El Enredo de la Bolsa y la Vida

Eduardo Mendoza

Editorial Seix-Barral

web: www.seix-barral.com y www.eduardo-mendoza.com

ISBN: 978-84-322-1000-6

Que gusto, Eduardo Mendoza en estado puro, estoy seguro que muchas personas verán una historia loca y absurda en este novela pero no, no se dan puntadas sin hilo y lo podréis comprobar al relacionar aunque sea de esa forma un tanto surrealista a Ángela Merkel, un restaurante chino y un terrorista venido de oriente medio.

Tirando de su famoso detective sin nombre se urde una trama pseudopolicial en búsqueda de un antiguo compañero del habitación del frenopático, Rómulo el guapo del que decían que se parecía a Tony Curtis, que es buscado por una adolescente llamada Quesito después de que le proponga a nuestro héroe un golpe "infalible" y que por descontado no acepta; nuestro sagaz detective-peluquero de señoras reúne un grupo de lo más variopinto para localizar a su viejo amigo, un grupo digno de haber estado ingresado con él en el mismo hospital psiquiátrico porque no tienen desperdicio y que la vida luego deparará la más diversas de las venturas a cada cual más surrealista y divertida, sólo los nombres ya son una invitación a meterte en la cabeza de todos ellos: la Moski que es una acordeonista callejera con sangre comunista en las venas, Pollo Morgan un timador profesional y estatua viviente -no os perdáis los personajes que encarna porque son para troncharse, entre ellos Isabel de Portugal y ya me diréis como es tal señora-, Kiwijuli un africano albino muy culto que sabe quien es Valle-Inclán o por lo menos sabe como era su aspecto, Manhelik un repartidor de pizzas que esta embobado con Quesito y que no distingue yo creo su derecha de su izquierda, el señor Armengol duelo del restaurante "Se vende perro", si, ese es el nombre o la familia china Siau al completo del bazar chino de enfrente de la peluquería de nuestro protagonista o la propia Quesito que parece que se alimenta de Magnuns.

La cantidad de secundarios es enorme y cada cual más curiosa: Ali Aaron Pilila el terrorista internacional, Victoria Arrozales la inspectora antiterrorista, Lavinia Torrada una mujer de curvas sinuosas y peligrosas, el swami Pashamarote Pancha, Juan Nepomuceno que es un cinéfilo segurata de un hotel de vacaciones que trabaja se subcontratado sin contrato de un paisano suyo llamado Jesusero y aún hay más, pero os dejo que los descubrías pues hasta un 206 podría ser un personaje más al estilo a las películas de ese escarabajo de Disney, esa cantidad de secundarios hace que veamos un reflejo perfecto de nuestro país o de cualquiera de nuestras grandes ciudades.

La acción se desarrolla en un verano barcelonés y para los que no estamos allí o no conocemos Barcelona entre sonrisa y sonrisa te describe de forma impecable la humedad pegajosa, las tormentas imprevistas pero eso es algo que no debe extrañar pues Eduardo Mendoza es un virtuoso de la escritura, es más, la descripción de la peluquería y las peripecias después de una tormenta es posible que le suenen a más de uno por eso de los olores o los atrancos. Con una sagaz sátira meterá en el mismo bote el expansionismo chino, la altanería alemana y la sinrazón terrorista y todo ello sin que pierdas un ápice de tu sonrisa y con más de una, dos o tres carcajadas.

Con pena contemplaremos el final de una carrera exitosa como peluquero pues el poderío oriental le harán claudicar y dejar sus tijeras sin filo y sus peines sin púas para verse entre platos y fogones del nuevo restaurante chino de la familia Siau, El mejillón dorado.

Creo que el papel del abuelo Siau es un poco el pepito grillo de nuestro protagonista y sus charlas en la peluquería las encontraréis llenas de sabiduría vital.

La he catalogado como narrativa moderna pero alguien podría haberlo hecho como policíaca y tampoco estaría equivocada, una novela negra un tanto particular, pero con todos sus elementos.

En definitiva, lo pasaréis fenomenal con su lectura y si queréis leer entre líneas, también. Una delicia, divertida y un placer, ¿qué más se le puede pedir a un libro?