sábado, 14 de octubre de 2017

Tierra de Campos




David Trueba
Anagrama Ediciones
ISBN: 978-84-339-9832-3


Como me gusta como escribe este escritor, lo descubrí con la novela "Cuatro amigos" y nunca me ha defraudado con todos los libros que han caído en mis manos suyos, admito que no son muchos pero siempre me deja una maravillosa sensación cuando cierro la última página.
Con el pretexto de llevar el cuerpo de su padre a su pueblo natal para recibir sepultura definitiva pues había fallecido unos años antes y enterrado en Madrid el cantante del grupo Los Moscas, Dani, hace un resumen de su vida, de su carrera, de sus anhelos en una lucha generacional que se repite de forma infinita en el tiempo. En el trayecto, acompañado por un trabajador de la funeraria, Jairo, hace balance desde su más tierna infancia, con el descubrimiento de su adopción y asumir que su madre enferma de Alzheimer no es su madre biológica, pasando por sus primeros acordes con sus amigos inseparables del colegio de curas al que van, Gus y Animal; sus matrimonios o parejas fallidas, sus hijos, en decir, un balance vital en un viaje a los orígenes de su familia, un origen que a pesar de pasar allí los veranos, no son los de Dani nuestro protagonista.
Esa última voluntad de su padre no se convierte en una lista de reproches para con sus mayores o él mismo, aunque hay lamentos Dani asume su vida como es y como ha llegada a hoy en día, siempre hay un resquicio a levantarse y eso me gusta, me encanta, lo adoro; tiene ese sabor a los personajes literarios y cinematográficos que me atrapan y seducen; que tienen un sueño, la vida les da un rapapolvo detrás de otro y no se lamentan, se lamen sus heridas con o sin ayuda pero la vida se recupera de una manera u otra.
Dani Mosca usa la música o mejor dicho, la letra de sus canciones para curarse, ya sea de la presión social de una educación represiva o del final de una historia amorosa y es que yo mismo me he enamorado de las mujeres de su vida, de todas ellas y sin excepción, Oliva o Kei, envidio incluso la relación de amistad de los tres componente del grupo en sus diferentes matices y lo hace como añoramos las relaciones de amistad de cuando éramos jóvenes -en esto veo muchos paralelismos con "Cuatro amigos" aún cuando en esa novela son relaciones añoradas que ya no existen y en esta la relación de amistad con Animal pervive, la de Gus no porque fallece en extrañas circunstancias-, es un lenguaje directo y casi musical con el que nos recuerda todo lo que nos hemos dejado por el camino y son muchas cosas -y las que nos dejaremos-, tanto que ha activado cierta tecla en mi cabeza que me ha hecho tomar cierta decisión que en condiciones normales no hubiera hecho de forma tan radical.
Después de la lectura me planteo algunas cuestiones: ¿qué papel en realidad juega el padre en la historia? yo creo que es un mero catalizador para que Dani explique todo, el traslado del cuerpo de un padre es un mero pretexto; ¿por qué lo divide como los discos antiguos en cara A y cara B si es un mismo "disco"?
Es un libro que apela a lo que todos hemos soñado y pocos o ninguno ha conseguido y quitándole brillo a ese "logro", plagado de sentimientos profundos que nos serán afines o muy familiares, desmitifica algunas de las figuras del sexo, droga y rock & roll, trayéndonos al mismísimo Serrat en una gira por Japón.
De lectura fácil, está escrito en primera persona, plasma una lucha generacional en la relación difícil con su padre; pero nada nuevo bajo el sol, la lucha generacional es un típico pero que no siempre se sabe plasmar de forma acertada y creo que Trueba lo ha logrado. Una lucha por no desaparecer de la vida sin dejar un legado o algo por lo que ser recordado y ese si es un difícil y duro trabajo.
En resumen, una novela que me ha encantado, que tiene muchas referencias aplicables a mi vida y eso que yo no soy músico ni un tipo de éxito, quizás soy uno del montón de los que van a escuchar a los moscas y envidian una vida que solo imaginamos.

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