sábado, 16 de abril de 2011

La Playa de los Ahogados


Domingo Villar
Ediciones Siruela
ISBN: 978-84-9841-129-4

Ya sabía yo que Domingo Villar iba a ser uno de mis escritores de cabecera, su segunda novela es acojonante, más "madura" y con más chicha que la primea y de la que tenéis una reseña en este mismo espacio.
Los personajes de Villar son completamente creíbles, cercanos y con los que puedes empatizar en cualquier momento y ocasión y si a esto le unes a una forma de describir y escribir que a mi me parece deliciosa en sus formas y maneras hacen que te atrape desde la primera letra, pues si nos has estado en Vigo puedes recorrerla de memoria sin haberla pisado y si nos has comido percebes, seguro que sabes que son una delicia sin haber visto o probado uno -el detalle de Estévez de haberse comido el primero con piel casi me mata-.
Personajes con problemas reales, temores corrientes y motivaciones igualmente reales y humanas y no esas cosas retorcidas que tan acostumbrados nos tienen con la novela negra del norte de Europa, reivindico desde aquí y en este momento la novela negra clásica, sin esos artificios raros a los que se recurre para escribir un Best-Seller, pues para escribir una buena historia no se requiere de nada de eso.
Esta segunda novelaza, el inspector Caldas tiene que enfrentarse al cuerpo de un marinero muerto en una playa gallega, depresivo, ex drogadicto y solitario le hace llevar mi y un caminos hasta esclarecer la verdad, exactamente a lo que podemos imaginar que puede hacer cualquier policía de cualquier sitio o caso y todo eso es lo que hace más creíble y disfrutable" la novela.
A todo esto hay que añadir sus problemas familiares y que le pueden llevar a engrosar una linea en el cuadernos de los idiotas -la idea me parece genial y si es por mi, mañana empiezo uno, lo malo es que a lo mejor yo soy el primer nombre de mi lista-, la enfermedad de su tío, o lo poco que le gusta su trabajo en la emisora con ese realizador torpe y engreído, etc.
Los giros que toma la investigación y la cada vez mayor complejidad son un ingrediente que la hacen cada vez más atractiva, por cierto, eso de empezar con las acepciones de una palabra a mi me parece muy original.
A Estévez le sigo encontrando genial, no por ser el contrapunto del inspector Caldas, es como si las formas de ver y sentir sean completamente diferentes en los dos compañeros pero que son complementarias y necesarias. 
Vais a leérosla de un tirón seguro y no la dejareis porque te absorbe y te mete en la historia como sólo las buenas novelas saben hacerlo.
Ah, mientras escribo esta entrada lo hago bajo los acordes de la pieza de Grieg "La canción de Solveig", los que la lean sabrán porque lo digo. Porque aunque Grieg era noruego y más concretamente de Bergen parece gallego en esta pieza.
Quiero destacar un par de cosas que me han marcado de la novela y que dejo como reflexión:
- A las palabras del padre que dice que no se madura cuando se crece, sólo se envejece.
- Como una pieza noruega puede encarnar ese "color" gallego como lo hace la canción de Solveig, tanto como para que se asuma como tal.
- ¿Por qué el padre se emperra en decir que el perro no es de él?
- A Caldas le preocupan los vivos y no los muertos -ese desear que los casos sean como él quisiera y que le reprochan-.
- ¿Tenéis un libro de idiotas/imbéciles?.
Para terminar, creo que con un imprescindible sería suficiente estímulo para los dudosos.

4 comentarios:

  1. La pena es que Domingo Villar todavia esta escribiendo la tercera entrega y aunque viva en Madrid su caracter es muy gallego, vamos que al señor no se le pasa el arroz porque lo usa brillante. En cuanto al libro de idiotas, me hizo mucha gracia, casi que me apetecia en aquel tiempo hacerme uno propio, y anda que ahora no lo hubiera llenado rapido por dios, no creo que hubiera pasado toda mi vida con un cuaderno solo. En cuanto a Estevez es mi debilidad... que le vamos a hacer yo tambien soy muy temperamental, bastante alejada de ese caracter tranquilo que se les presupone a los gallegos. En cuanto a las descripciones de Villar son muy buenas tanto que sin haber pisado nunca los escenarios donde ambienta sus novelas podrías pasear a ciegas por ellos, y a mi el percebe ese con cascara y todo tambien me dejo descolocada, pero chico nunca habia visto uno, y no sabía como se comían... Yo tambien creo que es imprescindible...
    Feliz Semana Santa, unos días de vacas seguro que tienes o no?

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  2. Querida Carmina, creo que podré esperar porque que remedio nos queda.
    Descanso lo que todos, de jueves a domingo, pero algo es algo.
    Me he hecho con el último de Murakami para estos días pero no se si animarme a empezarlo, porque tengo entre ese y los de antes, cerca de ocho libros.
    Cuando me lo recomendaste no sabía que me iba a gustar tanto, palabra que he disfrutado como un crío pequeño y ya se lo he dejado a mi hermana pequeña (los dos de Villar) porque es con la que más afín soy en gustos literarios -aunque hay algunas excepciones, pero pequeñitas-.
    Felices vacaciones si es que te dejan descansar estos días y cuidado con las torrijas, jeje.

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  3. ¡Ja,ja! Acojonante. Pues sí, para qué vamos a discutir eso ¿verdad? Lo cierto es que es una novela muy cercana, sobre todo para los que vivimos justo enfrente de Vigo. ¿Sabes que por aquí algún instituto ha organizado la ruta por las calles y escenarios de las novelas para sus alumnos? Una forma de hacerles conocer la novela y los lugares por donde se suceden los hechos.
    Creo que ya somos unos cuantos los que estamos esperando con impaciencia esa tercera novela de Domingo Villar.
    Un abrazo

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  4. Querida Bookworm es que realmente es acojonante, todo es próximo, el caso es "normal" y decimos normal porque puede ser el caso de una noticia del telediario de las 3, los sitios son reconocibles por no hablar de esa digestión nocturna por culpa de los garbanzos, jeje.
    Pues si lo hacen los instittutos me parece perfecto como forma de acercar a los estudiantes a la lectura, algo parecido se hace en Madrid con las novelas de Alatriste y Pérez Reverte.
    Como vosotras, espero impaciente la siguiente.
    Un besote gordo.

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