lunes, 30 de septiembre de 2013

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Jean Echenoz
Editorial Anagrama
ISBN: 978-84-339-7873-8


Breve y muy interesante novela ambientada en la Francia del principio de la Gran Guerra, en quince capítulos y con una gran maestría te pone en los primeros días de un conflicto que pensaban que duraría poco y luego se alargó cuatro interminables años, te sumerge en las trincheras llenas de barro, piojos y miseria, te mete en los negocios de rapiña que escamoteaban materiales para los soldados que daban su vida por esos mismos burgueses que no verían el frente de batalla; en muy pocas páginas toca todos los temas que se os pueden pasar por la cabeza, todo de la mano de un grupo de cinco amigos de un mismo pueblo de la Vendée alistados en los primeros días del conflicto; se ve como se forman las camarillas frente a la adversidad, como los de buena cuna tratan de buscarse mejores destinos en esa época una incipiente aviación pero que en un conflicto de tal envergadura de poco serviría; veremos como van cayendo uno tras otro hasta que sólo queden dos y no precisamente bien parados.
Los dos protagonistas principales son Anthime un joven contable que perderá un brazo durante los combates, su rival de buena cuna Charles, un joven aficionado a la fotografía que trata de evitar su destino marchándose al cuerpo de la aviación y que morirá después de que derriben su avión y quiero en este punto deciros que refleja perfectamente los primeros años de la aviación en el conflicto porque los primeros combates aéreos no se usaron ametralladoras tal y como lo tenemos en nuestra retina por películas sobre el Barón Rojo por ejemplo; Blanche que es el amor de estos dos hombres de suerte tan dispar y que queda embarazada sin estar casada y por último, Padioleau, Bossis y Arcenel, los cinco amigos conocerán los gases asfixiantes, las miserias de las trincheras, el barro que todo lo inunda, el olor a putrefacto de hombres y caballerías enganchadas en los alambres de espino, como colocado en una cámara muda va bailando entre las miserias de estos hombres, sus muertes o sus vidas, por los pueblos despoblados o el sinsentido de ciertos especímenes de uniforme que fusilan con la misma facilidad que se bebían un vaso de vino pero que no iban al frente, una cámara que puede viajar en el espacio para hablar del día a día de la gente que está lejos del frente.
La vuelta de los supervivientes es tan dura como casi la vida en las trincheras, muchos de esos hombres no podrán ser personas corrientes de nuevo, ya sea por las lesiones o los traumas; no tengo muy claro porque muchas personas hablan de la primera guerra como la "Gran Guerra", quizás fuese porque no fueron "bombardeadas" ciudades al estilo de la carnicería de la segunda con una muerte de civiles de forma masiva y lejos de los campos de batalla y esto me viene a cuento para volveros a recomendar los dos libros de poemas que hay al respecto en este blog y que son de soldados que no volvieron del frente y que pone los pelos de punta.
Sin necesidad de ser melodramática o caer en excesos todo aquel que tenga el placer de leer esta maravillosa y dura novela encontrará otro millón de motivos para odiar la guerra y sin caer en la trampa de hablar de buenos o malos; por cierto y así aprovecho y os cuento algo que no sabía precisamente sobre esta carnicería, los primeros en usar los gases asfixiantes en la primera guerra mundial fueron los franceses, ¿a qué resulta curioso?, ya se sabe, la historia la escriben los que vencen y algunas cosas es mejor que se oculten.

4 comentarios:

  1. No sé, pero a pesar de haberla estudiado en el instituto y eso.. siempre me ha costado acordarme de qué pasó en la I Guerra Mundial. Creo que la Segunda fue tan.. tan... brutal, por todo lo que supuso el infierno nazi, que siempre se habla, se escribe, y se hacen más películas de ésta última que de la primera.
    Leyendo "La caída de los Gigantes" de Ken Follet, recordé y conocí más detalles. Me apunto esta, que además es corta. (Aunque confieso que las guerras no son lo mío).
    Ayer vi "El pianista" de Polanski.. y vaya cuerpo me dejó..
    Besos

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    1. Hay una cosa muy curiosa con estas dos carnicerías, los protagonistas de la primera visten esa guerra con cierta imagen romántica que no dan a los de la segunda y fue tan cruel y bestial una como la otra, la diferencia está en que las víctimas civiles de la segunda son exponencialmente mayores.
      En los planes de estudio creo que pasan de puntillas por ciertas cosas que deberían enseñar porque se repiten, solo hay que ver como renacen ciertas ideas que yo pensaba que estaban erradicadas.
      Besotes, no vemos en unos días que me voy de "vacas".

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  2. Teniendo en cuenta tu presentación, seguro que la novela alberga otro millón de motivos para odiar la guerra. No soy aficionada a la novela bélica, pero en ocasiones hay que leer incluso lo que no nos atrae para comprender mejor la realidad.
    Gracias por la recomendación, Ángel.
    Un besazo y buena semana.

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    1. La novela es formidable y en sus pocas hojas encierra un verdadero documental, si te animas fíjate en el detalle de la aparición de unos comunistas o como cierran la investigación de la ropa defectuosa y que me recuerda el caso Dreyfus.
      Con el libro de poesía "Tengo una cita con la muerte" creo que convencería a cualquiera por poco cerebro que tuviese de que ese no es el camino.
      Besazos y hasta la vuelta, me toca descansar.

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