José de Espronceda
Ediciones Cátedra
web: www.catedra.com
ISBN: 978-84-376-0010-9
Guíado por el buen gusto y el criterio de Marisa la semana pasada cuando destrozaba mi tarjeta de cierto centro comercial se me quedó literalmente pegado este libro entre las manos, el que no conseguí encontrar y todavía busco es del "La vida de Enrique V" de William Shakespeare y que me temo que tendré que buscar en la cuesta Moyano, pero vamos al tajo.
Todos conocemos algunas obras de Espronceda pero de esta yo no tenía ni la más remota idea y con lo que me gusta una obra de temática parecida como "El burlador de Sevilla" de Tirso era para darme de cabezazos contra la pared. Es una composición poética de gran belleza y anterior a la obra famosa de Zorrilla y que bebe directamente de la obra de Tirso, el protagonista es el estudiante Félix de Montemar pero en esta ocasión el protagonista encuentra la muerte tras ser retado por Diego Pastrana, un soldado veterano de Flandes y hermano de la difunta y enamorada Elvira.
A diferencia de otras obras, el conquistador se enfrenta a la muerte de una forma osada y altanera, asumiendo su comportamiento y sin un ápice de remordimiento, una muerta encarnada en forma de figura blanca de mujer que le guía por las calles hasta su enterramiento.
No creo que en mis tiempos de estudiante se citase esta obra de Espronceda y creo que es una pena porque es un ejemplo clarísimo de la literatura del XIX y en la que se puede ver como Espronceda domina tanto la rima como el tempo, jugando con la métrica consigue dar movimiento y una viveza que es impresionante, su manera de poner la acción en las que la noche y el amanecer son casi también personajes de la obra, en fin, un placer entre nuestros clásicos que bien puede estar a la altura de obras de Poe o Goethe.
Algo que os llamará la atención seguro es la óptica tan distinta de nuestros escritores del siglo de oro y la misma de Zorilla, donde el temor de Dios es un factor crucial.
En definitiva, un final como los que a mi me gustan, con un villano/canalla como a los que a mi me gustan.
Lo leí en el instituto y me encantó. De hecho he vuelto a releerlo más adelante.
ResponderEliminarUn clásico =)
Besotes
Creo Shorby que si yo lo hubiese leído en el instituto no lo habría disfrutado tanto como ahora lo he hecho.
ResponderEliminarBesotes abrigados.
¡Cuánto me alegra de que ter hayas decidido a leer "El estudiante de Salamanca", Ángel!
ResponderEliminarNo voy a insistir en lo que ya dije al respecto en la entrada que dediqué a Don Juan Tenorio, pero está claro que los dos románticos, Espronceda y Zorrilla, beben claramente de las fuentes de Tirso de Molina, pero ambos tratan el agua bebida de diferente modo: Zorrilla la endulza con un final cristiano acorde al romanticismo tradicional que siguió (salvación del alma de Don Juan por amor); mientras que Espronceda sigue esa vena más libre y canalla y hace que su protagonista se condene y esté abocado tanto a ver su propio entierro (fabulosa la escena) como a recibir el no apetecible beso del esqueleto de Élvira (al cual a cortejado, sin saberlo, hasta al propio Infierno).
Sin lugar a dudas, de las tres obras con argumento común, me quedo con la de Espronceda.
Me alegro de que hayas disfrutado de su lectura. Mucho.
Un besote y FELIZ AÑO, Ángel.
En cuanto me la citaste Marisa la puse en mi red de búsqueda, tengo también pendiente de localizar dentro de los clásicos "Enrique V" de Shakespeare pero que no la encuentro ni viva ni muerta.
ResponderEliminarDe las tres obras en cuestión a mi la que me encanta es la de Tirso, pero quizás influenciado por haberla visto en teatro en un montaje de Miguel Narros alucinante e inmediatamente la de Espronceda, ese tenebrismo que tanto me recuerda a Poe es magistral y es una lástima que no la conociese antes -¿sería culpa de los planes de estudio de antes?, no lo creo-.
La escena de la calavera y el beso me llevó a cierta iglesia de roma de frailes capuchinos muy cerquita de la fontana del Tritón de Bernini en la que se ven los esqueletos de todos los frailes de la orden y con esta leyenda: "Nosotros fuimos como vosotros, vosotros seréis como nosotros".
Feliz año nuevo y un besazo inmenso.