martes, 15 de mayo de 2018

El Portador de la Llama




Bernard Cornwell
Edhasa Ediciones
web: www.edhasa.eswww.bernardcornwell.net
ISBN: 978-84-350-6318-0

Llegamos a la décima entrega de las crónicas de sajones, vikingos y normandos del escritor británico pero afincado en Estados Unidos Bernard Cornwell protagonizadas por Uthred de Bebbanburg; a diferencia de las otras nueve entregas previas, esta novela es fruto completamente de la imaginación del escritor, evidentemente algunos de los personajes son reales y algunas de las posibles acciones que se narrar pudieron suceder, pero no hay nada que así lo confirme tal y como nos dice el propio escritor ya que otras obras si tienen un trasfondo histórico en el apoyar la narración.
Dudo que con lo bien que documenta sus obras Bernard Cornwell haya cometido un error de bulto que no pasará por alto un aficionado a la historia o las novelas históricas, cuando habla de la Santa de la que es muy devota Etelfleda habla de Santa Werburga que entre sus milagros está el expulsar a unos gansos que estaban comiéndose la simiente en un campo de maíz, si consideramos que el maíz fue traído a Europa por los españoles en el siglo XVI pues difícilmente puede ser esa la simiente por lo que me inclino por un error en la traducción, no muy importante pues no afecta en nada a la trama pero un error de bulto en una obra de unos de los escritores de novela histórica más prestigioso no queda bien.
Los daneses están "tranquilos" y los sajones están cogiendo fuerzas para próximas campañas para arrebatarle más territorio a los vikingos que aún dominan una parte de Inglaterra, aprovechando ese periodo de paz Uthred se dispone a recuperar de una vez por todas Bebbanburg y expulsar al usurpador de su tío del territorio que en justicia le pertenece; pero su tío no ha estado con las manos cruzadas y ha recurrido al servicio de hombres del norte, Einar el Desventurado y para revolver el avispero un poco más, el rey Constantino de Escocia pretende llevar la frontera de su reino hasta el muro de Adriano y por si esto fuera poco, los sajones del oeste con Etelhelmo a la cabeza comienzan a medrar para eliminar a Uthred de la ecuación de una vez por todas; a Uthred cada vez le quedan menos apoyos en las cortes sajonas y no será por los buenos servicios que les ha prestado en sus luchas con los hombres del norte, no, es que van muriendo como la reina Etelfleda que vive sus últimos días, su hermano precisamente no es santo de la devoción de Uthred y su hijo menos, una conspiración para involucrar a su yerno y a él en la muerte de unos sajones en tierras de Sigtryggr, a la sazón de Northumbria y último reducto danés en la tierra de los anglos, le obligará a dejar de nuevo sus planes de recuperar de nuevo Bebbanburg pero Uthred es un hombre sagaz y lo descubre todo permitiéndole recuperar sus planes de conquistar el castillo de sus antepasados pero ello provocará a Etherelmo que para acabar con Uthred pretende casar a su hija con su tío. Pasará de luchar con tres enemigos en lugar de uno y en inferioridad de condiciones y sin saber quien es aliado de quien pero eso nunca supuso un problema para este sajón creyente de los viejos dioses y al que muchos tachan de hereje y asesino de curas.
Estamos ante una obra típica de Cornwell, luchas encarnizadas descritas con terrible realismo, con política de cuchillada por lo "bajini" y en el que es fácil meterse porque las pasiones mundanas están tan vivamente descritas que te ves en el siglo X en cada una de sus páginas; en esta entrega cabe resaltar aunque en otras lo ha hecho también, una confesión del propio Uthred contando lo que de verdad se ve en muro de escudos, miedo, hedor, dolor y nada de honor tal y como declaman los juglares en sus canciones.
La historia de Uthred no acaba aquí, aún Inglaterra no es Inglaterra si no un puzle de reinos independientes que de momento tienen un enemigo común que son los daneses, pero cada vez más se encuentran interrelacionados ya sea por matrimonios de conveniencia o motivos económicos y llegará un día en el que serán lo que el rey Alfredo el Grande soñó y todo gracias a la batuta de un descendiente directo de él, Etelstano, una sola nación y Uthred será un testigo preferencial de esos tiempos.
En resumen, una novela típica de Cornwell para sus fieles lectores porque "el destino es inexorable".

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