sábado, 15 de octubre de 2016

Seda Roja



Qiu Xiaolong
Tusquets Editores
web: www.tusquetseditores.com
ISBN: 978-84-8383-241-7


En las cada vez más famosas series de detectives debemos incluir por derecho propio a Chen Cao, un comisario y poeta radicado en Shanghái, es mi segundo libro de este escritor y que no sigue precisamente un orden cronológico en lo que a mi lectura se refiere, pues el que comenté hace ya un tiempo es posterior a este que nos atañe.
Nos movemos en el Shanghái de finales del siglo pasado, el comisario Chen pide una excedencia para dedicarse a sus estudios literarios, no olvidemos que el comisario a pesar de ser policía no se preparó como tal si no que el sistema le colocó en ese puesto para terror de los que se saltan la ley y algunos personajes poderosos de dudosa reputación pero con sus bolsillos llenos de billetes.
Xiaolong ambienta muy bien las obras que he leído, en esta apreciaremos la cantidad de referencias culinarias chinas que a más de uno le causarán verdadero pavor, costumbres que como en todo lo que viene de ese lejano país se apoya en ese extraño equilibrio del Ying y el Yang y que a nosotros nos suena a eso, a chino. También veremos los rápidos cambios que está sufriendo la sociedad china, coches privados, especulación urbanística, etc.
A pesar de estar de excedencia, recibe el recado de un alto cargo del partido para que investigue a cierto abogado que está inmerso en un juicio sobre la especulación urbanística y a su vez, le piden ayuda para solucionar el caso de un asesino en serie que va dejando mujeres asesinadas con un qipao rojo, descalzas y sin ropa interior; un caso que preocupa sobremanera al departamento de policía cuando este asesino en serie acaba con una policía que estaba en el caso trabajando de señuelo.
Para poder estudiar el caso o mejor dicho, para descansar de la presión a la que se ha visto sometido, el inspector Chen se toma unos días de descanso que le servirán para avanzar en su trabajo literario y encontrar inspiración para ayudar a solventar el caso del vestido rojo.
Hago notar el estupor que me han causado ciertas recetas que leeréis y habiendo pisado esas tierras no hace tanto no me extraña nada de nada, sesos de mono vivo, lenguas de gorrión fritas, gambas vivas o sopa de tortuga que se hace a fuego lento estando la tortuga viva; sin comentarios.
Al igual que mi favorito comisario Montalbano, el objetivo de Chen es que se haga justicia aunque esa justicia no sea la que todos pensamos, la más estrictamente legal o la que efectuaría el estado, es decir, que no todos los colores son blancos o negros, hay múltiples grises que conforman el día a día de todos nosotros y que nadie es culpable o inocente del todo.
Quiero remarcar ciertas expresiones que me han llamado la atención:
- Para decir que no ha tenido suerte con las mujeres, le dicen que Chen Cao no ha tenido la suerte de la flor de melocotón-
- Citando a Confucio, cosa que hace con mucha frecuencia, para hablar de la belleza de una mujer dice "una beldad tan deliciosa que la gente quiere devorarla.
- La fijación de una ley kármica para todas las cosas, esto no es una frase o cita, es una constante en el desarrollo de la novela, algo que a mi no me gusta de los escritores nórdicos, pero en Xiaolong no me produce tanto rechazo.
- Y por último otra cita de Confucio, "sabes que es imposible hacerlo, pero mientras sea algo que debes hacer, tienes que hacerlo".
En resumen, no será uno de mis autores favoritos pero me ha proporcionado un buen rato de lectura, llevándome a tierras lejanas y tan distintas a las que habito.

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