Sajalín Editores
web: www.sajalineditores.com
ISBN: 978-84-946809-0-8
En esta ocasión vamos a viajar al industrial norte de Inglaterra, el hermano del sicario de los clanes mafiosos de Londres, Les y Gerald Fletcherd, ha muerto su hermano Frank, camarero en un pub, un hombre que no se mete en problemas y con el que no se habla hace años, el fallecido deja una hija y en la ceremonia del funeral, Jack Carter sospecha que algo no cuadra en la muerte de su hermano, que al parecer ha muerto a causa de un accidente de coche después de emborracharse hasta casi el coma.
Adaptada al cine con Michael Cain como Carter, yo no la he visto, pero me la imagino, atmósferas postindustriales en la Inglaterra de los 70, donde las chimeneas negras de la acerías trazarían rectas paralelas con los cortes clásicos de un traje inglés vestido por Jack Carter. Nos vamos a mover por entre pubs atiborrados de humo, por mafiosos blancos pero no italianos, si no tipos de muelles de carga, de comisiones por tragaperras pero para los que la herramienta de presión llamada Jack Carter es necesaria para imponer su poder en el territorio que controlan.
Las peleas multitudinarias, trabajadores en mono con pintas en las manos, descampados llenos de ladrillos rotos, barras de madera de nogal oscurecido por el humo y el tiempo, pensiones regentadas por mujeres solas pero necesitadas de calor humano o chivatos de manual hacen de la atmósfera de la novela algo asfixiantes, opresora y si cabe, dolorosa; entre trazos Jack nos cuenta su pasado junto a su hermano, su ruptura familiar, la relación previa con la exmujer de Frank y el nacimiento de su "sobrina" meses más tarde que le hacen dudar.
Las luchas de los diferentes capos pueden involucrar a Carter en una lucha que no es suya pero el tiene un objetivo muy claro, saber como o quien ha matado a su hermano pero ni los culpables ni sus jefes parecen estar por la labor, unos tratando de quitárselo de en medio y los otros, tratando de que vuelva a Londres lo antes posible.
Carter arma a Jack con una escopeta, no con una pistola, una escopeta que compraron él y su hermano hace ya muchos años y que escondían para que su padre no se la viera.
Y como un tipo como Carter no puede ser un malo sin corazón, pues le relacionan con la mujer de uno de sus jefes, su única debilidad, bueno única no, pero para conocer la otra os va tocar leer la novela.
No es un tipo estilo Jack Reacher, pero el resultado es el mismo, no tiene ningún escrúpulo si tiene que descerrar un tiro entre ceja y ceja a quien se lo merezca, sigue sus propias regla y ética y matones tres veces más grandes que él caen gracias a su determinación, lo que me recuerda una cosa que me dijo una vez mi maestro de Aikido, que si alguien tiene decidido pegarte una "guantá" te la dará; y sin embargo yo creo que te caería mejor Jack Carter que Jack Reacher; no se si porque fuma, bebe te o no hace alardes de su tamaño o sus ojos azules.
Una novela formidable, por la que no pasan los años, dura como un suburbio de Mánchester y neblinosa como una tarde noche londinense. Su lectura es un estupendo ejercicio comparativo para ver como ha ido transformándose la novela negra a los largo del siglo XX.
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