Douglas Adams
Editorial Anagrama
ISBN: 978-84-339-7310-8
Un clásico de las novelas de humor británica pero que comenzó siendo y serial radiofónico primero, después novela y por último película; estamos ante una obra coetánea de los Monty Phyton y con un humor tan alocado y descabellado como el de ellos, es el primero de una serie de libros de igual éxito y todos publicados por Anagrama, he de decir que debéis buscarlos en la colección de compactos pues en la de andanzas ya no están disponibles, es la serie económica pero no le resta un ápice de interés o calidad.
Es una novela muy divertida completamente carente de todo sentido científico de las cosas y que cuando el escritor precisa de inventarse cualquier cosa para salir de un apuro pues lo hace sin ningún recato y de la forma más loca y transgresora que se os puede ocurrir, es una novela que difícilmente se hará antigua precisamente por eso; no es una novela de carcajada, ojo, requiere cierta dosis de abstracción y si te la imaginas de la forma radiofónica creo que sería más divertida, digamos que es humor muy británico y con eso creo lo califico perfectamente.
El personaje principal es Arthur Dent, un humano que se ve inmerso en una aventura galáctica después de que derriben la tierra para construir una autopista galáctica -las primeras páginas mientras lucha contra los bulldozer para que no derriben su casa son buenísimas- ayudado por un amigo suyo, Ford Prefect -si ese es el nombre- alienígena abandonado en la tierra van saltando de una situación surrealista a otra hasta que acaban en el planeta Magrathea con el presidente del universo, Zaphod Beeblebrox, para conocer la respuesta a la gran pregunta, este planeta ha permanecido dormido mientras el mayor ordenador conocido pensaba la respuesta a esa gran pregunta, ¿queréis saber la respuesta, jeje? pues no os la pienso decir; en esa loca aventura descubre que ese planeta se dedicaban a fabricar planetas y que la tierra era uno de ellos donde la especie más inteligente eran los ratones y después los delfines, vaya, para que luego nos creamos el centro del universo, jaja.
Hay algunos momentos que a mi me han parecido memorables, además del principio, otro es el de la conversación de los policías o como intenta Arthur evitar que el capitán de la nave vogona les lea poesía y expulse al espacio exterior porque odia a los autoestopistas.
Para ayudar a comprender todo esto Ford le presta la enciclopedia galáctica en donde encontrará respuesta a todas sus dudas y a en la que trabajaba el mismo Ford escribiendo o mejor dicho, completando la entrada sobre la tierra.
Como os decía al principio esta es la primera parte de una "trilogía" de cinco entregas, un libro para pasar un buen rato, para no darle a la cabezota, para no pensar en la lotería que no ha tocado o en lo horripilante que ha sido el maldito 2012. No pide grandes sacrificios a nuestras cabezas pensantes pero es posible que ese humor tan británico no guste a todos y a más de uno se le atragante en la página 10, pero eso no quita que sea una buena novela, como es muy cortita, os la "zamparéis" en un suspiro, garantizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario