sábado, 27 de enero de 2024

El Castillo de Arena

 




Seicho Matsumoto
Editorial Libros del Asteroide
ISBN: 978-84-19089-68-7


Hay otra forma de narrar una novela negra atractiva, interesante, atrayente y que te atrapa sin recurrir a asesinos sanguinarios, retorcidas mentes criminales o policías con más taras que producto de muestra y esta novela es un ejemplo de ello, ya he tenido la ocasión de haber leído otras novelas de este escritor japonés y como entonces, mi satisfacción lectora quedó satisfecha, si al ya de por si atrayente mundo nipón le sumas una historia que solo a fuerza de trabajo, instinto policial y dedicación pues te sale un relato cojonudo como este.

Viajamos al Japón de los años posteriores a la guerra, aún colean los estragos producidos por los bombardeos de los B29, pero la población nipona ha sabido sobreponerse y está viviendo un boom cultural, económico que ha hecho renacer al país, en esos momentos un inspector de policía amante de los bonsáis, escritor de haikus y que vive apaciblemente con su esposa -quiero hacer notar y lo digo siempre, que la sociedad nipona tradicional es muy machista pero eso a pesar de chocarnos no es lo que viven las nuevas generaciones de japoneses- es encargado de investigar un extraño crimen en una estación de Tokio, el con su equipo solo tienen como pista el extraño acento de uno de ellos y que les remite a cierta región remota del país, tendrá que poner todo su empeño y el de su equipo para tratar de sacar algo en claro porque lo que parece evidente puede no serlo; es interesante ver que pasado un tiempo si el caso no es resuelto pasa a un estado por llamarlo vegetativo, en el que el inspector puede investigar pero no de forma que le absorba todo su tiempo, porque es caso ya no es prioritario y son esos casos los que consumen al inspector Imanishi.

De una manero u otra, Matsumoto nos describe como se ha transformado Japón, pasando de casitas bajas de madera y sin medios a ser un país emergente, con corrientes culturales en alza que reclaman una forma nueva de arte y de vivir, alternando diálogos muy vivaces, acción intensa que no trepidante porque no lo precisa y porque no encaja con la cultura japonesa en contraposición de lo que sería un policía de novela negra americana por ejemplo, nos va atrapando en su red hasta que no podemos escapar y sin tener ni puñetera de la autoría del asesinato o sus móviles, puede parecer mentira que aunque lo sospeches porque el abanico de posibles sospechosos es reducido, y hasta puedas deducir que sea el que es, no tienes ni la más puñetera idea del motivo y eso me encanta, porque a veces no es cuestión de saber quién, si no el por qué.

Podéis encontrar en este mismo blog otras dos novelas de este mismo autor, "Un lugar desconocido"  y "La chica de Kyushu" ambas deliciosas, no son novelas al uso de lo que se consume hoy en día pero son una muestra deliciosa de que otro tipo de novela negra se puede escribir. Muy interesante para los amantes de la novela del género negro y de los amantes del país del sol naciente pero digo más, para los que quieran disfrutar de una historia interesante.

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