jueves, 15 de diciembre de 2011
La Historia de mi Pureza
Francesco Pacifico
Ediciones Salamandra
web: www.salamandra.info
ISBN: 978-84-9838-401-7
Aún me estoy reponiendo, no se si porque el protagonista de esta novela, Piero Rosini, me cae como una patada en el hígado o porque no la he entendido y me ha dejado un regusto poco agradable en mi paladar lector.
Esta es la segunda novela de este autor pero primera para mi y aunque no puedo dudar de que es un escritor de talento pero la novela suya que ha terminado en mis manos debo decir que no me ha gustado y estoy seguro que es por la temática y por el personaje principal; Piero.
Piero es el hermano pequeño de una familia numerosa romana, acomodada, burguesa, tolerante y donde cada uno parece que ha tirado por su lado; una hermana escritora laica y denostada por el propio Piero, un padre progresista y libre pensador, una madre que está como una cabra o Piero, un "meapilas" ultracatólico de lo más intransigente y antisemita que renuncia a toda toda mundana y que trabaja para una editorial religiosa, en esa negación de toda vida cómoda y de placer se marcha a vivir allí donde el viento dobla la esquina en los suburbios de Roma donde se relaciona con matrimonios afines en fé y pensamiento. El resto de personajes van desde una beata monjil cuñada, Ada, un jefe, Conrado, que es el típico buitre de boite nocturna o unas amigas parisinas a cada cual más desequilibrada.
Todo esto que parece y es de lo más aburrido al principio de la novela tiene un punto de inflexión, un libro sobre los orígenes del anterior papa, Juan Pablo II, y sus conexiones con el judaísmo y las tetas de su beata cuñada Ada, sufrido cierto percance decide irse a viajar a París, la ciudad que ofrece todo lo contrario que el busca y que pondrá a prueba sus convicciones religiosas y morales para relacionarse con judíos que resultarán sus mejores amigos o sus amantes más pesadas o insistentes, todo según se mire y todo ello sin traicionar a su mujer Alicia.
Para mi Piero vive un claro transtorno de identidad disociado, en palabras menos cursis, que tiene doble personalidad y que no se aclara, es un jaleo contradictorio de pensamientos y repleto de prejuicios morales que lo único que hacen es complicar la vida a todo el mundo, empezando por él; para alguien como yo que los valores religiosos los debe vivir cada uno en su casa y sin imponer nada a nadie me ha revuelto las tripas y a tenor de las charlas que mantiene con Leo, el hermano de la nunca amante pero siempre deseada Clelia, casi llego a la conclusión que ese hebreo al principio denostado está más cerca de la fe verdadera que el enfermo de Piero.
Una visita relámpago de la cuñada desencadenará todo y si había entendido algo de la novela, cuando he llegado y leído la página 275 se me ha hecho un borrado completo de mi disco duro neuronal y ya no se que había leído hasta ese momento.
No entiendo muy bien se pretendía ser una crítica a la gente que vive su religiosidad de ese modo tan extremo y poniendo a los laicos como enemigos, una crítica al mundo actual tan mundano y tan falto de "valores" (JA) o una guía de viajes para hablarte de las calles de Roma -en las que yo me vía según contaba- o las de París (idem de lo mismo).
No sé, mi cabeza aún está procesando estas casi trescientas páginas, pero no me esperéis para la próxima.
Pd. si me notáis ausente es porque estoy liado con mis "amigos" de las batas blancas y hasta el 28 me tienen con pinchazos y manipulaciones varias con sus respectivas consultas y mi cabeza no está muy centrada.
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Ya el mismo título de la novela no deja indiferente... "La historia de mi pureza"... Creo que hacía bastante tiempo que no leía una frase como esa que me recuerda al los Catecismos que nos hacían aprender de memoria (sin entender nada de nada) en el colegio religioso.
ResponderEliminarUna tiene alergia a todo fanatismo religioso, por tanto, si a eso le sumamos tu valoración, creo que de este novela solo leeré...el título. Gracias por el apunte.
Un beso, Ángel.
PD: Espero que las visitas a los galenos sean pura rutina y te encuentres bien...
Querida Marisa he buscado en la red para ver si podía saber más de este autor italiano y parece ser que allí ha sido un fenómeno de ventas y crítica, reconozco que tiene algunas partes atractivas como que sea el después de un atropello el que cuente lo que sucede después -y ya estoy contando demasiado- pero esa dualidad con la que vive me gusta tan poco que al final ese corsé hace que se me atragante.
ResponderEliminarY tienes razón, recuerda a "santísima trinidad" y vida de castidad en pro de una salvación, ays sólo de escribirlo se me pone mi flequillo virtual de punta.
Un besote.
Pd. con los galenos acabo a finales de mes, ahora me tienen de pruebas como todos los años pero a mi me revuelven, pero si, me encuentro bien, helado pero bien, jeje, que venga el veranito por favor.
No creo que me adentre en sus paginas, ya solo me falta terminar un libro sin haberme enterado de nada y con un protagonista que me patea el higado, atiendo a tu no recomendación y lo descarto para mis lecturas
ResponderEliminarPd: Espero que los galenos no sean muy pesados y que una vez centrada la cabeza vuelvas por estos lares, y vaya diita para terminar de hacerte pruebas...
Las críticas querida Carmina eran muy buenas pero a mi se me atragantó creo que hasta con la foto de la portada; el escritor creo que tiene una estupendas maneras pero la temática y los protagonistas quitando el padre de Piero y Leo, me parecen todos unos medrosos, brrr.
ResponderEliminarLas pruebas las termino esta tarde y el miércoles, los resultados en la consulta y ya puestos, te prometo que sea el día de los inocentes es lo de menos.
Un besote inmenso.
Completamente de acuerdo, una novela nada ineresante en el que las dudas religiosos-existenciales se repiten hasta la saciedad y cuando supones que el personaje ha avanzado (al trasladarse a París) allí vuelve a revivir los ya vivido y relfexionado... yo ni llegué a la visita de la cuñada... abnadoné el libro porque además no creo que visite Roma ni París en los próximos meses y no necesito una guia de sus calles... Aburrido...
ResponderEliminarEfectivamente, perfectamente prescindible Comiquera, yo si me lo terminé, no se si por cabezonería y por darme el gustazo de cerrar sus pagínas.
EliminarUn saludo.