mitsuyo Magome, brindarán a Yuichi descubrir su verdadero y terrible yo.
Es posible que en una segunda lectura -no suelo hacer segundas lecturas- se pudiese ver cierto vínculo con la primera relación de Yuichi y una masajista erótica con su madre, pero creo que en realidad buscar ciertas explicaciones lógicas a lo que nos pasa en la cabeza me parecen forzadas y rebuscadas, digamos que prefiero ver que si una cabeza funciona mal es porque un "engranaje" mental no va bien en lugar de echarle la culpa a otra cosa pues miles de personas -reales- sufren traumas más duros y siguen con sus vidas adelante, que conste que esto es una opinión personal y no una crítica del libro.
El detalle de los fantasmas del puerto de Mitsuse seguro que os recordará la leyenda urbana de la chica de la curva que hay en todas la carreteras peligrosas, el único matiz es que la aparición fantasmal aquí produciría oleadas de tinta de Iker Jiménez y en Japón sólo provocaría flores -y una bufanda, detalle hermoso y bello donde lo haya- en el lugar del asesinato de la joven.
Otros personajes que completan el plantel son los abuelos de Yuichi, los padres de Yoshino, la hermana de Mitsuyo, Keigo Masuo un estudiante sin problemas económicos, las compañeras Yoshino o de Mitsuyo o los compañeros de tajo de Yuichi son los que montan ese gran collage que es el asesinato de Mitsuyo pero a diferencia de otras obras donde se persiguen pistas, indicios, aquí prácticamente desde el principio sabéis quien es el asesino pero no los motivos y eso os tendrá atrapados hasta la última página. Es una gran thriller psicológico donde lo importante son los personajes, con problemas reales que te empapan y te hacen pensar, esas vidas solitarias y rutinarias cada vez se parecen más a las de todos nosotros.
A pesar de que hay un culpable claro y confeso, Keigo Masuo era merecedor casi del mismo castigo, la escena en la que echa del coche a Yoshino es de una crueldad infame y como se recrea de que el padre de la difunta le recrimine que la dejara allí tirada, suplicándole un perdón, una explicación ante sus amigos es terrible.
El último capítulo exigirá de vosotros vuestra mejor y mayor atención pues brinca de un personaje a otro, de un instante a otro y salvo que se esté atento es probable que creas que la llave inglesa la lleve el policía que detiene a Mitsuyo o que quien ha abandonado a Yuichi es su abuela en vez de su madre.
Si sois aficionados a los thrillers psicológicos hará que paséis una horas deliciosas de lectura, si os gustan las novelas descriptivas donde los personajes son lo más importante también, pero si os gusta leer el Marca o la sección de bolsa de color sepia del Expansión, pues buscaros otra.

4 comentarios:

  1. Adoro la novela psicológica. Me he dado cuenta de ello hace ya mucho tiempo, cuando al cerrar las páginas del libro te quedas pensando y reflexionando sobre ese personaje atormentado en concreto o sobre aquel otro con múltiples caminos bajo sus pies. No me ocurre lo mismo con otras novelas, incluso siendo clásicos.
    Por ello, queda anotada tu referencia, Ángel.

    Un beso.

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    1. Dentro de la novela psicológica y gracias al boom nórdico tenemos un motón de buenos títulos con los que poder disfrutar pero en ese bombardeo se han colado verdaderos blufs que serían dignos de ponerlos en una pira; en esta lo novedoso es que conoces al asesino pero lo que no tienes claro son los motivos y eso es lo que te lleva a seguir leyendo, es como si quisiéramos que en el fondo del alma de las personas siempre hubiese algo bueno o "rescatable", esa forma de ver la vida de los protagosnitas de estas obras me parece demasiado mesiánica y no siempre hago una buena digestión con eso.
      En besote y feliz semana y no te pierdas mi última entrada, nunca había disfrutado tanto con la vida de un tipo tan canalla como Fouché.

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  2. Ángel ¿qué te pasa con los otros blogs? te felicité por tu cumple, pero parece que no los atiendes. Ya me dirás. Besote.

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    1. Querida Marián, estoy, estoy, pero estoy muy desenchufado; lo poco que escribo es digno de un cubo de reciclaje de papel, me repito como la morcilla y no veo nada original o que aporte, un día si y otro también lleno hojas de palabras que no dicen nada o suenan más vacías que las palabras de un político, eso también me lleva a visitaros menos y cuando lo hago me quedo mudo porque me da vergüenza escribir una chorrada o "estuve aquí" -a lo mejor es la llegada del otoño, es broma-, de todos modos también he estado liado con mis vacaciones pero es desde hace unas semanas, porque me escapo en dos/tres semanitas a Perú.
      Y no, no es la crisis de los 45, si es que existe o existiese tal crisis.
      Un besote y muchos abrazos y gracias por echarme en falta, me has arrancado una buena sonrisa.

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