sábado, 6 de junio de 2020
Tirar del Hilo
Andrea Camilleri
Penguin Random House Grupo Editorial / Editorial Salamandra
web: www.salamandra.info
ISBN:978-84-9838-992-0
Ya quedan pocos libros por traducir y publicar en España del maestro italiano recientemente fallecido, se especula que el mes que viene se publica en Italia la última novela del comisario Montalbano y que ha dormido en una caja fuerte hasta su fallecimiento.
Las novelas de Andrea Camilleri siempre tienen una buena dosis de crítica social y esta no lo iba a ser menos, publica en 2016 en Italia en esta ocasión la llegada de barcos con migrantes a las costas sicilianas es una de las estampas que nos quiere mostrar, creo que en esa época estaba Salvini de infausto recuerdo de ministro pero sinceramente, no me acuerdo bien y tampoco me he puesto a comprobarlo, como siempre la crítica es sutil pero clara y directa, una policía sin medios ante la avalancha y mucha gente desesperada por buscar un futuro para ellos y sus familias; en ese ambiente se desarrolla la escena hasta que aparece el cuerpo de una bella modista que en esos días estaba cosiendo un traje para el comisario y que debe usar en un compromiso con Livia por las bodas de oro de unos amigos.
Este es su título número cien y la vigesimonovena novela de Salvo Montalbano, considerando que que no iba a tener nada más que una entrega, le ha salido respondón el comisario.
Cientos de migrantes llegan a Vigàta desbordando a todos los medios de la población, las pateras llegan repletas de gente, hombres, mujeres y niños, con fallecidos a bordo por culpa de la dureza de la travesía y donde las leyes humanas no existen, en una de ellas una joven es violada por el patrón y otro compinche de la patera pero por miedo no puede denunciarlo y Salvo trata de averiguar quienes son los culpables con la inestimable ayuda del dentista de la zona que habla árabe o en su defecto de su hija que trabaja en el taller de costura de Elena; en ese trance se ven los dejes de algunos cuerpos policiales o debo decir, de algunos cargos políticos que ven terroristas cuando solo hay gente con miedo y hambrientos, cada noche es una pesadilla y ni la comida de la tratoría de Enzo consigue que te animes los suficiente. Cierto día aparece cruelmente asesinada Elena, la modista, que Salvo conoce porque se la recomendó Livia para confeccionarle un traje, asesinada a tijeretazos no hay por donde agarrar el caso, viuda desde hace años, sin enemigos a la vista aunque tenga varias relaciones con algunos conocidos, Salvo no sabe donde buscar y las llegadas de pateras no ayudan pero el desánimo no puede con él y un golpe de suerte conseguirá encontrar la madeja de donde tirar del hilo para esclarecerlo todo.
Me gusta que el propio Camilleri haya hecho una referencia al personaje de la serie de Antonio Manzini y que tenéis en este blog las seis de sus novelas publicadas en España de momento, porque Camilleri es próximo, cercano, cálido, humano, es un tipo que disfruta de los instantes felices que le da la vida, incluso siente calor y afecto por el simple de Catarella al que más de uno le habría mandado a galeras -ver como le pide que le disculpe del servicio de pateras o como cuida del gato de Elena-, es un tipo con el que te irías gustoso a comer porque no habla durante la comida, la disfruta, la degusta, la vive y que a pesar de llevarse como un tiro con el forense, estoy seguro que el forense con todas su pullas a la edad y todo eso, le aprecia.
El resto de personajes del elenco permanece, pero el peso principal lo sigue llevando Salvo, sus miedos a la edad parecen mitigados comparado con otras novelas anteriores pues le atormentaban, las formas son las del maestro siciliano, con capítulos cortos muy dinámicos, con diálogos ágiles que encajan muy bien con la narración y con un lenguaje mordaz y ácido menos cuando el genial Catarella entra en acción, pero es que no se le puede pedir mucho más al pobre y voluntarioso chaval.
Comparada con otras novelas quizás os choque el desenlace final y eso es lo que me gusta de Camilleri, que sus finales son como la vida misma y no como los finales de las series televisivas americanas.
Disfrutarlo, que quedan poquito y si no habéis leído nada de Camilleiri, ya estáis perdiendo tiempo.
Una delicia para los amantes de su escritura y para los que no lo son.
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