viernes, 6 de diciembre de 2013

Los Pecados de Nuestros Padres



Lawrence Block
Editorial RBA
ISBN: 978-84-9006-665-2

He llegado a las serie de novelas de Matthew Scudder de chiripa, en concreto a la tercera de la serie y que seguro que repetiré con este escritor y su policía neoyorquino retirado. Es una novela escrita a mediados de los años setenta y ambientada en esa época, se hace extraño ahora que los teléfonos móviles o internet nos invaden la carestía de estos medios para estos personajes y los medios de los que han de valerse para resolver un caso y eso hace que la novela tenga un gusto más delicioso pues obliga al escritor a trabajarse los perfiles de los personajes como si de una cámara de 3D futura se tratase porque son personajes que huelen, roncan, se afeitan y se cortan y hacerlo tan real está al alcance de muy pocos.
Estamos ante una novela negra de corte "clásico", expolicia que no es un investigador privado al uso porque sólo coge los casos que le apetece, separado y fuera del cuerpo por una muerte accidental de una niña que le dejará marcada, algo alcohólico pero aún así un tipo "recto" dentro de sus parámetros morales, que cuida de la gente que quiere a su manera y que tiene una idea muy clara de lo que es el bien y lo que es el mal; quiero hacer un inciso en algo que me ha parecido muy curioso, uno de los protagonistas de esta novela es un predicador -protestante por tanto- y Matt es un tipo digamos ateo pero que visita las iglesias católicas y me gustaría que vieseis el detalle del porque lo hace porque si habéis viajado a países donde los cultos católicos y protestantes conviven pasa algo así -os toca leerlo, jeje, no os lo pienso contar-.
El arranque de la novela es prometedor y ya te cautiva desde la primera página pero es que la pluma de Block es muy buena y un digno heredero de Hammett, os voy avisando, una guapa joven aparece asesinada a navajazos en su apartamento de Greenwich Village, su compañero de piso aparece ensangrentado hasta las orejas de la sangre de Wendy profiriendo gritos de que ha tenido sexo con su madre; detenido por la policía inmediatamente en un caso aparentemente de libro se ahorca en su celda con lo que queda el caso cerrado pero el padre de Wendy no lo tiene claro y pide ayuda a Matthew Scudder para que le ayude a comprender que ha pasado; en un labor investigador o sabueso que no ceja nada al azar irá descubriendo la vida de Wendy, una chica con éxito con los hombres y que no es una prostituta típica, una chica que busca a un padre perdido en la guerra y en el que se reflejan aquellos hombres adultos que la visitan; su relación con compañero de piso Richie mostrará que era algo tan simple como que ella necesitaba un equilibrio moral en su vida y nada mejor para ello que un chico gay con fuertes convicciones morales que tenía problemas para asumir su sexualidad y que la relación con su padre era harto difícil; Matt tendrá que viajar a los sórdidos pubs de ambiente en NYC o a visitar a la antigua compañera de piso de Wendy para descubrir a la verdadera Wendy y tener que explicarle a su padrastro que mucho de lo leyó en los periódicos sobre su querida hijastra era verdad, pero no todo.
No esperéis grandes florituras en su forma de escribir, sus diálogos son precisos y golpean como un boxeador en la cabeza, no deja nada al azar y todo ello llevado por un tipo que se autocastiga como llevando el peso de la culpa del mundo en sus hombros pero sin querer hacerlo, en fin, que si caéis en las redes de Block seguro que quedaréis prendados y si encima gustáis de novelas que no se eternizan entre miles de hojas, pues estáis condenados a leeros hasta la contraportada.

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