sábado, 23 de enero de 2021

Últimas Tardes con Teresa

 




Juan Marsé
Editorial Seix Barral
ISBN: 978-84-322-2906-0

Entre una de mis terribles faltas por no haberlo hecho antes está el de no haber leído la obra cumbre de Juan Marsé -hay críticos que dicen que la más conocida pero no la mejor y como no tengo modo de rebatirlo porque no he leído nada más que esta obra suya, pues para mi y hasta ahora, la mejor, jeje- y no fue hasta la noticia de su pérdida que no compré precisamente este ejemplar que rememoraba los cincuenta años de su primera publicación, este ejemplar tiene como añadido de interés unos prólogos de Pere Gimferrer, Manuel Vázquez Montalbán y el propio Juan Marsé y por último, un epílogo con las cartas de la censura que sufrió la novela previamente a su publicación y que a más de uno le harán sonrojarse tanto por la tontería que suponía como por diferente criterio que podía tener uno u otro censor a la ora del dar el visto bueno a su salida a la venta. No se si este libro está dentro de las lecturas recomendadas entre nuestros jóvenes estudiantes pero si no lo es, debería estarlo por derecho propio; con su lectura podrán comprender hasta que punto se ha transformado una sociedad y una ciudad como es Barcelona, los atajos que tenían que tomar los escritores de postguerra para poder narrar sus propias historias que conmovieran.

Debo reconocer que algunas partes sobre todo en el medio de la novela, que su lectura se me hizo bola, esperaba que algo ocurriera, que "explotase" algo sin caer en la cuenta que estaba en manos de Pijoaparte y su preciso y lento plan para que Teresa acabase en sus brazos; Pijoaparte es un emigrante murciano en la Barcelona de los años 60, un chorizo de poca monta que malvive robando motos que despieza y vende después, por cierto para algunos de mi quinta nombres como Montesa o Sanglas les hará recordar viejas épocas, Pijoaparte vive alejado de ese mundo universitario antifranquista que vive acomodada en sus casas de la costa en verano y en la zona noble de Barcelona ajena que hay otro mundo donde los grises les persiguen por otros motivos bien distintos, en ese mundo y de forma casual entra Pijoaparte al relacionarse con Maruja, la chacha de una familia bien y que estaba por casualidad con Teresa en un guateque de niños bien, a pesar de ser expulsado de la fiesta Manolo, Pijoaparte, sigue su relación con Maruja pero con distintas intenciones de las que tiene la propia muchacha porque el objetivo de Pijoaparte es Teresa, una rubia desenfada, de familia muy acomodada y universitaria busca un amor que no encuentra o una aventura que la haga palpitar, da lo mismo como, pues sus reuniones políticas con sus compañeros de universidad parece eso, que necesita una adrenalina que no tiene en su acomodada vida, de hacer un símil seguro que alguno se acordará de Madame Bovary, pero sigamos, en su incansable esfuerzo, Teresa cae rendida en los brazos de Pijoaparte pero el mundo no está hecho para que la hija de Botín se relacione con el hijo de un pescador del Cantánbrico, por mucho que las canciones románticas nos digan que si, pues no, es imposible. Y en un viaje mordaz, castizo (pero en Barcelona), lleno de vida (observar el detalle de los bailes en los barrios), tierna en muchos momentos pues Pijoaparte a pesar de todo es un pobre ingenuo, se deja enredar en lo que va a ser un dramón en toda regla, perseguido por su presente no podrá alcanzar a su anhelada y amada Teresa.

Teresa será metáfora la perfecta de la España que está naciendo, rebelde pero ingenua y Pijoaparte la de la España lastrada por un pasado de penurias y carencias, habrá quien piense que esa nueva sociedad que se está fraguando puede funcionar pero seamos honestos, los del "taco" de antes, son muchos de los del "taco" de ahora y me temo que ha habido pocas "misturas" sociales desde entonces; veremos una izquierda de salón universitaria que me recuerda a ciertos políticos actuales que nos echan la bronca por no votarles y quejándose de todo mientras viajan en primera, les vacunan los primeros y su sueldo no se ve mermado ni un ápice en estos tiempos de crisis y en este punto me voy a callar porque mis espumarajos van a poner perdido el teclado y no voy a poder seguir hablando de la novela. Cuando hablaba de esa izquierda de salón en la novela me refiero a el falso compromiso con la izquierda de Teresa pues al fin y al cabo Teresa se comportará como la niña bien que es y ha sido criada, en modo condescendiente con el que trata a Maruja, en fin, que seguro que algunos tendrán en sus cabezas a ciertos personajes de la actualidad.

A pesar de que la historia se centra en Teresa y Pijoaparte, hay una elenco de secundarios que merecen la pena, donde las clases sociales marcan por derecho, por un lado los amigos y familia de Teresa de la que podemos excluir a Maruja, donde personas acomodadas viven en sus casas de la playa en el tórrido verano barelonés y el ambiente hampón de Pijoparte, con los peristas, ladrones o "mecánicos" -incluido su propio hermano- que tratan de que vuelva al redil, ya sea para que siga robando o para que no se vaya con Teresa en el caso de Pijoaparte como que no se relacione con Pijoaparte por parte de los amigos de Teresa -aunque en este caso es un motivo de celos no de lucha de clases- o sus padres o amigos de la familia que lo ven como un paria.

Empiezo este año entonces con una obra maestra -o no- de la literatura española del pasado siglo (y solo han pasado 21 años, puf), que si superas ese escollo que supuso para mi esa cierta lentitud o cierta espesura en detalles que lastraban la lectura, hará que disfrutes de una maravillosa historia, de un tiempo que ya no existe pero de una historia que si puede volver a darse; disfrutar de Pijoaparte, un chaval sin suerte al que la vida no le da primeras oportunidades y sin miles de tentaciones para que sepa que nunca serán suyas, ¿no eso un motivo suficiente para montar entonces una verdades revolución?.


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