Juan Luis Arsuaga e Ignacio Martínez
Editorial Planeta
ISBN: 978-84-8460-463-1
No es ni será el último libro que lea de Arsuaga o Martínez, su forma de explicar las cosas es tan didáctica que por algún momento estuve pensando en las curvas de Euler Savary y ganaba por goleada la pareja de antropólogos y eso yo sin ser de esa rama de estudios.
El valor didáctico de este libro es inmenso, quizás algunas cosas se escapan a los neófitos, sobre todo cuando habla de temas de ADN pero el resto es de una claridad meridiana. Al ser un libro que su primera edición es del año 98 le faltan algunos importantes descubrimientos de la sima de los huesos y me viene a la mente la famosa pelvis de un varón que llamaron Elvis pero ya en el libro advierten de los descubrimientos que están por llegar; y aún así la obra es actual y rigurosa.
La capacidad didáctica del la obra es indudable, las forma de expresarse y el lenguaje utilizado hacen de este libro una obra para todos los públicos, jóvenes estudiantes de instituto e incluso para iniciarse en el mundo de la antropología, tal es su valor.
El que nos explique que no somos los únicos y probablemente ni lo seremos, hace que no nos sintamos el centro del universo a pesar de lo que dice el título del libro y que a medida que avanzas en la lectura te das cuenta de que somos una especia más, especial, pero solo una más, ni mejor ni peor que otras, adaptada a nuestro medio por lo que en realidad entonces no somos la especie elegida, somos la que ha llegado hasta aquí y la que puede decirlo -cosa muy importante por otro lado y que es lo que nos hace diferentes al resto-.
Desde hace millones de años, nuestra especie fue evolucionando de forma ramificada, no somos los únicos pero si los únicos supervivientes del género hommo, en el reloj de la historia apenas somos un instante, es más, cualquiera de nuestros ancestros han estado sobre la faz de la tierra más del que llevamos nosotros; es posible que con la reflexión final que hacen los escritores algunos piensen que vamos a durar menos que un telediario pero yo en ese aspecto tango fe de que no seremos tan idiotas aunque todos los días tengo ejemplos de que me equivoco.
Al igual que otros libros anteriores que he leído de José Luis Arsuaga, suele acompañarlo de unas estupendas ilustraciones que hacen mucho más didáctica la lectura, aludiendo a escritos de prestigiosos investigadores del pasado que a pesar de que alguna de sus hipótesis pudiera ser más o menos correcta, lo hace de forma educativa y esclarecedora, por ello que no resulte extraño sus citas a Darwin, Lamark o el colega y amigo de Darwin Wallace, a pesar de no coincidir en sus conclusiones.
Debe quedar claro que no hay posibilidad a interpretaciones divinas ni extraterrestres, este es un libro serio, que se fundamenta en hechos, fósiles y pruebas científicas, no hay nada más que darse cuenta del esfuerzo que supone la datación de algunos de esos fósiles, recurriendo a pruebas como de isótopo de oxigeno, el famoso carbono 14 o el cambio de polaridad magnética del planeta -nunca ha sido la misma la posición la de lo polos magnéticos, ha variado a lo largo de la historia del planeta-. El que se critique una teoría como la de Darwin no significa que sea mentira, simplemente no se tenían los medios para constatarla o desmentirla y por ello no pierde un ápice de valor científico sus estudios o los del Mendel en su momento.
¿Somos un "accidente" de la evolución, nuestro cerebro evolucionó por la dieta, éramos bípedos antes que inteligentes, hablaban otros hommo como nosotros, convivieron otras especies dentro del mismo hábitat? son tantas las preguntas a las que este libro quiere dar respuesta que solo por los interrogantes merece la pena meterse de cabeza en él.
Con cuidadas explicaciones los dos antropólogos nos harán ver lo importante de algunos sutiles cambios en nuestra fisionomía, desde la posición del dedo gordo del pie, la forma de cadera para poder ser bípedos y lo negativo que fue para los partos, la forma del paladar para el habla o la capacidad somos incapaces de hablar y beber a la vez salvo para los bebés.
Es evidente que muchos querrán encontrar el eslabón perdido o la especie que supuso el cambio de una a otra pero al ser un desarrollo en múltiples ramificaciones, probablemente nunca veremos ese eslabón perdido y si muchos que confluyen hacia la especie que somos hoy en día.
Para todos aquellos que se creen más blancos que la leche, debo deciros a vuestro pesar, de que venimos de una Eva africana y también de un Adán africano, que los neandertales que convivieron con los hommo sapiens durante un periodo de tiempo -y aquí un cambio notable que recuerdo de una entrevista posterior y que si confirmaba un pequeño cruce entre las dos especies; que nuestra especie no es tan antigua como podamos pensar y que ha evolucionado muy rápidamente y si, que viene de África.
Un fabuloso libro de divulgación y estudio que hará las delicias de todos los paladares y que nos hará pensar que somos menos exclusivos de lo que nos creemos y que si estamos aquí, mucho se debe a la casualidad.
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