Jon McGregor
Ediciones Salamandra
ISBN: 978-84-9838-413-0
Que incómodo y raro me siento con el formato nuevo de Blogger, agg, ya veremos como sale.
Sólo hay dos motivos por los que quiera acabarme un libro rápidamente, que lo esté disfrutando -un contrasentido ya lo se porque me gustaría que durase más- o que me esté haciendo sufrir y en este caso estoy en el segundo de los dos supuestos; animado por la crítica de la contraportada de Mark Haddon -el escritor del maravilloso "El curioso incidente del perro a medianoche" lo agarré con ganas incluso la breve sinopsis era atrayente y sugerente dentro de lo crudo que era el tema a tratar, en ella se hablaba de humanidad, ternura, calidez, compasión, empatía y salvo porque los personajes son seres humanos y por tanto hay humanidad del resto no he encontrado ni una gota, ha sido como el viaje al lado oscuro de la dignidad humana, al pozo del que no salen muchos de los amigos de la jeringa, la jeringa o el alcohol pero todo esto no quita que refleje perfectamente el infierno en el que se ven inmersas esas personas, con toda su crudeza y sin ninguna de esas palabras hermosas que ante he citado porque en ese mundo son las primeras que salen por la ventana.
Por el título ya podéis haceros una idea de por donde pueden ir los tiros y creo que es acertadísimo, por buscar algo de calor en él y relacionado con nuestros amigos los canes precisamente algunos personajes tienen perro y el afecto que les profesan sus canes contrasta con el poco afecto que los dueños se profesan a ellos mismos.
El lenguaje es durísimo, las ausencias mentales de los drogadictos o los alcohólicos otro tanto de lo mismo, los lugares en los que se desarrolla sórdidos y lúgubres, vamos, que es como si mañana mismo hicierais una novela de un puñado de personajes de la cañada real, la forma en la que describe como su vida ha llegado al fondo es magistral y os aseguro, que aunque ellos piensan que no pueden caer más bajo, si que pueden.
El formato elegido no es nuevo pero si sorprendente, tomando como nexo de unión un personaje, Robert Radcliffe y la aparición de su cadáver muerto en el suelo de su propia vivienda en una localidad del norte de Inglaterra se va desgranando la vida de todos los personajes pero siempre alrededor de Robert, cada personaje cuenta su relación con Robert y poco a poco vas sabiendo que tras una relación aparentemente feliz todo se va al traste marchándose su mujer Yvonne con su hija Laura y como cae en la soledad más absoluta a pesar de estar acompañado por ese grupo tan raro y heterogéneo y no sólo cae en la soledad porque también cae en el alcoholismo, Robert deja que pasen el tiempo en el piso a cambio de que le traigan comida y bebida porque el no se mueve de la casa como si pensara que así podría encontrarle su mujer en el hipotético e imposible caso de que volviese, la aparición de su hija no mejora la situación para él, que va, la empeora para ella sumergiéndola en el mundo de la droga y de la que quiere salir vísperas de la muerte de su padre ingresando en un centro de rehabilitación, Laura, la hija de Robert es uno de los dos únicos personajes en los que tienes la tentación de desear que todo vaya mejor porque es una niña o mejor dicho, una adolescente que hasta la primera visita a su padre era una chica "normal", no estoy diciendo que deseo que les vaya mal al resto, no lo digo como espectador frío y distante de la situación, el otro es Ant, un exsoldado mutilado que termina por creerse su propio Vietnam y que se siente engañado por su país cuando es enviado a Afghanistán, es terrible hasta cuando recuerda como no tiene pierna y que perdió la prótesis de madera.
Heather es otro de los personajes centrales, una mujer algo mayor que Robert y también drogadicta, dice haber sido parte de un grupo de música hasta que se vio metida en el mundo de la heroína, por como trata a Laura en lugar de separarla de aquello o como seduce a uno de los componentes del grupo, a mi me da grima y rabia.
Mike es otro componente del grupo que se acompaña de un perro, Einstein y os prometo que casi es por quien más sientes la vida que llevan los seres humanos de la novela, que está más allá que "pa´cá", McGregor además lo refleja estupendamente en el lenguaje, con frases sin terminar, sin sentido y con la única obsesión de encontrar droga que meterse.
Ben es otro de los componentes del grupo, que toma al pelo al pobre pero de Mike y muestra cierto sadismo cuando mata a una paloma de una patada -escalofriante por cierto- y el seducido por una pipa de crack que le ofrece Heather.
Steve es quizás el más afín a Robert porque se va vivir con él en su piso desahuciado de protección oficial hasta que en una pelea lo expulsa de su casa, una de los pocos arranques de furia de Robert con sus inquilinos pero no con su exmujer Yvonne.
Dany, Sammy, los policías o los médicos forenses o los tutores de los centros de acogida completan la lista de personajes y un narrador con voz en off cuando en realidad no hay nadie y que muestra esa soledad absoluta en la que vive Robert, atentos a la ceremonia de su cremación en la que el cura pide a los miembros de la funeraria que le acompañen porque no hay nadie más.
Un libro muy duro, donde la compasión y la ternura no tienen hueco por mucho que lo diga la sinopsis de la contraportada y por todo ello un libro especial, profundo en el que podemos ver el abismo en el que nos metemos los seres humanos.
Me detengo en estas tus críticas para apuntar libros a la ya de por si abultada hilera que tengo en espera. No hay tiempo para tanto, es una lástima.
ResponderEliminarQuerida Alma, este es otro de mis vicios confesables y la mitad de las veces me tengo que contener porque si no sería insostenible.
EliminarSeguro que de todos los que comento, muchos te encantarían.
Besotes.