Candice Fox
Ediciones Pàmies
ISBN: 978-84-16331-12-3
Quedaros con la pregunta de la portada, ¿qué se necesita para criar a dos asesinos perfectos?, ¿no os parece ya suficiente aliciente para empezar a leerlo?.
Como parece ser que el género negro últimamente solo puede tener apellido nórdico, ¿he dicho ya alguna vez que no me gustan muchas de esas novelas que me parecen todas iguales? je, je, pues se dejan en el tintero joyas como esta, una novela escrita por una escritora novata australiana que da clases de escritura en la universidad de Notre Dame de Sidney y que resultó galardonada en 2014 con el Ned Kelly Award de novela negra.
Estos son los mimbres y no deseo haceros un spoiler de la novela porque quiero que la leáis, es brutal, es algo completamente diferente a todo lo que he leído hasta la fecha, donde la maldad es un personaje más que se ha metido en los huesos de dos pequeños críos, Eden y Eric Archer, a los que han matado a sus padres en un secuestro fallido y que para peor suerte de los secuestradores, tratan de eliminar pero sin darse cuenta de que a pesar de todo, siempre hay alguien que se puede sentir conmovido por las pequeñas manos de un niño al que debe hacer desaparecer. Ese alma redimida es Hades, alguien que se dedica a hacer desaparecer lo que los demás "no quieren" pero el no quiere hacer desaparecer a estos dos pequeños de los que se enamora como solo un padre puede hacerlo y trata de criarlos como a sus propios hijos, algo que parece en apariencia sencilla no resulta nada fácil en realidad porque los dos pequeños han sentido la maldad en sus cuerpos y nada puede ser lo mismo desde ese día.
Han transcurrido unos años, notar como baila Candice Fox con el tiempo pasado y tiempo actual para que nos formemos una idea de como son los dos pequeños entonces y ahora; convertidos en policías, Eden tendrá como nuevo compañero a Frank mientras su hermano sigue cerca de ella como guardándola y también en el departamento de homicidios, Frank Bennet recelará de ambos pero Eden es su nueva compañera y con la se ha de enfrentar a un asesino en serie terriblemente cruel que selecciona sus víctimas para donaciones de órganos ilegales.
Tanto Eden como Eric con como la noche y el día, pero se necesitan mutuamente, es la llegada de Frank la que puede alterar ese equilibrio, Frank digamos es el típico policía rudo o mejor dicho chuleta, que va dando bandazos en su vida tras dos matrimonios fallidos y que parece que quiere redimirse cuando conoce a la última víctima fallida del psicópata, algo que seguro que el manual del buen investigador dice que no se haga, en un afán tremendo de protegerla. Es a través de los ojos de Frank como conoceremos a la Eden que quiere salir a la luz, fuera del dominio de su hermano pero al que no quiere dejar tampoco porque los vínculos entre ambos son muy fuertes.
Tanto Eden como Eric tratarán de seducir a Frank sobre la "bondad" del policía justiciero, con un discurso sobre lo poco que sirve la cárcel, las penas y la nula regeneración y calará en él, tanto que hará algo que no te esperas porque después de todo parece un hombre equilibrado a pesar de su pasado más o menos turbio pero no peligroso.
Algo muy interesante es que la trama versa sobre este triángulo de personajes, Eden, Eric y Frank, el asesino psicópata y "carnicero" es el medio por el que se conocen y se relacionan, quizás debería meter a Hades en esta ecuación pero como es el origen esta separado de la trama actual pero sin el que se conocería a los dos hermanos.
Acostumbrados a ver como se relacionan los policías de las series de televisión, se puede comprender el papel de Frank por congeniar pronto y bien con su compañera Eden, a pesar de que ella quiera levantar un muro de intimidad que sorprende al propio Frank, ¿será así en la realidad? me estoy acordando de la serie "El comisario" y el papel de Pope por ejemplo porque parece que no es posible irse a casa y dejarse los problemas en la comisaría.
No quiero desenmarañar más la historia, creo que es una novela formidable, me ha encantado y me demuestra que se puede escribir con un psicópata en el plantel de personajes sin que te comas la cabeza ni le tengas empatía, ni tampoco hacer de la patología de un trastornado un libro de crímenes.
Muy, muy pero que muy recomendable.
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