sábado, 28 de abril de 2018

La Chica del Cumpleaños



Haruki Murakami
Tusquets editores
ISBN: 978-84-9033-520-6


Tusquets nos trae en esta ocasión dos cortos relatos, el primero de ellos y que da título al libro pudo leerse en una recopilación de 2008 que ya publicó también Tusquets en la obra "Sauce ciego, mujer dormida" que yo no había leído, y ese relato se le ha añadido otro corto relato titulado "Mi cumpleaños", este libro tiene como novedad que ha sido ilustrado delicadamente por Kat Menschik.
En el primer relato una joven cuenta que cuando cumplió los veinte años el dueño del restaurante donde trabajaba, un misterioso anciano al que no volverá a ver nunca mas, le concede un deseo por el día de su cumpleaños, un único deseo que sin embargo el hecho de que se haga realidad no cambiará en nada devenir de la vida de la joven aunque no termine de llenarla pero quizás porque ese deseo pedido -que nunca se sabe- es un deseo en el tiempo, no es algo inmediato.
Con un estupendo ejercicio, Murakami nos plantea primero que deseo habríamos formulado con veinte años y por ende, cuál sería el deseo en cualquier momento de nuestras vidas, nunca sabremos el deseo formulado por la joven y ni falta que hace, porque el importante es el que formulásemos nosotros, ¿cómo nos cambiaría o no?, ¿cambiaríamos o nos arrepentiríamos de ese deseo o lo cambiaríamos?, es interesante ver como una joven de veinte años no pide ninguna cosa superficial tipo dinero, belleza, etc, pide algo que le extraña al propio extraño lo que denota una madurez de la joven fuera de lo normal y que curiosamente vive una ruptura amorosa muy reciente con su novio precisamente en ese día que es del su cumpleaños.
Os propongo el mismo juego, qué deseo formularíais pero no lo contéis, plantearos que habríais pedido con esos veinte años, si os habría cambiado la vida o no, como os habría afectado y si habríais alcanzado la felicidad, pues al fin y al cabo es lo que parece que no termina de llegar la joven.
Hay algunas analogías que yo tildaría de budismo zen, sobre todo cuando hace cierta analogía con su parachoques con abolladuras, pues tienes bollos porque para eso está hecho, no soy un experto en filosofía oriental aunque he leído algunas obras budistas y algunas otras de corte zen de corte o espíritu samurai, y se ve esa importancia del camino que nos lleva a nuestra meta tardemos el tiempo que tardemos, un camino personal y único en el que nadie puede intervenir -con excepción de este anciano dueño del restaurante-.
Es mas si pudiésemos decir cuál sería ese deseo sería el de conceder el deseo anhelado a quien quisiera solicitárselo.
El segundo relato tiene como protagonista al propio Murakami y nos lleva al día del 12 de enero -del año que más da pues para él no es ningún logro cumplir años- y en una conexión radiofónica matutina Murakami traza vínculos con todos aquellos que cumplen años ese día o los han cumplido y descubrimos que el escritor Jack London cumplía años también ese día aunque lleve fallecido mucho tiempo y con el que apenas el nuncio vínculo de similitud con Murakami sea el de hacer años ese mismo día.
Estamos ante un relato típico de Murakami de los de después de "Tokio Blues" por si alguien es un seguidor empedernido pues yo lo diferencio muy bien sus obras de antes y después de esta obra, delicado y sensible, os va a durar una siesta porque es muy cortito y el primero os dará muchos minutos para reflexionar.

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