Ediciones Salamandra
web: www.salamandra.info y www.schirach.de
ISBN: 978-84-9838-963-0
Otro clásico en este blog, Ferdinand Von Schirach, en esta ocasión con un libro con doce relatos cortos al más estilo de Von Schirach que muchos por no decir todos podrían dar para una novela por si solos por poquito que se les trabajara.
Doce relatos escritos de manera amena, sencilla y muy clara tanto es así que dudas que el mismo autor sea un abogado de prestigio y seguramente más acostumbrado a el lenguaje enrevesado de juicios, demandas o veredictos judiciales, los casos todos distintos y algunos de ellos crudos como una noticia de sucesos del cualquier telediario no tienen a los abogados como protagonistas aunque los narradores lo sean, porque en realidad son casos humanos de miseria, celos, amistad o soledad, el derecho en este caso es solo algo que tienen en común las novelas, pues aunque en todos los casos -es una forma de hablar- el juez decreta una pena y por tanto un castigo penal lo que realmente debe ocupar nuestra mente es el castigo que nos imponemos nosotros mismos o el "culpable" por la historia o vida que ha llevado haciendo que para muchos el juez más exigente seamos cada uno de nosotros mismos.
Los relatos son todos completamente distintos y estoy seguro que no os dejarán indiferentes, a mi me han gustado todos pero si tuviera que seleccionar los tres que más me han impactado quizás hayan sido "El amigo", "El lado equivocado" y "Lydia" pero no os dejéis guiar por mi criterio, porque seguro que cualquier otro puede llamar vuestra atención, ya que si buscáis en ellos quizás sea la soledad de los protagonistas sea lo que más ha hecho eco en mi.
Todas sus anteriores novelas son también cortas, concisas y relacionadas con el mundo del derecho, podéis dar cuenta de ellas en este mismo blog, pinchar en el autor y os salen todas ellas. Su forma de contar los casos es siempre muy clara, no se pierde en disquisiciones legales y tampoco lo hace de forma profesional de manera que un lego en la materia puede seguir la trama sin ninguna dificultad, metiéndonos tanto en la mente de los culpables como de las víctimas y es que no en vano Von Schirach describe muy bien las pasiones humanes, sea cuales sean, amorosas o sexuales.
Creo que es muy interesante comprobar que de una manera u otra los seres humanos seamos de donde seamos nos comportamos de las misma manera frente a la adversidad, no somos tan distintos, vamos que Othelo es "moro" porque lo hizo así Shakesperare pero bien podría haber sido alemana, danés o turco selúcida.
No tengáis temor a leeros esta novelas in haber leído antes otras del mismo autor, son obras completamente autónomas e independientes, lo mejor es que no son abogados "ganadores" al estilo serie televisiva pero que a pesar de ello puede librar a sus clientes de penas duras por defectos de forma a pesar de ser culpables porque Von Schirach alaba el sistema garantista alemán y así algunos nos llevaremos las manos a la cabeza viendo como un proxeneta queda libre por un subterfugio legal o un asesino que nosotros sabemos que lo es pero como no hay pruebas y no ha confesado no ingresa en prisión siguiendo el principio de que es mejor dejar libre a un culpable que meter en la cárcel a alguien inocente.
Quizás los doce casos parezcan insólitos -el relato "El buzo"- pero parece ser que son casos reales todos ellos, notar que ninguno de sus narradores toma partida, no emite juicio ninguno, solo en el caso "Subotnik" ya abogada protagonista tiene esa tentación y es el juez del caso el que corrige su tentativa de echarse atrás en el juicio.
Como caso interesante del autor, debéis saber que su abuelo fue juzgado por crímenes de guerra en Nuremberg con una condena de 20 años y el mismo Von Schirach es muy crítico con el olvido de las nuevas generaciones alemanas a los crímenes de nazismo, digo esto porque precisamente ha salido una noticia la semana pasada al respecto.
En conclusión, una libro muy interesante y que hará que se os abran las carnes con algunos de los relatos y que seguro que os hará meditar un buen rato, ah, se lee en un estornudo y como los relatos son cortos, podéis parar donde queráis sin temor a perder el hilo de la narración.
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