Tuoma Kyrö
Editorial Alfaguara
web: www.alfaguara.com
ISBN: 978-84-204-1553-6
De mi particular rey mago recibí este curioso libro de un escritor finlandés completamente desconocido para mi, pero bueno, como miles de cosas de Finlandia por otra parte, un libro lleno de ironía y con un peculiar sentido del humor que se hace divertido de leer; si pretendes sacar alguna conclusión, moraleja o mensaje, mejor déjalo para otro tipo de libros porque el "buenismo" final queda muy bien en la galletas de la fortuna de los restaurantes chinos pero no en la Europa que tenemos ahora y precisamente menos en una Finlandia como la de ahora.
En un mundo globalizado como en el que vivimos, las penas, sueños o esperanzas también están globalizadas y partiendo de ese principio puedes creerte que un rumano, Vatanescu, deje su Rumanía natal para irse a mendigar a las calles de Helsinki controladas y explotadas por las mafias rusas para hacer realidad el deseo de su hijo de tener unas botas de fútbol, como principio es prometedor pero las veces que he ido por latitudes norteñas no recuerdo haber visto demasiados mendigos y hablo con conocimiento de causa pues he visistado Noruega, Dinamarca y Suecia, los motivos son lo de menos pero donde más lugareños rumanos he visto es en España e Italia, en fin, pasemos por alto ese detalle sin importancia, Vatanescu se rebela contra su explotador ruso, Jegor Kugar, y ello le obliga a una ida sin destino fijo para tratar de conseguir el dinero de las botas y no ser localizado por su explotador, de esa manera comienza una aventura disparatada que le llevará a recolectar arándanos, hacerse amigo de un finlandés obeso que huye de la ciudad cuando es un urbanita puro y duro y todo ello sin desacerse de un compañero fiel de penurias, un conejo lesionado que acoge y cuida desde lo encuentra con un pata lastimada, consigue encontrar el amor de una maga caída en desgracia o salva un paraje natural de convertirse en un centro comercial, pensar cualquier locura pues todas ellas están al alcance de este rumano que no habla finlandés, que no tiene dinero y solo quiere complarle unas botas a su hijo.
La aventura de Vatanescu puede tacharse de divertida porque dudo que ningún mendigo pueda tener la posibilidad de cambiar su destino como lo hace él, caótica porque no hay ningún objetivo salvo el de las botas de tacos, falsa porque nadie ayudaría a Vatanescu en su día a día como hacen en la novela, no el cocinero oriental que le recomienda ir a por bayas, ni el matrimonio obeso con el que hace amistad o el presidente del partido del pueblo que en algunos momentos pensé que era Pablo Iglesias.
El libro tienen un montón de referencia a Arto Paasilinna y disculpar mi ignorancia pero no se quien es ni he leído nada de él, de modo que como deberes me pongo saber y leer algo de este escritor finlandés y no solo lo que diga la wikipedia; imagino que esas referencias darán más consistencia al relato y por eso a mi se me escapan.
De modo que os traigo un libro lleno de "buenismo", ecologismo de estantería y globalización, divertido, delirante pero que yo no diría que crítico, pues lo hace de una forma tan superflua y delicada que se queda en lo anecdótico.
Creo recordar que incluso en la crítica que leí en El País decían que era como un Chaplin y creo que es cierto, pero la crítica de Chaplin era en los albores del cine, cuando todo estaba medido o censurado casi y ahora las cosas se pueden decir de una forma más cruda y dura; si Vatanescu se hubiera vuelto a su tierra sin las botas y una orden de expulsión para mi hubiera sido un final perfecto, pero ese final tan optimista no es crítica ni nada, es hablarnos del milagro nórdico como hacen los programas de Callejeros y cuando un parado se planta allí pensando que va a encontrar trabajo se topa con la dura realidad.
De todos modos, divertida y con final feliz -que hay muchos que buscan libros así-.
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