Ferdinand Von Schirach
Ediciones Salamandra
ISBN: 978-84-9838-482-6
Segunda obra de este jurista alemán basada en casos reales publicada por Salamandra pero que en realidad es su tercer libro, ya en la primera obra me sorprendió y me lamentaba que algunos de sus casos no se alargaran un poco más porque cada uno de ellos daba para un libro cada uno y lo mismo le pasa a este segundo libro.
Como cosa curiosa debéis saber que es hijo de un dirigente nazi condenado en Nuremberg, pero el hijo denota tener una mente menos retorcida por lo que se lee, por si queréis saber quien era es Baldur Von Schirach y según la wikipedia fue condenado a 20 años de reclusión en 1946 y también publicó sus memorias "Yo creía en Hítler", por cierto que murió bastante longevo.
Schirach no juzga a los protagonistas de sus casos, solo relata y describe lo que ocurre y gracias a eso puedes por un pequeño instante ponerte en la piel de esos abogados que defienden a criminales confesos, personas que aún sabiendo que son culpables gozan del beneficio de la duda y por eso algunos de esos casos te remueven las tripas de mala manera -caso Fiestas- pero a cambio te acerca al Alma de algunas de esas personas valiéndose de un lenguaje coloquial y nada académico o legalista que lo hace cercano.
No esperéis juicios morales, en cambio si encontraréis explicaciones de ciertas leyes o normas de la judicatura alemana, que no difiere en exceso de la nuestra por cierto, que te ayudará a ver a esos seres togados de otro modo, los comportamientos de los encausados los describe de forma precisa para que el lector tenga claro en todo momento su grado de culpabilidad o inocencia recurriendo a la empatía y en muchos casos la ternura, no juzga pues eso lo hace el tribunal, no moraliza pues no está en sus manos hacerlo, no abandona a su cliente pero tampoco se hace su amigo aunque algunos le caen bien,
Algunos casos os resultarán casi cómicos como La llave y dignos del guión de una película, otros en cambio os quemarán las entrañas como Fiestas pero en todos ellos, en los quince, Schirach es un espectador o mejor dicho, el narrador o la voz en off de los documentales y somos nosotros los que tomaremos partida por cada uno de los encausados, porque la línea que separa el bien y el mal es demasiado sutil y depende de tantos factores que es posible marcarla con un trazo en un juicio.
El libro arranca con el que seguramente será el primer caso de Schirach o en su defecto, el primero que debió quedar grabado en su memoria y a partir de ahí cita algunos casos de sus defendidos pues de 700 casos tiene que haber algo que sea sorprendente seguro y en los que no hay giros sorprendentes hay decisiones de jueces sorprendentes porque llega la Navidad o se van a jubilar, en ese primer caso se aferra a una frase del libro "Manual del abogado defensor" y en la que se se dice que la defensa es una lucha por los derechos de los inculpados y eso lo lleva a sus últimas consecuencias aunque el "culpable" pueda quedar libre.
La lectura es viva y en muchas casos quieres más pero como cada caso se termina no hay pie para nada más salvo para la imaginación de cada lector pero al ser casos reales, el margen es un poco más reducido; abre el libro con la cita de Aristóteles de "las cosas son como son" pero cuando lo terminas de leer, las cosas son como parece que son -caso Compensación-.
Se hace entretenida su lectura, por lo menos a mi me ha gustado, me deja con ganas de más y seguro que el tercer libro caerá, algunos críticos lo han comparado con los geniales Capote o Fitzgerald, yo me inclino más por el primero, aunque lo tengo etiquetado como novela negra no es tal pues aquí te cuenta con todo lujo de detalles quien es el culpable y no da margen a elucubraciones pero creo que es donde mejor lo puedo colocar en mi estantería virtual.
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