viernes, 3 de mayo de 2013

Lumen



Ben Pastor
Alianza Editorial
ISBN: 978-84-206-7396-7


Con esta novela arranca la historia del oficial de inteligencia de la Wermacht -ejército alemán- Martin-Heinz Von Bora un joven oficial pero veterano de la guerra de España hijo de una familia aristocrática, católico, perspicaz, con un sentido del honor muy germano, recto en exceso que hasta parece que se ha tragado una escoba, "justo", de fuertes convicciones éticas y filosóficas que chocan con el nazismo y con un sentido del deber que también puede tacharse de muy germano; pues con todo y con eso, tiene cosas que no terminas de creerte de este capitán Martin Bora, en la novela te dibujan un buen tipo que sabe tocar el piano -su padre fue un reputado director de orquesta-, con una educación exquisita, casado con una "hija" del régimen  o afín a los nazis y protegido por los contactos con el ejército de su padrasto, un general retirado y no tanto me temo por las conexiones británicas del origen de su madre, cuando se encuentra con la primera fosa común de paisanos inocentes se escandaliza, ¿pero no estuvo este tipo en la guerra de España?, primer fallo y para mi es gordo, digamos que quieren que nos caiga bien el tipo pero si al principio ya hay algo que hace aguas pues no sabes a que atenerte, pero no tengamos esto en cuenta y sigamos.
Bora es un tipo recto y frío pero aparentemente justo que se junta con un párroco norteamericano de origen polaco para resolver el asesinato de una monja polaca que tiene fama de milagrosa y de visionaria dentro de su propio convento, una monja de la que el propio cura americano duda de la santidad que se la presume, estamos en los primeros meses de la ocupación alemana de Polonia, es decir de los últimos meses del año 1939, por cierto en uno de sus desplazamientos dice jeep, agg, los alemanes nunca usaron un vehículo con esa denominación, seguramente en el contraataque de la batalla de las Ardenas de 1944 los usaran para sembrar la duda a las tropas americanas pues se infiltraron soldados vestidos como soldados del ejercito americano y decoraron algunos panzer como si fuesen carros aliados pero ni por esas, el vehículo que usaban las tropas alemanas de llamaba kübelwagen pero no entró en servicio hasta 1940, es decir, después de la trama; digamos entonces que es un fallito.
Otro pero que requiere haber destrozado libros sesudos de historia de la segunda guerra mundial, el papel de las SS en los primeros meses de la guerra fue un poco desastre, los cuerpos de ejército no los querían cerca y hasta la campaña de Francia no consiguieron hacerse con algo de confianza por parte de los generales del ejército por lo que dudo que tuviesen ese papel que en la novela le dan.
Algunas escenas no te las explicas hasta que no avanzas algunas páginas y eso si que es puede resultar incómodo pues si es un narrador te está narrando la historia no tiene sentido que se calle algo trascendente para no explicártelo después, tiene que tener un vínculo temporal  que a veces cojea y como ejemplo pongo el atentado que sufre el propio Bora.
Bien, ya he dicho todo lo que no cuadra pero eso no le resta el interés a la novela solo que te lo hace un poquito más complicado pero como no supone ninguna traba para mentes despiertas, Martin Bora es un hombre impasible, muy observador y que contrasta de forma brutal con sus compañeros de armas, el coronel Schenck, el mayor Retz o el capitán Salle-Weber, por las descripciones que os he dado de Bora es fácil deducir que panda de canallas eran estos tres, hasta el mismísimo doctor Nowotny es otro prototipo ario que puede llegar a poner los pelos de punta.
La muerte de la madre Kazimierza en un convento de Cracovia tras la visita de su oficial en jefe, antes de que le retiren del frente por quejas del alto mando que sufre terriblemente la enfermedad de su único hijo, los primeros meses de la ocupación y la poca resistencia de la oposición polaca, el choque con los soviéticos y sus formas de hacer las cosas que en tan poco diferían a la que los propios alemanes hacían-no se debe confundir esa matanza que Bora hace ver a sus superiores con la matanza de Katin de meses posteriores y que fue silenciada por el aparato soviético y posteriormente endosada a las tropas alemanas de ocupación- serán el campo de cultivo de la vida de Bora, con un compañero de piso que se "suicida" cuando la vida le sonríe con una amante joven y otra madura que son madre e hija y luego algo más, su oficial superior que espera mucho de Bora pero que está demasiado apegado a las nuevas corrientes políticas y que le empuja para que tenga familia lo antes posible con su esposa Dikta, una mujer que parece no tener mucho apego a Bora y que le hace sufrir por dentro y que promete próximas luchas internas y unas mujeres que para ser personajes secundarios se revelan como verdaderos personajes principales -quiero haceros incapie en el detalle de la cena con su padrastro cuando se entera de que su mujer ha preferido irse a una competición de saltos a la ir a verle a Polonia y en como el padre le reprocha esa relación y las decisiones que ha tomado Bora ne su vida hasta ese momento, creo que es lo mejor de la novela para saber con que nos vamos a encontrar en próximas entregas-, a pesar de que la acción la llevan tanto Bora como el padre Malecki, dos hombres aparentemente enemigos pero que están más cerca de lo que ellos creen y que se necesitan tanto el uno como el otro.
La novela tienen principio y fin en la misma novela, a pesar de ser una serie, quizás se resuelve de forma demasiado rápida y más siendo dos casos. Yo por mi parte me voy a animar con las otras dos que ha editado Anagrama que son posteriores en el tiempo y es cuando Bora está destinado en Italia.
Para los amantes de la novela negra verán que hay algunos matices interesantes comparada con otras del género, por un lado su lucha interior por el bien y el mal de Bora dado que el está en el lado "malo" tal y como se lo dice el padrastro -el general retirado- y que le dice que ha optado por el hombre equivocado, por otro las carencias propias de una época que las cosas se resolvían de un modo completamente distinto, con análisis forenses en lo que lo importante son pequeños detalles y no huellas dactilares.
Observareis palabras en polaco que sinceramente no tengo ni idea que significan pero son saludos y cosas por el estilo por lo que tampoco suponen un problema para entender el texto y la trama.

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