domingo, 16 de junio de 2019

Mala Pinta



Spike Milligan
Blackie Books Editores
web: www.blackiebooks.org
ISBN: 978-84-17059-82-8

¿No os habéis preguntado como se trazaron algunas fronteras de países "recientes"? la respuesta es sencilla, siguen criterios geográficos, es decir que se trazaron delimitadas por paralelos o meridianos y por eso son tan anormalmente rectas, esos criterios nunca tuvieron en cuenta a los habitantes de esas zonas y como a ellos las fronteras les importaban bien poco por la propia movilidad de esos pueblos pues surgieron conflictos fronterizos; pues imaginar eso en la separación de las dos Irlandas allá por el año 1924, y para darle más dramatismo, no se ponen de acuerdo hasta última hora cuando les vana cerrar los pubs y gracias a una mujer, un lápiz y un plano; pero con lo que no contaban estos políticos de tercera -si es que es la historia de siempre, nunca tenemos los políticos que necesitamos en ningún país cuando vienen mal dadas- es que estaban atravesando el tranquilo pueblo de Puckoon.
Con Dan Milligan como protagonista, un vago de siente suelas que solo piensa en beber, viviremos una alocada historia al más propio estilo Monty Phyton que nos hará partirnos de la risa en cada capítulo, matrimonios de conveniencia que no pueden separarse porque viven en la católicas de las Irlandas, curas que no pueden permitir que sus feligreses duerman el sueño eterno en tierra protestante, cervezas que cuestan más caras en un lado de la barra que en otro del mismo pub, un puesto fronterizo en el cementerio, o activistas del IRA que parecen dibujos animados; de verdad ¿queréis perderos algo tan divertido?
Estamos ante un clásico libro de humor británico, curiosamente no se ha traducido el titulo original y se ha optado por otro más "intuitivo" para nosotros; con un humor jocoso y dislate tras dislate, conoceremos a los habitantes de Puckoon, veremos las tretas de IRA para hacer llegar explosivos a sus compañeros de armas del norte, las trampas que hará Dan para cobrar por no trabajar en la iglesia o poder beber por el morro si se da el caso, si todo esto os parece poco caos, meter la llegada de un circo al que se le escapa una pantera que se las verá con las trampas de los furtivos de las que saldrá indemne y que recordó la frase de Piolín "he visto un lindo gatito".
La novela fue llevada a la pantalla pero yo no la he visto, es más su estructura da para hacerla por capítulos pues a pesar de su hilo narrativo continuo, las diferentes tramas independientes que conforman la obra se pueden tomar como sueltas sin menospreciar la narración, no busquéis terceras lecturas, ni mensajes ocultos porque el único mensaje de esta novela es hacértelo pasar bien con la lectura, es humor nada más; y con ello quizás podamos reírnos de esos que quieren poner fronteras donde nunca la hubo o separar a personas que han convivido sin problemas hasta hoy (por favor si alguien se lo manda a Puigdemont, Torra, Smith o Espinosa de los Monteros nos haría un favor a todos pero dudo que lo leyeran o que su "altura" de ser humano lo comprendiera).
Algunos delirantes gags son para enmarcar, el entierro de Dan Doonan no tiene desperdicio o la contratación del policía chino Pong para el pueblo y el Julio César llevado a escena en el pueblo, la aglomeración de parroquianos en el lado del pub correspondiente al Ulster o la partida de caza de los furtivos hasta que se encuentran con la pantera; no hay descanso, es una carcajada constante.
Lo triste es cuando cierras el libro, pues te has reído del espectáculo que han dado unos pobres habitantes de un pueblo de Irlanda pero que vemos todos en el telediario todos los días por culpa de unos chupatintas, que no se me olvide, Spike Milligan era hijo de un oficial británico nacido en la India y fue soldado y herido en la segunda guerra mundial pero al final adoptó la nacionalidad irlandesa lo que demuestra que a este caballero le importaba bien poco el patriotismo de bandera; en resumen, un libro delicioso para disfrutar este verano y para que los británicos que veamos otros británicos distintos a los que vemos dando saltos desde los balcones de Magalluf y que no me hacen ninguna gracia.
Haceros un favor y no os lo perdáis.

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