Mar García Puig
Penguin Random House Grupo Editorial
ISBN: 978-84-397-4169-5
Con un triple salto mortal me tuve que "enfrentar" a este estupendo libro, triple salto por el acto de empatía tan extraño que tenía que realizar por tres razones para ponerme en situación, por un lado ser mujer joven y política de nueva hornada (esos que dicen que representan a la gente, como si los que votan los demás no representaran a la gente, la verdad es que algunas personas de la izquierda tienen que hacérselo ver porque no puedo entender eso de que solo ellos representan a las personas y se cargan de una dignidad moral que no sé de donde sale, pero en fin, yo también soy "zurdo" y vamos a dejar correr ese agua), por otro lado ser madre, algo que por mi condición de hombre me es imposible por mucho que lo trate de asimilar y por último por sufrir, sufrir lo que los "mayores" conocíamos como depresión post parto, una patología más frecuente de lo que se deduce a tenor de lo plasmado por Mar en su estupenda novela. Que sea un ejercicio difícil de empatía no significa que deba ser imposible y en un ejercicio de mostrar su maternidad, su nuevo compromiso social y su día a día con sus gemelos y su formación política, Mar nos sumerge en su complicado día a día, a como es lidiar su miedo como nueva madre, sus temores, sus fobias y sus esperanzas saliéndose de una maternidad reglada y normativa para llevarnos a otra mucho más personal llena de miedos y temores. Ayudada por ejemplos históricos ya fuera de mujeres o doctores que trataron a esas mujeres diagnosticadas como locas, podemos ver como por fortuna la ciencia psiquiátrica avanza aunque el cerebro sea ese gran desconocido; tratamientos de electrochoque, flejes en la cama, encierros en instituciones sin poder salir de ellas, todo eso ha quedado en el pasado y aunque ahora es la "química" la gran aliada de los doctores, todavía hay madres que viven con angustia ese instante de su vida.
Mar García entrelaza su propia vida personal, ya sea pública como política o privada como madre con casos reales de madres que han sufrido la misma depresión, algunas de ellas son casos extremos pero si piensas que han sido en tiempos remotos es posible que también deduzcas que esas mujeres encima lo tuvieron mucho peor que las de hoy en día; algunas de ellas superado los meses posteriores al parto recuperaban "la cordura" hasta el siguiente, con un pensamiento interno de ser malas madres y sin un diagnóstico médico que pudiera ayudarlas, también Mar hablará de terapeutas que verán que esa patología no se soluciona con los clásicos tratamientos y que precisan de nuevas terapias con instituciones abiertas, nada de cuerdas o lobotomías.
Mar García Puig termina separándose de su pareja, por lo que esa depresión si deja dos víctimas al final en realidad, ella y su pareja y lo que empieza como una pareja ideal termina como un simple monólogo de madre soltera con hijos, ¿terminaremos sobrando los hombres al final?, otro motivo a la reflexión es ¿dónde dejamos la maternidad, si cuándo se puede o cuándo se quiere? porque parecen ser momentos completamente distintos en la vida de una mujer actual.
Se puede decir bien alto y claro que Mar Puig no defrauda como escritora, ni como madre ni como política, pero tiene que decírselo alguien en el que ella confíe para que se lo crea, alguien además de su madre, no sé si por ahí empezará la terapia pero a mi me funciona. Lo que si te queda bien claro es que una cosa es hacer política de salón y otra muy distinta la de las cámaras del poder legislativo, que en la asambleas en la calle todo es de color de rosa pero eso no es el mundo real; tampoco es lo mismo cuidar a un pequeño que a dos, ni la vida puede ser la misma cuando pasas de una familia de dos componentes a una de cuatro de la noche a la mañana -o nueve meses-, ¿pueden las administraciones hacer algo para que sea mas sencillo? pues seguro que si y sin saber, seguro que se hace aunque algunos piensen que se debería hacer más; ¿todo esto ayuda a esas madres que sufren depresiones profundas? buena pregunta y me gustaría pensar que si, de modo que os dejo hueco para que se os ocurran posibles soluciones sabedores que nadie nos va a hacer ni puñetero caso.
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